Capitulo Cincuenta y Siete

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-Lo que sea que estés pensando -le advirtió Luke mientras se sentaba en el asiento del conductor y cerraba la puerta-, la respuesta es no.

-Tengo que poner fin a todo esto.

-No.

-Pero...

-No.

-Maldita sea, ¿por qué no?

-Nos hemos esforzado mucho para protegerte. Harry se ha hecho su propia cama. Ya tuve que ver una vez cómo te ibas con él, y luego no pudo hacer que lo nuestro funcionara. No vas a arriesgar tu vida para sacar a ese estúpido asno del lío en que se ha metido.

-Pero...

-¿Quieres volver con él?

Sabía cómo acorralarla con sólo unas palabras.

-No.

Luke le lanzó una mirada con aquellos salvajes ojos verdes que ella no pudo descifrar.

-¿Quieres estar con Ash y conmigo?

-No me gusta tener que ocultarme en medio de la nada y tener que estar lejos de mi padre.

-Responde a la pregunta.

¿Estaba el enorme y aparentemente invencible Luke preguntándole si era feliz y quería quedarse con su primo y con él? La respuesta parecía importante para él. Contuvo una sonrisa. La pregunta había sido casi... dulce. Había hecho que en el interior de _________ creciera la esperanza. Extendió el brazo hacia él y le puso una mano sobre el muslo.

-Sabes que sí.

El asintió con la cabeza como si con eso diera por finalizada la conversación.

-Entonces no vuelvas a mencionar a ese idiota jamás.

La semana siguiente transcurrió lentamente, entre los eufóricos encuentros en los brazos de Luke y Ash y el abatimiento por la falta de mejoría en la salud de su padre. La desaprobación de Hunter resonaba a través del teléfono cada vez que hablaba con él, empeorando su conflicto emocional.

Esa mañana, como si detectara su confusión y tristeza, Luke la había despertado con unos tiernos besos en el cuello y sus exigentes dedos dentro de su sexo. Ash había añadido su talentosa lengua en sus pezones y aquellas pinzas a las que parecía haber agarrado tanto cariño.

Al cabo de unos minutos habían eliminado de su cabeza cualquier pensamiento que no fuera la necesidad de sentirlos en su interior. Como era natural, la habían complacido, llevándola de nuevo a unas alturas que ella apenas podía comprender. Ahora, después de que hubiera salido el sol, Ash le depositó un suave beso en la frente y salió de la cama en dirección a la ducha, dejándola sola con Luke. El enorme guerrero la estrechó contra su cuerpo; sus pieles húmedas se pegaron mientras respiraban al unísono.

___________ contuvo las ganas de llorar. No sabía si su padre mejoraría, ni si sus decisiones la distanciarían de su hermano mayor. Ni si alguna vez obtendría el amor de Luke. Allí en el pantano, parecía vivir en una burbuja. Nada era real. No existía ni el pasado ni el futuro, sólo el presente, hasta que algo ocurriera, hasta que su padre se recuperara o hasta que agarraran al idiota que había puesto la bomba.

-¿____________? - Luke la acarició la espalda con la ancha palma de su mano. Era su manera de preguntar si estaba bien.

Ella a su vez, quería preguntarle si la amaba. Pero sabía que no debía. No estaba segura de querer saber la respuesta. Luke la deseaba. Tenía que conformarse por el momento. Los dos hombres la acariciaban a todas horas, la sentaban en sus regazos, la besaban. Se acostaban con ella tres o cuatro veces al día. Era un milagro que no se hubiera vuelto loca a base de orgasmos. Pero no se quejaba, a pesar de no saber qué sentía Luke por ella. Jamás había dicho una palabra, y ella seguía sin conocer aquel pasado que pesaba sobre él como una losa.

Fantasía Prohibida - Luke Hemmings y Ashton IrwinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora