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Era el momento. Se las había arreglado para esquivar a todo el mundo. Él simplemente salió por la puerta usando su uniforme de doctor, el cual adquirió cuando una enfermera con grandes deudas no puso reparos en ayudarlo a cambio de un millón de dólares.

El hospital era un lío. El caos lo ayudó a pasar desapercibido. Poco se imaginaban ellos que el trastornado asesino que buscaban era el médico con el que se acababan de cruzar.

100 Rosas AmarillasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora