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Tenía que ir. No quería hacerlo, pero tenía que.

La estación de policía no era su hogar y se mantuvo de la misma manera.

La dejó de mala gana. No tenía a dónde ir si no era a su casa. No podía pensar. Todo lo que estaba en su mente era el momento en el que él iría por ella.

Ella sabía que sería pronto.

100 Rosas AmarillasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora