Parte 28:

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-Tengo alguien que presentarte-Kalet me había levantando temprano, demasiado para mi gusto pero por alguna razón logro levantarme y que lo acompañara.-Tal vez te suene algo apresurado pero quería presentarte a mi entrenador personal y mostrarte mi gimnasio privado.

-Vale-Al llegar al "gimnasio" privado pude notar que simplemente era un lugar con maquinas, pesas y un dispensador de agua. Iba captando a todo iba todo esto, quería que comparta este lugar con el. El iba diciendo los nombres de las maquinas y yo solo me limitaba a asentir, es que la verdad aunque intentara memorizar los nombres se me haría imposible. Pare en seco y me gire hacia el-Se que quieres pasar tiempo conmigo pero...¿Por qué siento que me estas diciendo gordo?

-Ventino, realmente tienes una maquina de buscarle las cosas malas a las cosas que se te presentan dentro de tu cabeza-Iba a defenderme pero tenia algo de razón.-No me mires así, es la verdad y lo sabes.

-Bueno, vale quizás si soy algo...propenso a buscarle lo malo a las cosas pero no soy negativo, soy precavido.

-Tu precavidad es una molesta en el universo, deberías enterrarla bajo tierra y disfrutar un poco.

-Bueno no es mi culpa que...

-¡Para! No sigas si lo siguiente de tu oración es negativo, realmente es muy temprano para tu mala onda hijo mio-Abrí mi boca dispuesto a seguir mi oración pero la cerré al darme cuenta que si era negativo lo que iba a decir.

-Entonces...¿Donde se supone que esta tu entrenador personal?-Este sonrío y caí en la cuenta finalmente, ¿Como es que no me había dado cuenta antes?-No, claro que no, tu no seras mi entrenador. Ni siquiera tuve un entrenador alguna vez,  ¿Crees que voy a aceptar que mi padre sea mi entrenador?-Este se quedo callado, solo sonrío lo cual fue totalmente extraño.-¿Por qué me miras así?

-Nada, solo que dijiste "mi padre" sin odio por primera vez-Lo mire estupefacto.-¿Qué? ¿Por qué me miras así?

-No repitas mis palabras-Le ordené señalándolo con un dedo.

-No repitas mis palabras-Repitió a lo cual yo lo quise matar mientras este reía.

-¿Quien es el niño aquí?-Pregunte congenia a la situación. 

-No lo sé, normalmente los niños se ríen y suelen por lo menos sonreír dos veces al día pero tu te ves todo amargado, con cero ganas de vivir y puedo decir que hasta un par de arrugas-Apreté mi mandíbula y lo mire desinteresado.

-Mejor empecemos esto, quiero ir a dormir lo antes posible.

-Antes de empezar vamos a...¡Oh! Justo, Jonathan ha llegado-Fruncí el ceño y me gire encontrándome con Jace, cerré mis ojos un momento y respire profundo. Lo que me faltaba, al rubio también.

-Wow, cuanta emoción se te nota en...-Se coloco enfrente de mi y movió sus manos al rededor de mi rostro-Todo eso-Comento el ruso, le mostré una sonrisa totalmente falsa y regrese a mi expresión seria.

-Bien comencemos calentando haciendo unos abdominales y series de plancha de un minuto-Tomaron unas colchonetas y las colocaron en el suelo. Yo me quede con mi colchoneta en las manos mientras los miraba.

-¿Es necesario esto? Muero por algo de comer-Ambos me miraron y sin decir nada pude entender que si no me sentaba me iban a obligar a hacerlo.-Bien, bien. Hagamos esto.

Comenzamos haciendo las series de abdominales y las de plancha, luego hicimos unos quince minutos de bicicleta lo cual fue totalmente aburrido hasta que comenzo a dolerme todo.

-¿Despues de esto puedo irme?-Pregunte por tercera vez.

-¡No!-Me dijeron los dos al mismo tiempo, hice un leve puchero y apoye mi cabeza en el manubrio de la bicicleta.

Todo sea por la corona ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora