Capítulo 20

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“No hay nadie como tú”


Amina♥

—Dejaste a Peter con la boca abierta— murmuró Susan mientras preparaba su arco, quería enseñarme a perfeccionar mi tiro, al igual que Lucy, pero con los cuchillos. Sonreí levemente.

—Si, puede ser. — dije. Lucy abrió los ojos.

—¿Puede ser? Mira la sonrisa de estupido que tiene— exclamó. Con Susan giramos la cabeza para ver al Rey rubio, este chocaba espadas contra Caspian mientras sonreí radiante.

—Lucy—la regaño Susan. Aunque termino riendo con su hermana—Aunque Peter tiene cara de estúpido todo el tiempo— dijo esta. Con Lucy reímos. Susan me tendió el arco. Lo tome con una sonrisa.

—Si, pero generalmente es un estúpido amargado, hoy es un estúpido feliz— exclamó. Susan río y me observo

—Bueno, basta de charla, vamos a practicar—dijo. Asentí dándole la razón y tense la cuerda del arco, apuntando la flecha justo a la diana, Susan tomo mi codo.

—Un poco más abajo—susurro tironeando de este. Espere a que acomodara bien mi codo y cuando lo hizo, tome un suspiro y solté la flecha, está se clavó justo en el medio. Lucy aplaudió feliz mientras Susan sonreía. —No necesitas mucha ayuda—dijo la reina tomando de nuevo su arco. Sonreí tímida.

—Tuve mucha práctica por las guerras—reconocí mientras miraba hacia otro lado. Las guerras habían dejado marca, algunas más profundas que otras.

Lucy aclaró la garganta dándose cuenta de que no me gustaba el tema. Adoraba a Lucy, siempre sabía cómo hacer sentir cómoda a la gente. —Bueno, mientras Susan práctica—dijo señalando a su hermana, camino hasta estar al lado mio—Tu y yo practicaremos con las dagas— exclamó tomando mi brazo y arrastrándome hasta otra diana, en donde había una mesa llena de dagas y cuchillos para tirar.

—Empecemos con esta— dijo tendiendome una daga pequeña. Sonreí y agarre la daga correctamente para poner mi mano detrás de mi cabeza, un poco alejada al costado y separar mis piernas. Justo al momento de lanzar algo me hizo pegar un salto.

—Bu!— exclamaron a mi costado, provocando que la daga terminara en cualquier lado. Me gire rápidamente y vi a Edmund con una mano en el estómago mientras reía. Enfoque mi vista en Caspian y Peter, el primero sonreí y el segundo le daba rienda suelta a su risa de orco, mientras me observaba divertido. Rode los ojos mirando a los reyes.

—Muy graciosos — murmure con una sonrisa.

††

El entrenamiento había terminado y me encontraba tomando agua de mi cantimplora cuando las hermanas Penvensie se me acercaron. —Esta noche pensábamos hacer una pijamada— exclamó Lucy contenta. Frunci el ceño, ¿Una que?

—¿Una que?— pregunté. Susan sonrió y dejo que su hermana lo explicará.

—Es una reunión de chicas, todas nos juntamos en un mismo cuarto y hablamos, comemos como cerdos y peinamos a las otras, guerras de almohadas. En fin, una noche de chicas— explico. Sonreí, sonaba Interesante.

—Bueno, me parece bien— dije.

—Perfecto, nos vemos después—dijo Susan tironeando del brazo de su hermana, la cual se quejó pero al ver algo no dijo nada y solo sonrió despidiéndose con la mano. Le devolví el gesto un poco confundida. Eran raras cuando querían.

—Hey— me sobresalté al escuchar una voz a mi costado. Pensé que era la única que quedaba en el lugar. Me gire encontrándome con Peter, el cual había sacado su armadura y sonreía.

—Hey— dije de nuevo esperando que hablase. ¿Que quería?

—Parece que te subestime— dijo gracioso.

—Si, parece que no debes hacerlo más — canturre divertida. —Soy buena en el campo de batalla— explique.

El río —Pero no tanto con cuchillos— murmuró mientras ponía sus manos en los bolsillos de su pantalón. Abrí la boca indignada.

—¡Eso no fue mi culpa! ¡Fue Edmund!— dije haciendo responsable al pelinegro. El rey río, le pegue juguetonamente en el hombro. Hizo una mueca.

—Demonios, eres demasiado bipolar— dijo haciendo una mueca mientras miraba al piso frotando su hombro dónde había pegado antes. Frunci el ceño.

—¿Te lastime?— pregunté acercándome para inspeccionar su hombro. Saque su mano con suavidad y corrí un poco la remera en esa zona, inspeccionado si había alguna lesión o marca, pero nada. Acomode la remera en su lugar y levanté mi vista. Trague saliva al notar lo peligrosamente cerca que habíamos quedado, sin embargo me daba curiosidad la mirada sorprendida que tenía.

—¿Qué sucede?— pregunté. El agito su cabeza

—Te puedo asegurar que las chicas de mi época no harían eso— dijo. Trague saliva y me separé rápidamente con las mejillas encendidas, pude escuchar como reía. Entendía que lo que hice lo fue demasiado moralmente correcto, ¿Desde cuando una mujer se acercaba así a un hombre? Mucho menos una reina.

—Lo siento, no se que pensaba. Tenía que mis poderes te hayan dañado— murmure por lo bajo.

—Tranquila— dijo poniendo una mano en mi hombro pero retirándola cuando levanté mi vista y mis ojos impactaron en los suyos. —he escuchado que las chicas te invitaron con ellas esta noche— dijo.

—Si, ¿Por que?— pregunté. El sonrió.

—Solo espero que sobrevivas— canturreó y empezó a caminar en dirección al castillo.

Trague saliva, no podía ser malo pasar tiempo con las reinas. ¿Verdad?

††

En otra parte de Narnia

—Demonios— murmuró Denisse mientras miraba de nuevo el pequeño cuaderno delante suyo, Karen se acercó rápidamente

—¿Qué sucede?— pregunto metiendo su cabello en el campo de visión de la otra bruja, la cual, la corrió de un manotazo.

—Muévete— murmuró molesta —¡La sangre del último niño no sirve! ¿Cuántas veces les he dicho que deben fijarse bien? Ya hemos llamado mucho la atención — dijo Denisse

Su hermana suspiro —¿Tendremos que tirarla?— pregunto— Por que no no las podemos quedar — se quejó.

Denisse le pego con el cuaderno en la cabeza. —No quiero nada que no sirva dentro de estas cuatro paredes, así que debemos ir y conseguir otro niño ahora — dijo enojada mientras se levantaba de la silla vieja y despintada. Las hermanas bufaron en conjunto.

Todo lo hacían por la misión, y sabían que estaban poniendo precio a sus cabezas.

Las Crónicas de Narnia: La Reina Maldita. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora