XXXIV

211 31 7
                                    

—Devuelveme ese anillo Shampoo, sabes que no te pertenece— le vocifero Ranko acercándose a ella —No debes tenerlo tú

—¿Ah no? ¿Cómo sabes que no es mío? Tú no conoces las riquezas de la familia amazona. Este anillo no es más que una pequeñisima porción de mis bienes, bastarda

—No te atrevas a llamarme así, Shampoo yo sé que ese anillo pertenece a la princesa Akane. Lleva la insignia de Poliandría— Ranko se movió con avidez sobre los futones de la habitación —¡Devuelvelo!— ordenó casi estallando en cólera al no poder atrapar a la escurridiza mujer

—Atrapame si puedes Fukui, vamos inténtalo— La joven de pelo morado le arrojó una almohada al rostro aumentando el enfado de la otra —Eres muy lenta

Ranko no podía dejar de verla con odio, aunque ahora tuviera el cuerpo de una mujer seguía siendo hombre, él no podía lastimar a ninguna fémina, su educación se lo impedía —¡Por favor deja de jugar!

—Te diré algo, si consigues que Ranma Saotome haga lo que yo digo le devolveré el anillo sin protestar— ofreció —¿Qué opinas?

—Nunca— Se negó —Estás a tiempo de regresarlo sin tener represalias

—No me intimidas, eres inferior a mi Ranko. Conoce tu lugar— se acercó para empujarla, con el golpe la pelirroja calló al suelo —Que Ranma haga lo que yo diga y obtiene de vuelta su anillo, de algo te servirá ser entrometida, convencelo— dicho eso último salió de la habitación acompañada de Azusa

El resto de doncellas murmura por la disputa. Kiema se acercó ayudandola a levantarse —¿Estás bien?

—Estoy bien, no pasa nada— quiso sonar tranquila pero estaba ya muy hastiada de no poder obtener el anillo de vuelta —Iré a hablar con ese Saotome— anunció saliendo también

En las montañas Akane limpiaba las heridas de su yegua con sumo cuidado, el animal se mostraba dócil pero reparaba cuando le acercaban el cataplasma antiséptico, una vez pudo colocarle las hierbas se las vendó con una trozo de su tienda —Perdoname, no debí traerte aquí— se lamentó terminando de atar la tela —Pronto estarás bien te lo prometo

—Su Majestad

—¿Qué sucede Sasuke?

—El emperador Soun quiere tener una audiencia con usted

—Iré enseguida— le informó recogiendo los utensilios medicinales. Se lavó las manos observando al cielo. Había llegado el momento de esa conversación

Ranma estaba delante de Shampoo escuchando sus ridículas condiciones para regresarle el anillo —Deberás adularme cada vez que nos veamos, tendrás que hacerlo con una oración completa, durante algún tiempo

—¿Durante cuánto?

—El que yo considere necesario— exclamó divertida —Así como Mousse besa el suelo por donde piso tú deberás hacer lo mismo

—No estoy a su nivel— admitió Ranma apretando los puños —Así que no pidas imposibles, porque yo no te amo como lo hace ese tipo, no esperes palabras sinceras de mi boca

—Por ahora no tengo expectativas en esto, solo quiero probar hasta donde eres capaz de llegar por este objeto tan preciado que te dejó la princesa— confesó tranquilamente —Pero después de un tiempo, verás que estarás tan acostumbrado a mi que no podrás separarte

—Nunca— reiteró el chico —Aunque fueses la última mujer de pie, nunca estaría contigo— declaró —Cuando te canses de este juego, sabrás que no me interesa...

PoliandríaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora