Parte 7:

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Algo retumbaba dentro de mi cabeza, mis ojos pesaban y mi cuerpo debilitado no podía emitir ni una acción. Me sentía como si hubiera corrido un maratón de cien kilómetros toda la noche y no hubiera dormido un mes entero. Lo gracioso es que apenas había sido una noche.

-Venti, hermano levántate. Tienes clase en veinte minutos y no te has cambiado, tengo que irme así que espero que llegues a tiempo sin mi ayuda-Fue lo único que logre escuchar de Grayson antes de que terminara durmiéndome otra vez. Creí que solo habían sido cinco minutos pero en realidad fue una hora y media. Abrí mis ojos completamente al ver la hora, me impulse lo suficiente para levantarme de un tirón pero mi pierna se enredo con las sabanas y termine cayendo al piso de cara.

-Joder-Me queje por lo bajo. A veces me preguntaba porque tenía que tener tanta mala suerte. Desenrede la tela de mi pierna y me quede sentado en el piso unos segundos, ya era tarde así que no tenía caso ir hasta que termine la segunda hora. Me arrastre hasta el armario y me puse lo primero que encontré, lo normal entre príncipes era que su mano derecha con magia lo cambiase pero eso no era para mi, aunque recuerdo cuando Grayson lo intento.

Flashback©

-¿Todavía sigues en la cama?-Preguntó el castaño.

-¿Acaso eres ciego? Claro que sigo en la cama-En las mañanas mi mal humor era insoportabley más cuando me apresuran.

-Bien príncipe, tu mal humor lo dejas de lado y te levantas o terminaré mandando a tu trasero por un portal hasta una fosa de sorgons-Lo mire aterrorizado, esos bichos eran como humanos mitad lagarto. Ya saben como los de Zathura.
Arroje las mantas lejos de mi cuerpo y me levante de un tiro, frote mis ojos y entonces sentí un frío recorrer todo mi cuerpo. Baje mi vista hacia mi cuerpo y entonces note que no tenia más que un bóxer puesto. Grite agonizado por la situación y me abrace a mi mismo intentando cubrir la mayor parte de mi cuerpo-¿Qué haces? Quédate quieto.

-¡Juro que tenía un pijama cuando me acosté! ¡No se que paso!-Grite mientras lanzaba mis mantas de la cama buscando aquellas prendas de ropa que creía tener.

Todo sea por la corona ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora