Iba de entrada a la oficina que comparto con Saúl y Lopecito, y me detengo porque una de las chicas de la fundación necesitaba mi ayuda, aun así no pude evitar escuchar lo que ambos hablaban.
- No, no, no me vengas con eso. Que algo te tiene flotando despierto en las nubes, y ha de ser muy importante, porque no has parado de sonreír como menso desde que llegaste.- Le dijo Lopecito, y yo esbocé una sonrisa porque había notado la misma actitud en Saúl.
- Pues, sí, compadre.- Le contestó.- Debo compartir esta felicidad tan grande que siento con alguien.
- Cuéntame, pues, ¿qué es eso que te tiene tan feliz?- Le preguntó con notoria curiosidad en su voz.
- ¡Voy a ser papá, compadre!- Exclamó él, y yo estaba atónita con lo que acababa de escuchar.
- Mónica, por favor.- Me dijo una de las chicas. Mas con mi mano le hice señal de que bajara la voz y aguardara un momento.
- ¿Cómo, compadre?, ¿tan pronto tú y Mónica encargaron?,- le preguntó.
- No, compadre. Mónica no está embarazada.- Le dijo.
- ¿Ah, no? Entonces, ¿si no es con ella, con quién...- Cortó en seco la pregunta, y no entendía por qué- ¿Qué? ¿Tendrás un hijo con la Doña? Y mis ojos de expandieron enormemente y las lágrimas formaron rápidamente una tela fina en ellos. Lo que acabo de escuchar simplemente no puede ser, esto no puede estar pasando. Así que apresuré mi paso, y entré de golpe a la oficina.
- ¡¿Qué acabas de decir, Lopecito?!- Pregunté con dolor notoria molestia y dolor, y ambos voltearon a verme. Lopecito miró entre nervioso y preocupado a Saúl.
- Este... bueno, compadre. Yo me retiro.- Le dijo con nerviosismo, y Saúl asintió sin quitarme la mirada de encima.- Con permiso, Mónica.
- ¿Bien? Por favor, dime que lo que acabo de escuchar es mentira Saúl.- Le supliqué, y él negó con la cabeza.- Entonces, ¿tendrás un hijo con ella?,- asintió y la ira se apoderó de mí.- ¡¿Y se puede saber cuándo diablos pensabas decírmelo?!- Le grité con todo el dolor que sentía.
- Mónica, tranquilízate.- Me dijo.- Por obvias razones, no te lo había querido decir todavía.
- ¿Cuándo te enteraste?- Enmudeció.- ¡¿Cuándo te enteraste, Saúl?!- Le grité esta vez, y por mi mejilla ya estaba comenzando a correr la primera lágrima. En mi cabeza, sólo había una voz que me susurraba una y otra vez que, esto no podía estar pasando.
- Anoche,- me contestó sosteniéndome la mirada, y lo miré con indignación.
- Es decir que, ¿anoche cuando se supone que estabas tomándote unos tragos con Lopecito, estabas con ella?- Le pregunté con el rostro bañado en lágrimas, él asintió y le solté una bofetada. Necesitaba de alguna manera drenar el dolor y la rabia que estoy sintiendo. Saúl me engañó, me mintió.
- Mónica...- Alcancé a escuchar antes de salir corriendo de aquella oficina, y cerrar de un golpe la puerta.
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- ¡Afffff! Ha sido un día de verdad agotador.- Le dije a mi hermana, tomando asiento en uno de los sofás del living.
- Eso es por todos lo exámenes que te practicaron, y porque no has comido nada.- Me dijo a forma de regaño, y enarqué una ceja.
- ¿Tú piensas que yo no quiero comer?- Le dije con molestia.- Te recuerdo que, alguien por aquí solo le gusta el agua, todo lo demás le repugna.- Regina me veía intentando contener la risa pero no pudo, y la fulminé con la mirada.
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Una vida, otro sueño.
FanfictionEntre tantas mentiras y verdades, en esta montaña rusa de emociones, de situaciones, de sentimientos, confundí muchos pensamientos, dejé de saber qué era lo real y qué no lo era. No podía, no puedo confiar en mí; y necesito respirar, esclarecerme, p...