Finalmente el viaje había terminado, fue extraño regresar al palacio porque todos nos esperaban con un gran banquete incluso me mandaron a mi nueva habitación la cual era mucho mejor que la que tuve cuando estuve allí por primera vez. Cuando llegue a esta encontré un traje sobre mi cama.
¿Enserio creen que usare eso?
Bueno, vamos a lo importante.
Deje mis maletas a un lado de la puerta y di unos pasos estar en el centro de la habitación, descolgué mi mochila de mi hombro sujetándola con mi mano. Abrí el cierre con mi mano libre y luego sujete el otro extremo de aquel objeto, lo voltee y entonces todas las cosas que tenia ahi adentro comenzaron a caer una tras otra.
-Eso dolió, oie-Sonreí placenteramente, sabia perfectamente que ella estaba dentro de mi mochila con quien sabe qué, que provoca que este invisible para mi visión. Esta se dejo ver y su cuerpo era demasiado diferente al que yo había conocido. Su tamaño era extremadamente pequeño, incluso más de lo que creí pero eso explicaba porque había entrado en mi mochila y porque no había sentido un peso mayor.
-No es mi culpa que te hayas metido en mi mochila-Estaba enojado, esto me traería grandes problemas y para colmo no sabría exactamente el tiempo que estaré aquí hasta volver al instituto donde ella vive.
-No es mi culpa que tu hayas querido dejarme, oie-Me agache y extendí mi mano, ella extendió sus alas y se subió a mi mano. Me levante y la mire detenidamente, era muy pequeña.
-¿Qué voy a hacer contigo?-Pregunté en medio de un suspiro.
-¡Darme de comer! Tu dedo no me pareció sabroso, oie.
Lo que me faltaba, que se queje de mi sabor de mi dedo el cual mordió sin permiso.
Pense en darle un sermón que lo que había hecho estaba mal, que estas no eran sus tierras pero pensándolo bien luego de decir mil palabras me diría solo un "No lo entiendo" o solo se reiría, mejor ni me gasto. Aparte no tengo tiempo, debo cambiarme e ir al banquete que prepararon para mi llegada y la de los demás.
-Te traeré de comer, pero solo con la condición que te quedes en mi habitación y no hagas nada malo mientras no estoy.
-Yo nunca hago nada malo, oie-¿Acaso no ves que meterte en mi mochila sin mi permiso y estar en Francia cuando deberías estar en esas malditas islas porque un dragón que cambia formas no es normal aquí?
-Bien, confió en ti. Si no, te morirás de hambre. ¿Me escuchaste?-El pequeño "lagarto" asintió con su cabeza y luego voló hacia mi cama.
-A sus ordenes mi camarada, oie-Solté una leve risa ante las ultimas tres letras. Al parecer era "su frase" lo cual era bastante graciosa la forma en la que lo decía. Sin más que decir, tome el traje y fui hasta el baño en el cual me cambie. Llegue al salón donde era el festín mientras me intentaba acomodar la corbata. Jamas había usado una, lo más parecido que use fue un collar de soga que me diferenciaba de las niñas cuando llego la moda del pelo corto. Gracioso porque ni siquiera tengo rasgos de una chica.
Mientras tenia una lucha con mi corbata mi caminata seguía, pero el problema fue que no miraba mi camino y termine chocando con un camarero. Este por suerte venia con poca comida y logro mantener el equilibrio. Este era mi primer festejo real, cuando llegue solo me mostraron el castillo y nada más. Bastante triste pero este era digno, aún que no conocía a nadie lo absoluto y nadie parecía conocerme a mi. Camine entre las personas luego de rendirme con la dichosa corbata y entonces pude distinguir una cabellera bastante peculiar entre las demás.
Valería.
Se encontraba en una de las mesas sirviéndose quien sabe qué, dude un momento en si acercarme o no pero finalmente lo hice con la intensión de preguntarle sobre Jace o mi hermana.
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Todo sea por la corona ©
FantasyTodo comenzó aquella noche, pero no era una noche especial ni diferente. Era una noche más entre las miles de noches que había habitado en toda mi vida. Y ese fue exactamente mi problema, no estar preparado para que una noche diferente se presentara...