Capitulo Cinco

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Elizabeth se estremeció a pesar de las enormes manos de Luke en sus hombros, tranquilizándola. Quemándola.

La idea de esos dos hombres salvajes y atrevidos, que parecían salidos de una novela erótica, y ella, estaba a punto de convertirse en realidad. ¿Podría manejarlo? ¿Podría aceptarlo como parte permanente de su vida?

Ashton se acercó lentamente a ella, con una sonrisa de tiburón y una mirada hambrienta. La excitación y el miedo la dejaron sin aliento. Luke tenía razón: las palabras no podían prepararla para la realidad de esos dos hombres. Él apenas la tocaba y Ashton estaba aún a medio metro. En la habitación se palpaba la testosterona que sobrecargó sus sentidos, haciendo que le zumbara la cabeza. Tenía los nervios tan a flor de piel que se estremeció.

Al ser virgen, Elizabeth se sentía un poco intimidada, pero no asustada. Nerviosa…, sí. Pero eso no iba a detenerla. Tenía que saber si podía ser la mujer que Justin necesitaba, si podía aceptar las caricias de dos hombres a la vez. La tranquilidad que la envolvió era probablemente el resultado de criarse con hombres decididos. Tener miedo no era una opción. Tenía que hacerlo.

Y también sentía curiosidad…, sí. Una curiosidad repentina. ¿Cómo sería poder disfrutar de la alegre delicadeza de Ashton y del crudo poder de Luke al mismo tiempo? Ardía en deseos por conocer la respuesta. El cosquilleo que sintió en el estómago se mezcló con la curiosidad y la fascinación para crear un potente brebaje.

«Alto». Elizabeth tragó saliva, recordando por qué estaba allí. La respuesta a su pregunta era irrelevante. No importaba cómo la hicieran sentir Luke y Ashton. Ella estaba allí para aprender, por Harry, para que él la viera como a una mujer. Alguien a quien pudiera considerar su mujer cuando la abrazara o cuando la compartiera… ¿Con quién la compartiría? ¿Con los miembros de su grupo? ¿Con alguna groupié? Harryse había negado a darle detalles sobre su vida sexual, aquélla que los periódicos sensacionalistas consideraban depravada y escandalosa.

Entonces Ashton la tocó, le deslizó las manos por las caderas. La pregunta se disipó bajo el ardiente contacto de sus dedos cuando la acarició suavemente y le dio la vuelta, dejándola de nuevo de cara a Luke. Su mirada se encontró con la de Ashton por encima del hombro. Sin apartar las manos de ella, él la hizo descansar contra su cuerpo, apretándola contra su pecho, acunando su erección contra el trasero.

Apenas tuvo tiempo de reaccionar ante la descarga ardiente y el abrasador deseo que se enroscó en su vientre antes de que los dedos de Luke se enredaran en sus cabellos y arrastrara su mirada hacia sus ojos, un verde hipnótico parecido al de la copa de los arboles.

—Elizabeth—gruñó Luke —, estás jugando con fuego, nena. Prepárate para quemarte.

Cerró los puños y sin más aviso, bajó la cabeza.

Con un simple roce de su boca, Luke le abrió e invadió los labios, encendiendo sus sentidos cuando deslizó la lengua dentro de su boca y arrasó todo lo que tocaba con cada lánguida y excitante caricia.

Había esperado de Luke un beso rudo, sin concesiones ante su inexperiencia. No fue así. Era hambriento y exigente, sí, pero bueno, muy bueno. Un enredo salvaje de labios, aliento y hambre.

A Elizabeth la habían besado antes, pero no de esa manera. Jamás sin vacilación ni una invitación, pero Luke no era de los que perdía el tiempo.

De repente, él se retiró, dejándola dolorida y sin fuerzas. Oh, Dios. Su sabor. Era excitante y masculino. Adictivo. Elizabeth deseaba más, mucho más.

Con un solo beso, la había despojado de sus defensas, había puesto su mundo del revés, se había hecho con el control.

Luke le rozó los labios con los suyos otra vez, y Elizabeth abrió la boca un poco más. Él se hundió en ella con más profundidad que antes. La saboreó, jugueteó con ella, se retiró. «¡No!» Elizabeth necesitaba más, y presionó las palmas de las manos contra la sólida pared del pecho de Luke, allí donde sentía palpitar salvajemente su corazón.

Fantasía Prohibida - Luke Hemmings y Ashton IrwinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora