Capitulo 14

7.3K 741 97
                                    

“Puedo ser la única

Amina les sonreia a todos en el pueblo, cosa que sorprendía a los hermanos. Los plebeyos de verdad la aceptaban como su legitima reina y le daban toda su lealtad. Lucy observaba maravillada el lugar desde su caballo, no podia creer los que se había construido de lo que antes era ese lugar; luego le preguntaría a Amina como lo había logrado. Susan miraba las casas con interés, eran casi idénticas a las del resto de Narnia, solo que con nieve en sus tejados. Caspian no se centraba mucho en el lugar, ya que, nunca antes había estado alli asi que no tenia con que compararlo, pero si se centraba en los rostros de las criaturas; sonrientes y felices. Expresaban su agradecimiento hacia la reina con un saludo o saludándola con un apretón de manos. 

Edmund, el que mas tiempo había pasado entre las paredes de ese castillo por culpa de su estupidez, estaba mas que maravillado. Al sentir el frio en el bosque le había agarrado un escalofrío y había sentido temor; temor de lo que iba a encontrar, pero ahora no sentia nada mas que una extraña gratitud hacia la rubia que guiaba la fila. Y ahogo una risa al ver la cara de su hermano mayor. Lucy estaba en la misma situación. 

Peter tenia la boca abierta, tanto que algun insecto podria entrar sin problemas en ella. No podia creer lo que sus ojos veían: desde las casas hogareñas, pasando por la felicidad de los habitantes del lugar hasta la lealtad que estos le ofrecían a Amina, refregando le en la cara lo que el había estado negando; ella era un reina para su pueblo. Vio como Amina aceptaba una rosa que le entregaba una niña que parecia ser hija de faunos. Lucy miro nostálgica; el señor Tummus estaria feliz de ver todo esto, pensaba. 

-Sigamos- dijo Amina una vez que había terminado de saludar a la gente de su pueblo que se encontraba alli. Volvió a galopar seguida de los reyes. 

Los guardias de la entrada del castillo saludaron con un asentimiento de cabeza a su reina y abrieron las puertas. Lucy cerró los ojos, no queria ver a las personas congeladas que quizás quedaban allí. —¿Lucy?— pregunto Amina en voz suave una vez que estaban adentro del patio. No entendí el comportamiento de la reina.

Lucy abrió lentamente los ojos y se llevó una sorpresa; ya no había más gente congelada, y no quedaba nada de lo que ese patio solía ser. Ahora había una fuente de hielo muy hermosa en el medio, y raramente (debido al clima) había plantas. Flores de todos los colores que adornaban el lugar dándole vida.

—No he dejado nada del antiguo reinado— aclaro amina. Peter observo con interés.

—¿Por que? —pregunto Edmund intrigado. Amina aún no se había acostumbrado a oír su voz, por lo tanto está le seguía causando escalofríos.

—Por que la Antigua emperatriz y yo no compartíamos ningún gusto, o tradición— señaló.

Todos asintieron y se pusieron rectos cuando una figura salió del castillo caminando raro. Peter se puso en posición de ataque al darse cuenta de que era una arpía. ¡Una arpía!

Pero cualquier tipo de amenaza se vio desactivada al ver como Amina corría a los brazos de esa arpía —¡Guly!— grito está mientras la abrazaba. Había extrañado tango a Guly que no podía ni explicarlo.

—Mi niña, que bueno volver a verte— dijo la arpía devolviendo el abrazo. Ella también quería a su reina, a la cual, había cuidado toda su vida como una hija.

Amina sintió las miradas de los reyes en su espalda, y tuvo que separarse para presentar a Guly y que no hayan confusiones —Ella es Guly. Es mi amiga, y como una madre. Sirve en el castillo, así que si necesitan algo no duden en pedírselo— Guly asintió y dio una leve reverencia.

Caspian se bajó de su caballo y todos inmitaron su accionar. —Un placer. Soy el rey Caspian X— se presentó sonriendo levemente a la arpía. No parecía mala, si no más bien todo lo contrario.

—Bueno, será mejor que entren. Ya preparé la cena— dijo Guly. Amina sonrió y les hizo una seña a los reyes. Peter suspiro desconfiado ¿Debía comer lo que cocino una arpía?

Los reyes abrieron la boca cuando entraron al lugar. Los hermanos no podía creer lo que veían. En especial Edmund. El ambientes tétrico fue reemplazado por uno más hogareño. Las cabezas de animales y personas fueron reemplazadas por cuadros coloridos e incluso dibujos de niños. Los muebles duros fueron reemplazados por muebles de caoba oscuro  con floreros arriba.

—Por aqui— dijo Amina girando en un pasillo y abriendo una gran puerta. Sonrió al ver a Magnus. —¡Magnus!— grito sobresaltando un poco a Susan. Caspian río por eso.

—Reina Amina— dijo haciendo una reverencia.

—Oh, Magnus. Dame un abrazo— dijo. Peter abrió los ojos, debía estar demasiado loca para abrazar a un licántropo.

Pero lo hizo. Magnus y ella se dieron un abrazo y ella río —¿Cómo han estado las cosas?— pregunto.

—Tranquilas. No han habido más ataques por el momento mi señora— dijo. Amina suspiro y se dio vuelta.

—El es Magnus. Es el segundo al mando, y se queda cuidando el reino cuando yo no puedo... Cumplir mi función— dijo lo último más bajito. Caspian frunció el ceño, debía preguntarle por que eso después.

—Mi reina, yo me retiro si me lo permite. Mi esposa debe estar haciendo ese rico guisado— dijo el licántropo. Amina sonrió y aplaudió.

—¡Claro, ve! Y no olvides traerme— grito antes de que saliera del salón. —Vengan, vamos a comer— dijo. Lucy fue la primera en tomar asiento, luego Edmund, Susan y Caspian y Peter por último. La mesa era rectangular de modo que quedaron de la siguiente forma; Amina en la cabecera, del lado derecho Caspian, del lado izquierdo Peter. Al lado de Caspian estaba Susan, al lado de Peter estaba Edmund, y la querida Lucy se encontraba en la otra cabecera de la mesa.

Amina suspiro mientras esperaban la comida. Iba a ser una noche incómoda, en especial al tener a Peter 'soy el mejor' tan cerca.

Las Crónicas de Narnia: La Reina Maldita. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora