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Él saltó. La tomó por sorpresa. Ella gritó.

Él tomo su brazo, tratando de hacer que lo acompañara. Ella se negó, pataleando y retorciéndose, gritándole que la dejara ir.

Afortunadamente, la oficial Hardwood había ido a ver cómo estaba ella. Desenfundó su arma y él huyó en cuanto la vio. Ella disparó antes de que él reaccionara.

Su brazo comenzó a sangrar. Gruñendo, él sujeto su brazo y saltó la cerca. La oficial corrió tras él, dejándola a ella tirada en el suelo. Él era rápido, pero estaba herido y lo habían atrapado con la guardia baja.

Él corrió por la calle, golpeando a los peatones y entrando por un callejón. Su sangre goteaba en el suelo, dándole a a la oficial un claro rastro que seguir para llegar a él.

Lo siguió, disculpándose bruscamente con la gente a la que tenía que empujar. Se detuvo cuando alcanzó el callejón.

Él estaba respirando muy bruscamente, preparándose para saltar sobre un alto muro de ladrillos.

"¡Alto ahí!" Un disparó estruendoso se escuchó. Los civiles gritaron y entraron en pánico, corrieron pasando por delante del callejón.

Él gimió y cayó al suelo, sujetando su pierna.

Ella jadeó conforme se acercó a él. Estaba en el suelo, sin intentar moverse.

"Finalmente te atrapé," ella jadeó, mirando al acosador que había atormentado a su amiga.

Y él había sido capturado.

100 Rosas AmarillasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora