III

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Akane se acercó a los hombres, con un guardia tras ella se dedicaba a mirarlos a todos, no quería escoger sólo por la apariencia física, deseaba un harem funcional para su palacio

-¿Tu nombre?- preguntó amable a un chico de túnicas

-Mi nombre es Mousse su majestad- respondió el chico de cabellera larga y negra

-Dime ¿Cuál... es tu especialidad?- preguntó con el emblema de su harem en la mano

-Mi especialidad es la fabricación de armaduras y armas para los combates- respondió aún agachado la cabeza -Su majestad

-Bien- sonrió al atento público -Él está dentro- lo hizo levantarse dándose cuenta de que era mucho más alto que ella -Bienvenido- le entregó el broche con el emblema que lo acreditaba

Siguió inspeccionando a todos los postulantes encontrándose con el chico que le dio el collar -¿Tu nombre? ¿Tu especialidad?- cuestionó

-Mi nombre es Ryoga su majestad, soy especialista en el comercio de joyas- respondió él muy emocionado y sonrosado

-Bien, entonces sé bienvenido- Le entregó un broche como el de Mousse haciendo que se pusiera de pie mientras era guiado hacia la zona de elegidos

Siguió andando entre los hombres, no quería a tantos sólo a quince como mucho. Volteo a su izquierda  -¿Tu nombre?- pregunto a un muchacho de piel clara

-Es Mikado su majestad- respondió con una voz bastante amable

-¿Cuál es tu especialidad?

-La danza- respondió el joven orgulloso. Akane sonrió una vez más otorgándole el emblema

-Bienvenido- el guardia lo guió hasta la zona de elegidos. La princesa miraba atenta a todos, cada uno la observaba con bastante anhelo, a ella o a su poder -¿Tu nombre?

-Shinnosuke majestad

-¿A que te dedicas?

-Soy experto en la crianza de animales gigantes su majestad- respondió un muchacho de piel tostada y facciones fina

-¿Animales gigantes?- cuestionó ella con bastante asombro -Dime ¿Acaso eres un guardián de Ryugensawa?

-Así es su majestad

-Pues, sé bienvenido a mi palacio Shinnosuke- le entregó un emblema

-Gracias su majestad- el joven se encaminó con sus nuevos compañeros

-Tu, dime como te nombran- pidió más animada la joven princesa

-H-Hikaru su majestad- respondió un chico realmente flaco y falto de músculos, era curioso verlo por lo general eran muchachos corpulentos quienes llegaban como postulantes

-¿Tu especialidad?

-Soy experto en el arte del ocultismo y hechizos majestad- La peliazul sabía de la existencia de los hechiceros pero nunca había visto uno, además uno muy joven. Seria interesante aprender de él

-Bienvenido- le dio un emblema mientras se le iluminaba el rostro
De nueva cuenta se paseaba entre los postulantes encontrándose con la cercanía peculiar entre dos -¿Cuáles son sus nombres?

-Mi nombre es Hiroshi su majestad- respondió uno

-Y el mio es Daisuke- respondió el otro

-¿Son cercanos?

-Somos hermanos su majestad- Respondió Daisuke alzando un poco la cabeza -Adoptamos A Hiroshi después de que perdiera a su única familia

A Akane le conmovió un poco aquello -Sus especialidades- pidió amablemente

-Somos aprendices de maestros- respondió esta vez Hiroshi ganándose una tierna mirada

-Entonces, sean bienvenidos, ambos- le entregó un emblema a cada quien. Los dos se encaminaron donde los demás para esperar -¿Cual es tu nombre?

-Mi nombre es Konatsu majestad, es un honor

-Konatsu, dime ¿en qué te especializas?

-Estoy en el camino a convertirme en un maestro del espionaje

-Interesante ¿No serás un infiltrado en mi pueblo o si?- Bromeó ella

-Por supuesto que no su alteza, seria incapaz- respondió un poco menos tenso y al mismo tiempo nervioso

-Bueno, confiare en ti- le entregó un broche en las manos -Cuento contigo- Konatsu hizo una reverencia

-Tu te ves muy educado ¿Cuál es tu nombre?- cuestionó la próxima emperatriz

-Mi nombre es Picolet- respondió con un acento extraño

-Así que eres extranjero ¿Qué te trae por aquí?

-La comida su majestad, me especializó en comida- respondió él -Sería un honor servirla en su palacio

Akane lo pensó, le costaba admitirlo pero no sabia cocinar, le faltaba mucho que aprender. Quizá él podría ayudarle -Bienvenido Picolet- entregó el broche

Ranma veía como poco a poco los emblemas se acababan y ni siquiera lo había mirado. Se concentraba en otros mientras el moría de ganas de decirle abiertamente que estaba dispuesto a luchar y dar su vida por ella

Pero sería sacado de ahí y no tendría posibilidad de entrar al harem. Suspiró con cansancio, debía tener esperanza, su encanto natural le daría el pase

-¿Cómo te llamas?- preguntó la princesa cerca de Ranma, con la ilusión de ser elegido alzó la cabeza. No obstante ella se dirigía a otro hombre a su lado, vaya decepción

-Mi nombre es Saffron alteza- respondió -A su servicio

PoliandríaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora