Capitulo Cincuenta

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-Maldición, pero no que me vuelvas loco.
-Oh, ¿quieres correrte? -le preguntó ella, retrocediendo.
-Estaría bien -masculló él.
-Seguro. Pero ayer por la noche casi me llevaste al clímax ocho veces para luego dejarme con las ganas, así que tengo todo el derecho del mundo a tomarme la revancha. Aún te quedan siete.

Ante esas palabras, Ash salió de la neblina sensual en que se encontraba y abrió los ojos. Oscura, hambrienta, insondable, centró la mirada en ella y le prometió vengarse si continuaba por ese camino. ¿Acaso no la había sometido ya a la peor de las torturas? La elocuente mirada masculina decía que no. ____________ se estremeció. Ash le metió los dedos en el pelo y se lo agarró con un puño.

-No juegues conmigo, cariño. No podré ser suave y delicado si haces eso.

A sus espaldas, Luke se movió, instándola a bajar la cabeza otra vez.

-Sólo succiónale profundamente. Yo te diré cuándo debes detenerte. Si te apartas antes de tiempo, descubrirás que Ash se queda corto comparado conmigo en lo que se refiere a negarte el orgasmo.

____________ no dudó ni por un momento de que Luke cumpliría esa amenaza de buen grado. Relamiéndose los labios, le brindó a una mirada ardiente y tomó su miembro en la boca, conduciéndolo hasta su garganta. Entre aplacado y excitado, Ash la alentó con gemidos y palabras de ánimo. Ella quedó satisfecha del resultado cuando una capa de sudor le cubrió el pecho y él comenzó a follarle la boca con unos lentos envites de caderas. Vaya, aquel hombre era, sencillamente, delicioso. Pero Luke no se conformó con solo mirar. Por supuesto que no. Todavía detrás de ella, volvió a cubrirle la espalda con su pecho y le acarició los pechos, tomando los sensibilizados pezones entre el pulgar y el índice, y pellizcándolo suavemente. El cálido aliento de Luke en su cuello la hizo temblar. Luego él comenzó a hablar.

-Sigue succionándole y siénteme...aquí.

«Aquí» resultó ser la palma de su mano cubriéndole el sexo, presionándole el clítoris con ella. Su sexo se inundó de deseo. Y, al instante, estuvo tan mojada que casi goteó. Con manos ansiosas, le separó más las rodillas, y comenzó a trabajarla con los dedos.

-Podría seguir tocándote hasta que te corrieras -le gruñó Luke al oído-, pero contigo voy a poner en práctica otra cosa. Voy a rodear con firmeza tu clítoris, luego voy a tocarlo suavemente con la yema del dedo. Tan suavemente que te preguntarás si lo has imaginado. ¿Me equivoco? -se lo demostró mientras hablaba. Ante su gemido, él continuó-: Luego voy a atraparlo entre dos dedos y a frotarlo lentamente.

Y así lo hizo. __________ se quedó sin aliento. Una sensación nueva la atravesó cuando él atrapó su clítoris entre los dedos índice y corazón y lo acarició por los lados, friccionándola hasta que prendió fuego a todo su cuerpo.

-Ahora, voy a empezar de nuevo y, de paso, acariciaré el resto de tu ardiente sexo húmedo. Pero no lo suficiente para que te corras.

Durante los siguientes minutos, él demostró lo mortalmente efectiva que era su técnica. Con un grito, ella se retorció cada vez que él cambiaba de toque. Cada vez que sabía que ella estaba a un par de caricias de correrse, cambiaba de tercio, y hacía vagar sus dedos por otro lugar hasta conducirla a la locura. Cuanto más excitada estaba ___________, más voraz era con el miembro de Ash. Gimió en torno a la gruesa erección, pasándole la lengua por el glande hinchado, curvando los dedos en la base y apretándolos. Luego jugaba con sus testículos, pasándole un dedo por debajo y restregando sus pezones por la superficie.

-Lo haces muy bien, cariño. - Ash parecía sudoroso y estupefacto-. ¿Dónde demonios has aprendido eso?

___________ no contestó. No podía. Además, no quería dejar de lamer cada delicioso centímetro de Ash. El atractivo y sexy chef inspiró profundamente.

Fantasía Prohibida - Luke Hemmings y Ashton IrwinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora