¿Culpa?

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La emoción que me abordaba era única, sentir a nuestro bebé fue realmente hermoso. Volví mi vista hacia Saúl, y estaba embelesado, no dejaba de hablarle y sus ojos estaban cubiertos con una fina tela de lágrimas que amenazaban con salir.

De pronto, lo sentí en mis labios, y por un momento me dejé llevar por el beso. Ese, en el que encontraba tanto amor, tanta pasión.

- No... no, Saúl- nos interrumpí con la respiración entrecortada-. No olvides dónde estamos y quiénes nos rodean.

- ¿Cuándo vas a entender que te amo?- cuestionó viéndome directamente a los ojos.

- Cuando tú entiendas que por mucho que lo intente verte con ella, me duele, Saúl.- Respondí sin titubear y me abrazó a él.

- No me va a alcanzar la vida para pedirles perdón, por todo esto- dijo con la voz temblorosa, y me aferré más a él-. ¡Perdóname, Altagracia!- imploró una vez más.

- Ya, Saúl. Dejemos esto para otro momento- me separé del abrazo, limpiando una lagrima rebelde que se había escapado y me levanté del asiento-. Matamoros me espera, estoy cansada, debo irme- comenté, y me tomó del mentón para besar mi frente.

- Vamos- dijo tomándome del brazo, mas rápidamente me solté y adelanté el paso.

Tenía muchos sentimiento encontrados, tontamente seguía ilusionada con la idea de formar una familia con Saúl, pero tenía muy en cuenta que eso no pasaría, por ahora. Él tenía muchas cosas que resolver, su situación con Mónica era la principal y la que más me pesaba.

Necesitaba con urgencia salir de allí, para muchos la iglesia era un lugar de paz, pero lejos de eso, a mí me atormentaba, no sólo el lugar, sino la gente. No podía compartir cómodamente el mismo espacio con Felipe, ni mucho menos con ella, quien desde que llegué no quitó ni un solo instante la vista de mí. ¿Sería posible que algún día tuviésemos una relación normal o al menos cordial? En ese momento, se hacía necesario para mí, esa respuesta, la angustia que me causaba la situación con Mónica, era algo que no podía contener. Increíblemente, me sentía culpable por estar con él, con el hombre que en pocos meses sería su esposo.

Era tal vez, masoquismo de mi parte, pero lo que sí tenía claro, es que todo esto había cambiado algo en mí, ella lograba hacerme sentir culpable, y eso me preocupaba. Desde un principio, sentí que separarla de mí, era lo único bueno que podía hacer por ella; olvidarme de su existencia, lo único bueno que podía hacer por mí, para no torturarme, para no sentirme culpable, para no sentir que era la peor mujer y la peor madre que pudiese existir sobre la faz de Tierra. Ahora, ¿por qué tenía que sentir culpa de estarle robando algo que era mío?, ¿por qué tenía que sentir culpa cuando era ella quien se estaba valiendo de todas las artimañas para retener al hombre que amaba y que me amaba? Esto parecía un cuento de nunca acabar, eran demasiadas interrogantes sin repuesta alguna, aun así, dejar de sentir nunca fue una opción. Ese sentimiento de culpa, ese remordimiento que había ignorado durante veinte años, estaba volviendo, y se hizo más fuerte al verla de su brazo, al ver su vientre, al ver que todo no era una pesadilla como tantas veces me había tratado convencer.

¡Maldita sea!, ¿por qué tenía que ser justo ella? Habiendo tantas mujeres en este planeta, ¿por qué justo mi hija tenía que ser quien me quisiera arrebatar el amor de Saúl?

Intenté espantar todos esos pensamientos de mi cabeza, pero me fue imposible. La tenía de frente y el horror que provocaban los recuerdos, y la angustia que sentía por lo que estaba sucediendo, me ganaron. El asco de aquella noche y el asco de ahora me sobrepasaron, definitivamente mientras estuviese cerca nunca podría tener una vida normal, no la culpaba por lo que sucedió hace tantos años, pero no dejaba de ser el vivo recuerdo de esa noche, de la muerte de mis padres. Tantas veces me pregunté, ¿qué habría sido de ella y de mí, si esos malnacidos no hubiesen asesinado a mis padres? Seguían siendo demasiadas interrogantes, demasiadas incógnitas, y lejos de dispersarse, se acumulaban y me ahogaban.

Una vida, otro sueño.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora