Capitulo 7

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La mañana había caído como un manto sagrado sobre Narnia. El sol estaba en lo alto del cielo iluminando la majestuosa estructura de Cair Paravel. Las sirenas tomaban sol sobre las altas rocas, los caballos corrían de un lado al otro. Cuatro hermanos estaban caminando por el salón hasta que llegaron a la mesa en la cual un sonriente Caspian los esperaba.

—¿Han dormido bien?— pregunto este mientras se levantaba y le corría la silla a Susan. Esta sonrió.

—Claro que si. —dijo Peter pero miro a su hermana al ver que está bostezaba en la mesa. —¿A qué hora te acostaste Lucy?— le pregunto. La pelirroja suspiro y le miro.

—Tarde— admitió en un susurro mientras se llevaba una tostada a la boca. El vestido amarillo que traía puesto le hacía ver más brillante la piel, por lo tanto sus ojeras eran más pronunciadas.

Peter suspiro sin embargo no dijo nada, pero se aclaró la garganta al ver a Caspian tan cerca de su otra hermana. Edmund río por lo bajo. Antes de pudiera espetar cualquier cosa, Lady Mina entro en la habitación seguida de un enano. Los Reyes se pusieron enseguida de pie al ver la cara de preocupación de esta.

—¿Qué sucede Mina?— pregunto Caspian. Esta tomo aire y señaló con una mano al enano. Peter reparo en la ropa de este; no era Narniana o al menos no pertenecía a el reino de Caspian.

—Es un mensajero, dice venir del norte— al decir esto los hermanos cambiaron su cara.

Norte,solo podía asociarse en sus mentes con una persona; la bruja blanca.

—Entiendo—murmuro Caspian—Puedes retirarte— Mina asintió confundida pero dejo el recinto; generalmente se quedaba a escuchar los mensajes que llegaban.

—¿Cuál es tu mensaje?— la voz de Peter salió agria, y aunque no lo quería era imposible al recordar que esa raza peleo al lado de la bruja blanca.

El enano se aclaró la garganta claramente nervioso—Vengo con un mensaje de mi reina— dijo entregándole una pequeña carta a Caspian.

—¿Quien es tu reina?— pregunto Lucy. Su voz salió delicada, con gentileza. Cosa que el enano agradeció por dentro.

— La reina Amina, majestad Lucy— dijo el enano.

Los hermanos intercambiaron miradas confundidas. Solo una pregunta rondaba en su mente; ¿Quién era Amina?
Observaron como Caspian leía y releía la carta que tenía entre sus manos sin poder creerlo. El enano casparreo la garganta—Rey Caspian, mi reina espera una respuesta con ansias— dijo con la cabeza baja. Caspian salió de su trance y lo miro.

—Entiendo. Informale a la Reina Amina que estaremos esperándola con ansias— dijo. El enano sonrió levemente y dejo el recinto.

—¿Qué dice la carta Caspian?— la voz de Susan salió preocupada. Caspian le entrego la carta y está la leyó en voz alta para que sus hermanos pudieran saber también —...Reina Amina I de las islas solitarias...— terminó de leer Susan. Los hermanos se observaron confundidos y volvieron a tomar asiento cuando Caspian se aclaró la garganta.

—¿Acaso sabes algo de esto Caspian?— hablo por primera vez Edmund. Su voz salió tranquila pero con curiosidad.

—He escuchado rumores, pero creí que eran solo eso— dijo.

Peter rodo los ojos irritado—Pues ya vimos que no lo son— dijo. Lucy le pego un pequeño codazo a su hermano disimuladamente; Caspian no tenía la culpa.

Este suspiro—Los rumores decían sobre una nueva Reina, que rige en Las Islas Solitarias. Al parecer fue puesta en el trono por sus propios súbditos— dijo.

Susan frunció el ceño—¿Súbditos? ¿Acaso las criaturas que habían las islas solitarias acatan sus órdenes?— pregunto.

Caspian asintio—Los rumores dicen que está Reina, Amina, creo un verdadero reino. Ya las criaturas que pelearon junto a la bruja blanca no son salvajes, si no que ahora viven civilizadamente y en paz. — dijo.

Lucy sonrio—Eso es genial—

—No, no lo es. Es extraño— contesto Edmund.

Los cuatro hermanos estaban seguros de algo, y es que Amina no les causaba buena espina. Caspian aún seguía demasiado conmocionado con la noticia de que los rumores eran ciertos como para reaccionar.

—¿Ella vendrá aquí?— La voz de Peter salió baja, sorprendiendo a todos, ya que generalmente hablaba claro y fuerte.

—Al parecer si, y según ella es en son de paz— Susan respondió por Caspian.

Los hermanos suspiraron mientras Caspian acomodaba su espalda contra el respaldo de la silla.

La espera iba a matarlos.






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En unos montes, ocultos entre frondosos árboles y matorrales, una cabaña mediana y vieja se ergia. Pasos se oían dentro de esta. La bruja preparaba un mejunje sin mucho éxito. Sus dos hermanas mayores le habían dicho varias veces como decía hacerlo pero aún no entendia del todo bien la receta.

Suspiro y tiro el pequeño tacho de madera al suelo. Ella no era una bruja de menjunjes, ella era una bruja de acción. Debería estar allá afuera cazando con ellas y no allí, intentando adelantar trabajo. Paso las manos limpiandolas por su vestido ignorando su reflejo cuando paso delante del espejo. A comparación de sus hermanas, a ella jamás me había gustado mirarse en el. No tenía interés en ver su rostro, y mucho menos de examinarlo durante minutos. Agarró un poco de comida y se sentó en el viejo asiento de madera mientras volvía a examinar con atención el lugar. Las paredes de maderas parecían viejas pero se mantenían fuertes, los diferentes frascos con cosas podrían parecer mountrosas para cualquier mortal o Narniano pero no para ella.

Si mirabas con atención el piso podía descubrir las pequeñas gotas de sangre seca que lo adornaban, después de todo, sus hermanas no son tan prolijas como ella lo es a la hora de trabajar. Había tres puertas más además de la de entrada; una pequeña habitación para cada una, las cuales tenían una cama, una mesa de noche y un armario. Sinceramente ella detestaba esas puertas ya que cada vez que las abría hacían un ruido infernal. Suspiro y se levantó cuando escucho el griterio que venía acompañando a sus hermanas. Debía ayudarlas.

                          
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El enano cabalgaba entre los frondosos árboles. Le habían asignado uno de los caballos más veloces. Debía llegar lo más pronto posible y comunicarle lo que dijo el Rey Caspian a su majestad. Estaba seguro que ella estaba más que ansiosa.

Las Crónicas de Narnia: La Reina Maldita. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora