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Con la caída del ultimo emperador, un grupo de guerreras tomaron el mando de la capital más importante del imperio japonés. Nerima

Donde construyeron un nuevo modelo de gobierno para su prosperidad, guiadas bajo el código de Meiyo ahora las fuertes guerreras lideran la ciudadela más importante del país

Regla uno del código de Meiyo: Sólo las mujeres fuertes pueden liderar una nación justa y estable

24 AÑOS DESPUÉS DE LA CORONACIÓN DE NAOKO TENDO

La fragancia de los cerezos anunciaba la pronta primavera, a pesar de que los botones de las flores se mantenían cerrados el dulzor se mezclaba con el aire

En los extensos jardines del palacio Tendo la tranquilidad rodeaba a los integrantes de la familia real -Hace un buen día ¿verdad?- comentaba Kasumi, la hija mayor de las hijas Tendo

-Tu lo has dicho hermana- Nabiki la hija intermedia disfrutaba de la brisa suave que mecía las ramas de los árboles -Papá, también deberías calmarte bajo la sombra- sugería la chica castaña a su progenitor -Mamá está preparando a Akane para ir por su nuevo harem al pueblo- susurró cerrando los ojos

Akane Tendo, la hija menor de la familia, considerada la próxima sucesora al trono, princesa por derecho, fuerte, audaz y hermosa. Recién cumplidos los diecinueve años según el código de Meiyo debía contraer un harem. Un grupo de hombres del pueblo servirían en su palacio sólo a ella, de acuerdo con la tradición de Poliandría

Dentro del palacio Naoko y sus sirvientas arreglaban las mejores telas para el atuendo de la princesa Akane, colores claros e intensos danzaban en la habitación, collares de perlas, cuentas de todo tipo, joyas costosas traídas de occidente, seda de la mejor calidad y artilugios de belleza hasta donde alcanzaba la vista

-Akane, no puedo creer que ya estés en esta edad- decía emocionada Naoko viendo a su hija -Me recuerdas tanto a mi cuando llegué a ese día- contaba dulcemente -Cuando fui por mi harem al pueblo tu abuela escogió por mi, pero yo te dejare a ti

Akane sonrió sutilmente dejándose arreglar el cabello -Gracias- dijo mirando sus manos -Estoy nerviosa

-No lo estés, verás que todo sale bien, la fiesta es grandiosa, los habitantes de la aldea hacen un delicioso banquete, si recuerdas la selección de tus hermanas te harás una idea- terminó de colocar las peinetas de flores en su pelo -Te vez preciosa

-Gracias mamá, daré lo mejor de mi- Ambas salieron de la habitación rumbo al jardín donde el resto de la familia esperaba

-Debemos ir al pueblo- anunciaba Naoko -Estamos listas

En el pueblo todos se movilizaban, la llegada de la princesa sería cuando el sol estuviese en su punto más alto, apurados con la colocación  de los adornos, los puestos de comida y la caseta principal el pueblo esperaba ansioso

-Ranma, escucha bien, debes impresionar a Naoko Tendo, para que te elija como parte del harem de su hija- le ordenaba su madre arreglando su camisa -Hazlo por la familia

Ranma Saotome, hijo del general Genma Saotome y Nodoka Saotome. Alto, de tez ligeramente tostada, cabello negro como el ébano, regido en una trenza tras su nuca y ojos azules tan profundos como el mar. Entrenado desde pequeño para pertenecer al ejercicio samurai 

-Pero madre ¿Por qué debo ir yo? Se supone que he estado entrenando para ser un samurai ¿Qué tiene que ver que vaya al harem de la princesa?

-Escucha, Ranma, debes darle el apeido Saotome a esa niña, Naoko debe saber que ella misma le dará el trono a nuestra familia y entonces, solo entonces podré recuperar el honor ante mis ancestros

El chico la miró, su madre realmente detestaba a la actual emperatriz de Nerima, se vio de reojo en un espejo, jamás pensó que seria postulante al harem de una princesa ¿Por qué yo?

La emperatriz y su descendencia llegó al pueblo, siendo recibida con ovaciones, pétalos de flores sobre su cabeza y tambores, un gong anunció a los habitantes de la aldea la llegada de sus majestades

-¡ATENCIÓN!  ¡LA EMPERATRIZ NAOKO TENDO Y SU FAMILIA ESTÁN AQUÍ!- gritó uno de los mercaderes del pueblo con emoción

Las palabras de bienvenida les llovían de todos lados, regalos como adornos para el cabello  telas, tabaco, especias, piedras preciosas y collares también eran recibidos por sus manos. El poblado de Nerima realmente apreciaba a su actual gobernante, era justa y siempre velaba por todos, asumiendo que sus hijas serían igual de amables. Vaya que no se equivocaban 

-¡PRINCESA AKANE, POR FAVOR DEJE QUE ESTE FIEL SERVIDOR SEA PARTE DE SU HAREM!- Se oyó el grito de un hombre con bastante desesperación 

-Al parecer hay unos cuantos interesados en ti- dijo su madre con picardia. Akane enrojeció un poco a escucharla

El retumbar de los tambores cesó cuando la familia estuvo en la caseta principal -Hola a todos- habló Naoko haciendo una reverencia

-¡GLORIA Y HONOR A LA REINA!- se oyó el atronador grito colectivo, la multitud igualmente hizo la reverencia, hubo quienes incluso se arrodillaron

-Hoy, es un día importante- continuó hablando -Un día de fiesta- hizo un ademán para que su hija menor pasara con ella al frente -Este día, la princesa Akane elegirá a los integrantes de su harem

Ranma se hallaba en el lote de los postulantes eufóricos para ser mirados por la princesa, la  mirada azul del chico se concentraba en la caseta donde la emperatriz hablaba, pero no prestaba atención sólo veía las banderas ondear por el aire. De pronto un suspiro masculino lo sacó de su ensimismamiento

Frente a él, una creación hermosa, más hermosa de lo que pudo haber imaginado. Sus ojos brillaron con intensidad, como el topacio, sus pupilas dilatadas observaban la sonrisa de delicados labios rosas que poseía la princesa

Abrió la boca ajeno al barullo que el resto de postulantes hacían por ser tomados en cuenta. Su corazón dio un latido que retumbó en su estómago y se concentró sólo en ella

Por un efímero segundo sus miradas chocaron, los ojos de la joven eran grandes, cafés como las almendras y tan hipnotizantes que esa fracción mínima de tiempo fue suficiente para marcar el destino de Ranma

Por su parte, el chico sólo pudo pensar una cosa

Es preciosa y la quiero para la eternidad

PoliandríaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora