Parte 3:

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Dicen que para afrontar los cambios del camino hay que aceptarlos, aceptar el hecho que las cosas que cambiaron no van a volver a ser como antes. Que a partir de ese momento, el pasado es el pasado. Pero el problema es que esos cambios te cambian, y que si no quieres cambiar ellos te arrastrarán con ellos hasta que finalmente lo hagas.

Y ahí estoy yo, un francés cualquiera que tiene que cambiar para ser el futuro rey de toda una nación. ¿Como se supone que debo afrontar eso? Necesito mucho esfuerzo, pero ¿Como esforzarme en algo que no quiero? Lo peor es que apenas han pasado dos horas de mi primera clase, aunque no voy a echarle la culpa a la clase más bien a los que asisten a ella.

 Todo iba bien, hasta que comencé a escuchar lo que hablaban los que estaban a mis alrededores, su forma de hablar era como si tuvieran el mundo a sus pies. Lamentablemente esta clase era solo para príncipes, así que mi hermana y Grayson estaban en distintas clases. Intente hablar con el chico que estaba a mi lado en el cambio de hora pero este solo me miro, se levanto y se fue hacia otro banco. Lo cual provoco que mis ganas de querer sociabilizar desaparecieran. Mientras esperaba que el profesor llegara un chico llego al salón. Este era el primero que llegaba a ver que se vestía normal entre todos estos príncipes. Lo observe desde lo lejos por un momento hasta que note que desvió su mirada hacia donde yo estaba sentado, mire hacia otro lado evitando que notara mi pequeño acoso. Comencé a hojear el cuaderno que me habían dado para tomar apuntes, sentí una presencia frente a mi y una voz lo cual provoco que levantara mi cabeza. 

-Estas en mi lugar-Era el chico que había entrado anteriormente al salón, abrí mi boca dispuesto a decir algo al respecto pero la cerré al no poder formular ni una palabra. El sujeto era algo alto, pero puedo decir que no tan alto como yo. Su cabello era dorado brillante, muy brillante. Su aspecto daba a entender que era serio, que era una persona algo intimidante. 

Al darme cuenta de que no había hecho ni dicho nada rápidamente tome mi cuaderno, el resto de mis cosas y me levante dispuesto a cambiarme de puesto pero el rubio apoyo su mano en mi hombro deteniéndome. Lo mire algo desorbitado, pestañee varias veces con cierto miedo hasta que sonrío dejando ver su blanca dentadura.

-Puedes quedarte con el puesto, solo porque pareces ser el único con los pies en la tierra en este salón-Sonreí ante ese comentario, me hubiera gustado decir lo mismo de el pero comenzó a hablar nuevamente-Me sentare...aquí-Dijo mientras rodeaba el banco que anteriormente estaba sentado aquel chico que espante, literal. Se sentó y comenzó a sacar sus útiles, creí que seria la ultima vez que hablaría conmigo pero volvió a hacerlo-¿Eres nuevo? 

-Si.

-Era obvio-Quise preguntarle porque era obvio, aunque seguramente era mi forma de vestir, pero el profesor llego impidiéndome soltar alguna palabra. Abrí mi cuaderno de apuntes dispuesto a copiar lo que el profesor decía pero este, como el anterior, me llamo al frente para presentarme. Me levante con cierta torpeza pero nada que no pueda manejar por lo menos para que no se note, camine hacia en frente a paso rápido hasta finalmente girarme quedando frente a la clase. 

-Bienvenido...-Comenzó el profesor mientras se detenía un momento para leer mi nombre en la lista-¿Ventino?

-Si-No quería mirar a nadie por la vergüenza que sentía, aunque en realidad nadie prestaba atención a la presentación excepto el rubio que había conocido anteriormente.

-Espero que te integres en las rutinas y estudios de nuestro instituto. 

-También espero eso, si-Asentí con mi cabeza.

-Puede regresarse a su lugar-Asentí con mi cabeza antes de regresar a mi banco, en el momento que me senté pude ver al rubio inclinarse hacia mi.

-Interesante nombre-Sonreí mientras me acomodaba en mi puesto. La clase comenzó a hacerse más ligera por alguna razón, todo iba mejorando hasta que el profesor nos asigno un trabajo en grupo o de a parejas. Por un momento creí que iba a estar solo hasta que pude ver al rubio arrastrar su banco hasta que quedara pegado al mio, este acomodo sus cosas y se volvió a sentar. Se acomodo más cerca de mi mientras con una de sus manos sujetaba la hoja donde estaba la tarea asignada.-Bueno lo primero que tenemos que hacer es...-Lo observe fijamente, esa naturalidad me había sorprendido y más con alguien como yo.-¿Qué? ¿Por qué me miras así? ¿Creíste que lo ibas a hacer solo? ¿Qué lo iba a hacer con alguien más? 

-Tal vez si-Solté una leve risa sin gracia alguna.

-Te equivocas Venti, si no estuvieras aquí lo haría solo. ¿Me crees capaz de hablar con alguna de estas personas sin cerebro?-Solté una carcajada y me escogí de hombros-Me caías bien.

-¿Ya no?-Pregunté.

-No-Hice un gesto de desilusión mientras lo miraba-Bueno quizás un poco-Sonreí ampliamente antes de tomar la hoja que el anteriormente tenia.

-¿Entonces qué es lo que tenemos que hacer?-El nuevamente se coloco más cerca de mi y comenzó a hablarme de lo que teníamos que hacer, aunque no estaba prestando mucha atención a sus palabras. Me había distraído con sus ojos, más bien uno de sus ojos. Parecía ser diferente al otro, tenia una especie de mezcla de azul como su par pero también algo de marrón. Finalmente el timbre sonó, el se quejo en voz baja por el corto tiempo que habíamos tenido para el trabajo. 

-Bueno tendremos que juntarnos para hacer el trabajo-El mientras decía eso anotaba algo en mi cuaderno que había agarrado para comenzar a organizar el trabajo-Te dejo mi numero, mándame un mensaje luego, ¿Bien?-Asentí con mi cabeza, guardo sus cosas y luego se fue. Y entonces ahí fue el momento que me di cuenta, yo no tenia celular. Sujete la hoja en alto, solté una leve carcajada al leer lo que había escrito.

"2914253643 Tell me baby;)"








Todo sea por la corona ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora