Parte 16:

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Mi mente no lograba maquillar una sola idea de que demonios hacer en ese instante, en primer lugar nunca creí que regresaría en tan poco tiempo. Todo había pasado tan rápido, un vuelo dentro de una hora esperaba por mi el cual tendría que compartir con personas con las cuales no quería hablar y una chica de pelo blanco en mi habitación con la esperanza de quedarse conmigo. 

-Mira se que no lo vas a entender pero te lo pondré de esta forma-Sus ojos estaban fijos en mi desde el momento que la senté sobre la cama que solía ser de Grayson-Las personas como yo-Moví mis manos señalándome-Tienen que viajar lejos de un día para el otro.

-No lo entiendo.

Maldición.

Me aleje un momento de ella mientras caminaba de un lado al otro pensando que carajos hacer, porque la verdad esto era muy difícil. Quizás solo necesitaba decirle que se fuera pero eso seria muy grotesco y no soy bueno para ese tipo de cosas. Las despedidas. Les tenia terror y por alguna extraña razón no tuve la oportunidad para hacerlo con mi familia. Eso me da una idea.

-Raiza-Solté rápidamente-Tu me dijiste que esta es tu casa.

-Si, lo es.

-Bueno, yo también tengo mi casa y es momento que regrese porque no estoy seguro en este lugar.

-¡Yo puedo protegerte!-Mordí mi labio inferior por los nervios que tenia, esta chica era imposible.

-No debes. Tengo que volver, tengo que lograr regresar con mi familia. Tu también tendrías que hacer lo mismo, no deberías estar aquí.

-¿Familia? ¿Qué es eso? Oie-Pase mis manos por mi cabeza apunto de tener un ataque de nervios pero un golpe en la puerta se interpuso.

-¡Ya debemos irnos! ¿Por qué tardas tanto?-Mi hermana intento abrir la puerta pero esta solo solo se podía abrir por mi. Entre la desesperación que sentí y el pánico que abundaba en mi cabeza, rápidamente tome la mano de Raiza y la arrastre hasta el armario.

-Quédate aquí-Le ordene en voz baja para que mi hermana no escuchara. Rápidamente cerré la puerta del armario y corrí hacia la puerta del cuarto. Tome el picaporte y conté hasta tres calmándome mentalmente. Dibuje una sonrisa en mi rostro totalmente falsa pero no quería levantar sospechas.-Hermanitaa.

-¡Hermanita mis tetas! Apúrate o te dejaremos niñito-Asentí con mi cabeza y antes de que pudiera decir algo más cerré la puerta. Rápidamente corrí hacia el armario y lo abrí pero la persona que había dejado ahí adentro ya no estaba.

Bueno supongo que se fue.

A menos que me este volviendo loco y ella sea parte de mi imaginación.

Sin perder más tiempo tome mis cosas y me largue de la habitación. Mientras caminaba por el corredor podía ver a las personas salir de sus habitaciones también con maletas, no estaba muy seguro de lo que sucedió pero parecía ser algo grave. Tenia ganas de regresar a Francia, pero la sensación de no haber terminado de entender aquella conversación que escuche por equivocación por todos los acontecimientos era una deuda que quizás nunca lograre terminar. 

Pude ver a mi hermana junto al rubio y la chica de pelo naranja esperándome.

¿Como debería actuar con ellos?

-¡Hasta que llegas idiota!-Chillo mi hermana mientras tomaba una de mis maletas-Deja la llevo para que la suban, ¿Tienes todo lo necesario en tu mochila para el viaje?-Moví mi cabeza de arriba abajo y entonces ella se fue. Les di una corta mirada a ambas personas que parecían estar igual de incómodos que yo. Ambos tenían la mirada perdida al igual que yo, me aparte un poco para sentirme menos tenso. De repente levante la vista y pude ver a Luz correr en mi dirección, sonreí al verla. 

Todo sea por la corona ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora