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Ella estaba ajena a todos los peligros.

Ella solo pasó su día como de costumbre, ignorando todos los accidentes que ocurrieron tras ella.

Un motociclista accidentado, un niño golpeado por un autobús, un obrero que había caído de una alta construcción.

A ninguno le dio un segundo vistazo. Estaba demasiado ocupada para prestar atención.


100 Rosas AmarillasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora