Capitulo 12

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Lucy había tenido la amabilidad de escoltarla hasta la que sería la habitación por esa noche, la cual, curiosamente quedaba en el mismo pasillo que las habitaciones de los reyes de antaño. Había sido un día largo y cansador por lo cual, el descanso no me vendría mal a su cerebro y a su cuerpo.

—Espero que descanses—dijo la joven . Amina sonrió gentilmente—Mi habitación es la del fondo del pasillo, al lado está la de Susan, enfrente la de Edmund y acá la de Peter—termino señalando la puerta al lado de la suya. —Si necesitas algo, no dudes en decirnos—dijo.

—Gracias Lucy, eres muy amable. —agradecio a la joven. —Espero que mañana me cuentes sobre tu mundo, he escuchado al sobre cosas llamadas automóviles— dijo. Lucy sonrió.

—Prometo que mañana te contaré. Descansa— dijo.

Amina le sonrio y entro en la habitación. Esta definitivamente no era como las de su palacio, era más vanidosa y cargada de cosas, la cama parecía muy cómoda, y las cortinas eran gruesas para evitar que el sol entre con mucha fuerza. La reina suspiro, y se dirigió al tocador. Se sacó la corona dejándola en la mesa delante del espejo, agarró un pijama que había dentro del armario y se sacó el vestido rojo, dejándolo colgado por ahí. Se colocó el camisón, el cual, le quedaba algo grande pero era muy cómodo. Hizo viento con sus manos, estaba acostumbrada al frío de su reino, por lo tanto, aquí sentía que se estaba cocinando como un sapo al sol. Se dirigió a la ventana y abrió las cortinas, dejando que la brisa entrara en la habitación. Suspiro al ver el paisaje.

Se quedó allí unos minutos hasta que un dolor en el pecho la saco de si. Se acostó en la cama, y apretó el collar, intentando que este dejara de dañarla.

♥♥♥
Amina

La mañana me dio la bienvenida, debido a que había dejado las cortinas abiertas el sol me pegaba directo en la cara. Sonreí al sentir el sonido de las olas chocar contra las paredes de piedra del precipicio. Me levante de la cama masajeando mi pecho, allí donde una marca roja se posaba. Luego de lavarme la cara me dirigí a mi equipaje y saqué un vestido, era blanco, fresco y algo escotado. Tenía encaje sobre el blanco, y se agarraba a mi figura hasta la cintura luego caía libre. Era perfecto para un día como hoy; caluroso y despejado
Me asegure de que mis zapatos quedarán bien amarrados, y luego de dejar mi cabello rojo en una bonita trenza de costado salí al pasillo en busca de Lucy, ya que, no sabía muy bien el camino al comedor. 

Tropecé con un cuerpo que casi provoca que caía hacia adelante, pero unos brazos me sujetaron antes de que impactará contra el suelo. Planeaba agradecer a mi salvador antes de que este hablara. Su cabello rubio fue lo primero que vi.

—Deberia tener más cuidado por donde camina, Reina— murmuró Peter.

Note el énfasis que le puso a la última palabra, y el hecho de que me miraba con desagrado. —Claro, Rey— conteste de la misma forma.

—Eso es lo que soy— dijo inflando el pecho. Rei levemente.

—Yo soy la Reina, y veo que tu eres un rey que ha sido destronado—dije con burla refiriéndome al Rey Caspian. Supe que debía irme cuando la cara del Rey Peter se empezó a poner roja —Que tenga buena mañana— dije y salí del pasillo. Lance una risita.

Por suerte en el camino me había encontrado con Lucy, si no, ahora estaría nadando con las sirenas.

—Estos tienen un mecanismo en las ruedas que permite que se muevan—explicaba Lucy. Era una muchacha muy amable y bonita. Me había explicado varias cosas de su mundo y ahora estaba explicándome sobre los automóviles. Cuando quise darme cuenta ya habíamos llegado al comedor.

Frutas, cereales y exquisiteces adornaban el lugar. Habían cambiado la mesa por una redonda, por lo tanto, no tendría que soportar todas las miradas en mi hoy. Al menos no de manera directa. Habían abierto las cortinas dejando que la luz entrara haciendo el salón mucho más lindo aún.

Salude a los reyes, los cuales, se encontraban allí. Susan y Edmund lucían más informales, Caspian también pero se mantenía con porte elegante.

—¿Ha dormido bien?— pregunto Susan. Su voz salió suave como si fuera aterciopelada. Sentí envidia por un momento, al observar la forma en la Caspian la miraba. Con tanto amor. Ojalá alguien me miraba así.

—Si, Lucy ha sido muy amable conmigo desde mi llegada—dije.
Tome un sorbo del jugo de naranja y antes de que pudiera hablar Peter ingreso en el lugar. Su mirada me fulminaba y si fuera por el estaría tres metros bajo tierra o encerrada en una celda. Aún que me intimidaban sus ojos claros no baje la mirada. Era una reina después de todo.

—Creo que debemos hablar sobre las Brujas de Salem. Debemos buscar una solución— dije. Los Reyes asintieron menos Peter que seguía fulminándome con la mirada.

♥♥♥

Omnisciente

—No irás sola— dijo Peter—Ire contigo al reino de Amina— explico.

No iba a dejar que su hermana vaya sola al reino de esa supuesta reina loca.

Amina suspiro, el joven rey no iba a cambiar su opinión sobre su reino.
Lucy había tenido la idea de ir a visitar su reino, a lo que ella acepto gustosa, incluso Edmund había dicho que el también iría, pero Peter se opuso rotundamente, lo cual, culminó en una discusión entre el este y la reina Amina.

—Ya basta. — exclamó Lucy. —¿Por que no vamos todos?— pregunto. Amina sonrió.

Susan intercambio miradas con Caspian—No lo creo Lu, Caspian esta muy ocupado...— dijo pero este la interrumpio.

—No de hecho creo que es una magnífica idea, desde el reino de Amina estaremos más cerca del lugar del último hecho por lo tanto podré ir con tropas— explico.

—¡Me parece perfecto!— exclamó la rubia. —Estoy ansiosa por que conozcan el reino, verán todo lo que hemos logrado en este tiempo— dijo mirando a los reyes. Peter suspiro pero no dijo nada, no iba a dejar a sus hermanos solos.

Las Crónicas de Narnia: La Reina Maldita. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora