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Esa era su oportunidad. Tenían la comida. Ella probó solo un poco. Manipuló la situación.

Primero, le sirvió vino a él. Él bebió hasta terminarlo. Y cuando él no quiso más, ella dijo "¿Por favor? ¿Por mi?"

No podía negarse ante eso. Ella finalmente consiguió emborracharlo. Entonces, lo golpeó en la cabeza con el florero. Él cayó al suelo. Inconsciente.

Ella encontró la llave y escapó. Corrió.

Observó a su alrededor, frenética. Sintiendo que  se hundía, se  dio cuenta de que estaban en medio de la nada.

100 Rosas AmarillasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora