Capítulo 28

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“¿Tomarás mi alma?”


Los reyes tomaron asiento en la mesa de la gran sala de reuniones del castillo, amina fue la que primero se sentó, ya que se sentía tan débil. —Guly...— llamo a la arpía, la cual, se acercó a paso rápido —¿Podrías traer algo para comer? Necesito algo en mi estómago— pidió.

—Claro, enseguida. — respondió y salió por la puerta, no olvidando cerrarla detrás de ella.

—¿Que sucede Amina?—pregunto Susan mientras corría un mechón de cabello de su cara que le impedía la vista. Todos estaban atentos.

Amina casparreo la garganta —Creo que se para que necesitan tanta sangre las brujas — informo.

—¿En serio?— pregunto Edmund mientras que Peter escuchaba preocupado. Algo no le iba a gustar, lo presentía.

Amina asintió, tomo una respiración —Creo que quieren traer de vuelta a alguien— murmuró.

Peter arqueo una ceja, una lámpara se prendió en su cabeza —No me digas que a Jadis— murmuró tenso, los hermanos restantes también se pusieron de la misma forma, incluso Caspian, ninguno quería a la maldita bruja de nuevo.

—Ojala fuera ella — murmuró amina descolocando a los presentes en la habitación. —Creo que quieren traer a alguien peor que ella— dijo.

Lucy abrió los ojos —¿Alguien peor que ella? ¿Es eso posible?— preguntó. Amina asintio.

—Creo que quieren traer de vuelta a Klaus. — murmuró la chica. Caspian frunció el ceño.

—¿Quien es Klaus?— pregunto el pelinegro con obvia curiosidad.

—Es el hermano de jadis, y de mi madre— informo —Mi... Tío— trago el nudo en su garganta

—No entiendo —dijo Susan —¿Cómo es que jamás supimos que jadis tenía hermanos?— pregunto.

—Les explicaré — dijo la chica. —Mi madre era la princesa, la legítima heredera del antiguo reino del que yo provengo, jadis era la menor, por lo tanto, no tenía derecho al trono a menos de que mi madre muriera. Mi abuelo, el rey, tuvo un hijo extramatrimonial; Klaus. Jadis y Klaus lograron llevarse bien por que algo los unía; en este caso, el odio por mi abuelo, de diferentes formas. Jadis odiaba al rey por no dejarla tomar el control, y Klaus lo odiaba por el simple hecho de haber usado a su madre. Es por eso, que tiempo antes de que jadis destruyera todo, Klaus intento tomar el poder pero falló y lo enviaron a otro lugar, jamás se supo a donde — tomo aire —Aunque antes de irse me hizo una visita, era tan pequeña que no lo recuerdo con exactitud, solo sé que me ato de por vida a este collar — bajo la vista hacia la joya colgando de su cuello, la maldita piedra que le provocó los peores dolores de su vida. 

Lucy abrio la boca levemente sorprendida —¿El te hechizo para vengarse de tu familia?— pregunto. La reina asintió moviendo las hebras de su cabello.

—Y yo me quejo de nuestra familia— murmuró Edmund, recibiendo un codazo por parte de Peter, pero Amina lanzó una risita, el joven tenía toda la razón. —¿Y por qué crees que quieren traer a Klaus?— pregunto Edmund, los demás asintieron teniendo la misma duda.

—Por que Klaus está lleno de resentimiento, es un muy buen brujo y va a arrasar con cualquier lugar que se ponga en su camino, simplemente por eso, por que quiere venganza por ser un hijo no renocido — dijo. Amina suspiro de nuevo llamando la atención de Peter, el rubio la miro intrigado.

—¿Que sucede?— pregunto.

—Creo que si lo traen de vuelta, Klaus va a tener un motivo más para destruir todo — dijo. Peter la miro sin entender —Yo, la hija de la verdadera heredera—




Las brujas caminaban sigilosamente por el bosque, habían tenido que esquivar a varios soldados del rey Caspian y Karen lo maldecía internamente a cada paso que daba —Ese estúpido rey — murmuraba. Rebecca suspiro

—¿Puedes calmarte? Lograrás que nos descubran— dijo. Denisse, detrás de ellas venía despistada y torpe como siempre logrando golpearse con una rama y lanzando una maldicion al aire, sus dos hermanas se giraron coléricas para obligarla a callar.

—Son dos idiotas— murmuró Rebecca, era por eso que prefería quedarse leyendo algo o preparando las cosas para cuando tuvieran al niño, y no venir a a hacer tarea de campo con las inútiles de sus hermanas. Sin duda no seguían juntas por el cariño, si no por motivos comunes, aunque sabía muy en el fondo que algo de cariño debía tener por las dos inútiles.

Karen regaño a su hermana con la mirada, como si pudiera leer sus pensamientos, pero al estar como ninfa podía sentir las malas vibras de Rebecca, y eso solo la hacia sospechar de que estaba pensando cosas malas sobre ellas, y no necesitaba ser ninfa para darse cuenta de ello.

—Solo callensen y caminen— dijo para volver a caminar seguida de las demás. Y casi llegaban al reino, y debían ser precavidas.



—¿Segura que estás bien para hacer esto?— pregunto Peter por décima vez a Amina, la cual, caminaba lentamente a su lado. La chica asintió mientras empuñaba mejor la espada, sabía que las brujas volverían y debía estar lista. Es por eso que había salido a montar guardia por el pueblo con un uniforme y aunque aseguró estar bien para hacerlo sola, Peter se ancló a su lado apenas puso un pie fuera del castillo.

—Debe ser frustrante, ¿No?— pregunto la chica, el rubio la miro sin entender —Siempre vuelven a Narnia cuando está los necesita, por lo tanto siempre tienen que pelear alguna batalla. Jamas podrían venir de vacaciones— dijo.

Peter sonrió abiertamente —Si, es algo estresante siempre andar de batalla en batalla, pero siempre estoy feliz de volver, este mundo me ha traído muchas alegrías, conocí a personas geniales... Bueno, las sigo conociendo — murmuró mirando a la chica. Amina elevo una ceja.

—¿Soy considerada una persona genial por Peter el magnífico?— pregunto con burla. Peter rodó los ojos.

—No te burles de mi — dijo. Amina negó con la cabeza rápidamente.

—Jamas haría algo como eso— dijo.

—No es diferente de casa — murmuró, amina le prestó atención —En casa también debía hacerme cargo de los chicos por culpa de una guerra. — dijo.

Amina asintió con la cabeza —¿Quieres saber lo curioso de las guerras?— pregunto la reina —Hay muchas cosas curiosas sobre las guerras, pero una es que, las personas que están en conflicto jamás pelean siempre envían a gente a pelear en su lugar. ¿Cómo alguien puede vivir con las manos manchadas de sangre de esa manera?— pregunto la chica en voz baja, y Peter se hacía la misma pregunta.

Ambos siguieron caminando a la par.


Las Crónicas de Narnia: La Reina Maldita. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora