Poliandría

VIII

El agua fría te hace ver fuerte, mientras el agua tibia te vuelve menos varonil. Decía su madre mientras lo obligaba a asearse en el río desde muy temprano

Ranma se lavó con odio, maldita la hora en que su padre decidió dar pie en ese entrenamiento inhumano -Apurate muchacho, la vida aquí empieza desde temprano- oyó gritarle desde afuera y después un portazo le anunció al chico que se había quedado solo

Terminó de enjuagarse y procedió a vertirse agua caliente regresando a su forma natural, salió de ahí ya limpió y listo para presentarse ante la princesa. Sarutoru estaba que ardía de furia, no podía creer las insolencias de Ranma ante su autoridad -No creas que me tienes contento muchacho, vas a apurate y a hacer lo que yo diga si no quieres que te expulse del harem

Para el azabache era muy difícil, seguir ordenes, estar donde lo dejaran siempre o compartir habitación. Pero por la princesa, oh, solo por ella soportaría mientras se ganaba su corazón. Se formó en la fila de los elegidos yendo a otra habitación

Akane se apuraba a vestir, a diferencia de sus hermanas ella se caracterizaba por ser menos delicada y femenina. Se la estaba educando para ser una guerrera que no tenía tiempo de ser tan mujer como ella quisiera

Al haber nacido en último lugar le era conferido un poder importante sin embargo también contrajo responsabilidades que debía llevar a cuestas y así como su honor

El maldito honor

Sus ropajes eran como los de los soldados del ejército aunque sin armadura, sin mucha gracia pero ceñidos a la cintura de la joven. Salió apurada desde sus aposentos mientras sus sirvientas se disponían a seguirla como sombras

-La princesa hoy va a asignarles un área donde puedan desarrollarse y demostrar sus habilidades, si consiguen impresionarla habrá muchos regalos que valen la pena

El muchacho de la trenza solo quería una cosa, ser bendito con la primera noche del cuarto creciente, enamorar cada poro de su ser y pasar con ella su vida entera

Todos agacharon la cabeza en signo de respeto y solemnidad ante su majestad, algunos nuevos guiados por su curiosidad levantaban la cabeza ligeramente, entre ellos Ranma

Sintió su corazón agitarse conforme subía el rostro, no obstante la fascinación desapareció al encontrar un par de ojos saltones frente a él. Con miedo retrocedió hasta caer de sentón -¿Qué?- un panda lo observaba con malicia

Risas burlonas se oyeron, entre ellas una muy melodiosa y cantarina -Suficiente llevense al panda- ordenó Akane con una sonrisa radiante -Espero que la primera noche en el palácio fuera de su agrado- esperó a que Ranma se pusiera de pie y continuó -Sasuke les dará pergaminos con las actividades que deben desarrollar en este sitio. Los guiará a cada uno

El guardia repartió las tareas pero no le dió nada al azabache de ojos azules -Disculpe...- intentó hablar

-Para tí tengo planes diferentes, sigueme- le ordenó Akane, comenzando a moverse -Sasuke voy a estar en mis aposentos en la puesta del sol, espero que traigas lo que te pedí

Miradas de descontento y envidia se clavaron en la espalda del chico afortunado mientras sentía mucho nerviosismo y felicidad que no podía ocultarlo

-A ti te escogí por un impulso ¿sabes? Tuve un buen presentimiento cuando nos conocimos- comenzó la soberana cuando estuvieron en el pasillo, lejos del resto

-Alteza...- por un momento se sintió especial

-Sé que eres el hijo de general Saotome y también he escuchado rumores de tu madre- se detuvo -¿Será más fuerte el peso del pasado o estás aquí por tu deseo?- los ojos avellana brillaron con intriga desde su iris -Ranma Saotome

De especial pasó a sentirse descubierto, con esa mirada tan cristalina sentía que podía develar cada uno de sus secretos, como si desnudara su alma y entró en pánico

Lo que menos deseaba era exponer su velgonzozo secreto, así que retrocedió con temor -Yo no...

-Ven, hay algo que quiero encomendarte especialmente a tí