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Ya podía ver la ciudad. Estaba de regreso. Gracias a Dios.

Le agradeció al hombre antes de saltar del coche. Él gritó, pidiéndole algo de dinero.

Ella le arrojó algo de efectivo que había robado a su acosador y corrió hacia la estación de policía.

Reportó todo lo que había pasado.

100 Rosas AmarillasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora