Aunque mi subconsciente me dice que corra, corra lejos de todas aquellas personas que van y vienen en aquel corredor mis pies no se mueven. Solo estoy allí, en medio de todo, viendo como el mundo sigue corriendo sin mi. ¿Como había llegado ahí en primer lugar? Fácil, al darme cuenta que no tenia celular corrí tras la cabellera rubia pero fue demasiado tarde para encontrarlo. Intente regresar sobre mis pasos pero las personas me lo impedían como si fuera un ser invisible, termine siendo llevado a un rincón. Pero no podía quejarme, yo era el culpable de estar allí, de ser invisible, de no poder enfrentar a nadie, ni a las personas, ni al pasado, pero sobre todo al futuro. El tiempo ha pasado, pero yo sigo siendo el mismo. El mismo chico que ayudaba a su padre, el mismo chico que solía cuidar a su madre cuando enfermaba. El mismo chico que pretendía transcurrir su vida siendo nadie.
-¿Qué se siente ser el numero diecisiete mil uno?-Mi mente dejo de divagar por un momento al escuchar aquella voz, mire a mi alrededor buscando el dueño de aquella voz y entonces fue cuando la vi. Una chica, la cual se encontraba parada a escasos centímetros de mi. Lo primero que logro llamar mi atención fue el color de sus cabellos, rojo, muy rojo y sus ondulaciones la hacían verse realmente bien.
-¿Perdón?-Fue lo primero que se me ocurrió.
-Perdonado, pero me hubiera gustado obtener una respuesta antes que un perdón-Soltó una carcajada haciendo que mi piel se erizara. Despegue mis labios un momento dispuesto a decir algo pero ella se interpuso-Veras, este instituto es una clara imagen de la típica escuela llena de adolescentes que no captan nada de lo que esta sucediendo enfrente de ellos. Pero eres el primero que veo en toda la isla que se detiene y observa lo que esta sucediendo.
-¿Toda la isla?
-Claro, ¿Donde crees que estamos? ¿En una nube mágica que flota sobre la tierra?-Solté una leve risa ante esas preguntas y negué con mi cabeza.-Eso es bueno porque es una triste isla en el planeta tierra, aunque tengo que admitir que seria genial.
-Apuesto que se podría ver desde nuestra nube el mundo de las hadas.
-¡Tienes razón! Apuesto que podrías engañar a Cosmo para que nos saque de este horrible lugar, ese hombre es demasiado idiota-En ese momento me sentía como un niño recordando aquellos tiempos donde veía por la tele los padrinos mágicos.
-Seria divertido porque probablemente aparezca Wanda y lo mate por ayudar a alguien que no es Timmy Turner-Ambos nos reímos por un momento pero ella se detuvo y yo también porque no quería parecer un retrasado.
-Eres la primera persona que conozco que haya visto ese dibujo animado-Eso me sorprendió bastante, es decir, creo que no debería ser legal que algún niño no vea ese programa por lo menos una vez en su vida.
-¿Enserio? Eso es extraño, por lo menos de donde vengo.
-¿De donde vienes?
-Conques, Francia.
-Nunca había escuchado de ese lugar, aunque bueno no conozco mucho de Francia, solo lo normal, como París y eso.
-Tranquila, tampoco es qué sea un lugar conocido-Estaba tan perdido en nuestra conversación que no me había dado cuenta que finalmente el corredor se había despejado-¿Sabes donde puedo conseguir algo de comida? Me perdí el desayuno por seguir durmiendo y realmente tengo hambre.
-Por supuesto, sígueme-Comenzamos a caminar a la par en silencio, pero no era incómodo, para nada. Finalmente llegamos a una especie de comedor, si es que se puede llamar esta sala. Era demasiada moderna y lujosa como para poder ser solo un lugar donde comer. Estaba repleto de personas, se podía ver que algunos eran príncipes por sus coronas y también las princesas. Identifique a un par de sujetos que se vestían parecido a Grayson aunque no del todo. Busque una mesa libre pero se me hacia imposible con tanta gente, y entonces fue cuando pude ver a mi hermana en una de las mesas junto a otro chico. Quizás era su novio, aún que parecían estar en una especie de pelea.
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Todo sea por la corona ©
FantasyTodo comenzó aquella noche, pero no era una noche especial ni diferente. Era una noche más entre las miles de noches que había habitado en toda mi vida. Y ese fue exactamente mi problema, no estar preparado para que una noche diferente se presentara...