XIII

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-Iré con usted- afirmó rápidamente el muchacho

-¿Seguro que no te gustaría entrenar?

-Estoy seguro Majestad, usted me ordenó seguirla a donde fuera- Akane se echó a reír levemente

-Es verdad, pero no tienes que hacerlo a cada lugar, me refiero a las veces que podamos aprender algo juntos- sonrió -Si quieres puedes tomar tiempo para ti, como el resto

Aquello desánimo al chico ¿Hizo algo malo y ahora no le quería cerca? -Entiendo Majestad, iré al campo de entrenamiento- le dijo con fingida alegría

-Ten cuidado- le encomendó comenzando a adentrarse al palácio, entregó su yegua al encargado del establo siendo recibida por Sasuke

-Majestad- llamó su guardián -Con todo respeto, pero como su consejero y guardián, me gustaría sugerir algo

-Adelante- concedió la princesa, dirigiéndose al salón de estudios generales

-Usted sabe quién es Ranma Saotome- hizo una pausa, probando terreno, en vista de su silencio continuó -Yo mismo me encargué de informarle, que se trata del hijo de Nodoka, la antigua mujer que perdió en el combate por el trono y juró venganza- llegaron a una puerta con grabados de loto -Así que debería tener cuidado

-Sasuke, hay una leyenda que dice, ten a tus amigos cerca y a tus enemigos más cerca- abrió las puertas corredizas encontrándose con un cuadro conmovedor. Daisuke junto con Hiroshi enseñaban a los hijos de las cocineras

-Hola- saludó amablemente. Los muchachos se levantaron haciendo una reverencia pronunciada -Está bien, sigan en lo que estaban- se acercó a los pequeños acariciado sus cabezas -¿Lo pasan bien con los educadores?

Los pequeños asistieron mostrandole sus primeras letras a la soberana -¡Estoy aprendiendo a escribir!- contó con entusiasmo una linda niña de ojos almendra, parecidos a los de ella

-Me alegro- la sonrisa sincera de Akane dejó absortos a Daisuke y su hermano adoptivo -Quisiera hablar con ustedes de algo- pidió sentándose en el tatami -Ustedes aprenderán de los sabios del palacio y me gustaría que también transmitieran los conocimientos a más niños, deben tener una idea de lo que quiero

Ambos se miraron sorprendidos, anteriormente solo las personas que tenían suerte eran instruidos en las ciencias completas, el resto se resignaba a vivir del campo o los negocios pequeños

-Alteza, creo que lo que pide no es imposible- comenzó Daisuke -Pero usted podría tener problemas por compartir los conocimientos a cualquier persona

-Los niños son quienes poblaran nuestras tierras en el futuro, ellos deberían conocer mejor que nadie los misterios que aguarda el mundo, ellos los descubrirán si los guiamos correctamente, con respecto a meterme en problemas, mientras sea soberana de esta tierra nadie podrá contradecir mi palabra

Hiroshi quedó fascinado por su forma tan fresca de pensar, él mismo se creyó loco por su deseo de compartir, enseñar aquello que tanto le había costado aprender

-Mandaré a construir un par de edificios para que puedan asistir ahí los niños, de todas las edades, los adultos. Quien tenga ganas de tener el saber también- se levantó -Por supuesto tendrán papel, tinta y plumas

-Muchas gracias majestad- se inclinó Hiroshi -No sabe lo agradecido que estoy por permitir que comparta lo que sé a los demás- una gran sonrisa adornó el masculino rostro del muchacho -No vamos a fallarle

Daisuke puso una mano en el hombro de su hermano en señal de apoyo -Vamos a hacer nuestro mejor esfuerzo- corroboró -Estamos seguros de que será una gran gobernante

La peliazul se sonrojó levemente -Gracias, ustedes harán posible eso en el futuro- Se levantó saliendo de la habitación -Nos vemos

-Sasuke, estaré tomando el té. Ve a descansar- ordenó la chica -Siempre tendré cuidado de Ranma- le aseguró. El samurái, solemne se retiró dejándola sola en los pasillos custodiados -Solo quisiera saber porqué está aquí- un poco más tranquila ahora sus sirvientas la seguían cual sombras

Llegó a la cocina donde Sentaro junto con Picolet disponían los elementos del té -Veo que trabajan duro- tenía las manos detrás de su espalda oliendo con agrado la infusión de cerezo

Todos hicieron una reverencia antes su presencia -Dejen las formalidades para después, quiero probar esto que huele delicioso- su presencia serena era tan acogedora que incitaba al resto a relajarse -¿Podría?

La cocinera mayor les ordenó a los jóvenes que debían atender a su princesa. Sentaro colocó las tazas con cuidado y sirvió delicadamente lo que sería un té de cerezo ligeramente endulzado

Picolet sirvió frutas exóticas, seguramente traídas de otras tierras -Espero sean de su agrado majestad- le sonrió amable el chico. Akane recibió los alimentos probando uno -¡Es delicioso!- sus mejillas llenas de vida eran tiernas. Tanto que sus concubinos eran atraídos rápidamente

De pronto una presencia apareció desde la puerta de la cocina -Sé que estas ahí maestro del espionaje- susurró muy calmada y tomando su apetecible bebida tibia

-Tiene un buen instinto Majestad- Kentaro salía de las sombras -Creí que podría sorprenderlos

-La verdad es que eres bueno ocultando tu aura de batalla pero...- giró el rostro -Debes mejorar el control de tu respiración, es muy pesada

-Con permiso- dijo mientras entraba -Mis compañeros son hábiles, veo que ellos si la han impresionado- se rascó la nuca ligeramente

-Muy hábiles, deberías probar estos manjares- invitó la princesa -Picolet, Sentaro

-Diga, alteza-

-Si no es mucha molestia quisiera que sirvieran esto en la comida. Me gustaría que todos probaran esta delicia

-Entendido majestad, claro que no es molestia- Picolet estaba feliz por ser de ayuda en el palacio tanto que lo desbordaba

-Koha, ayudalos por favor, ayuda a ambos. El sol pronto estará en su punto más alto-

PoliandríaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora