Poliandría

VI

Las habitaciones fueron asignadas, debían compartirlas entre cuatro personas. Ranma miraba detenidamente cada rincón del palacio ¿Su padre estaría cerca? Los otros elegidos comenzaban a desarrollar empatía mientras él se mantenía distante a todo excepto la princesa

—¿Ranma?— la voz de Nodoka fue un gran alivio para su vecina, por un momento la creyó fallecida —¿Dónde está mi hijo?— pidió saber la mujer que recién recuperaba la conciencia

—Nodoka calmese— le pidió la otra pasándole un té —Ranma fue elegido— la aludida se detuvo de llevarse la taza a la boca —La princesa lo eligió en el final

—Pero...— aquello desconcertó a Nodoka notablemente —¿Cómo?

—Ranma la salvó de caer, fue muy rápido, ella tropezó y él fue en su auxilio— la otra mujer se levantó y puso un nuevo leño en la chimenea —Ese muchacho tendrá muchos problemas allá

—¿Por qué lo dice?— preguntó ya más repuesta

—Ese muchacho está enamorado, sus ojos lo delatan

—¿Cree que será infeliz si vive con alguien por obligación?

—No me refiero a eso, él está enamorado de la princesa Akane, lo que realmente representa un problema son los demás contrincantes— se giró para ver a la madre del aludido —Debe superar duras pruebas, tu hijo no es alguien que guste de compartir ya que siempre ha sido el único y lo tuvo todo para él hasta ahora

—Eso no importa, porque no tendrá que compartir nada

—¡Escuchen con atención! ¡Ya no están en casa, ahora pertenecen al harem de la princesa! ¡Deben tomar esta elección con seriedad! ¡Ninguno fue elegido al azar, cada uno desempeñará una tarea importante y quien la haga bien, tendrá una recompensa!— Sasuke daba instrucciones al grupo de seleccionados

—¡Bienvenidos!— Akane llegaba mientras le abrían las grandes puertas del salón —¿Les gusta el lugar?— preguntó acercándose a todos. Cada uno se inclinó con respeto —Levanten sus rostros, hoy se enlistan en las filas de mi ejército personal, intentaré que con sus habilidades este palacio funcione mejor, por ahora disfruten de la bienvenida

Sasuke los guió por un pasillo hasta un extenso comedor repleto de dulces y sake, los comensales se acomodaron en las sillas dispuestas —Adelante, pueden comer y beber cuanto gusten

Los dieciséis jóvenes se sirvieron alcohol comenzando un momento ameno. Para ser el primer encuentro no estaba tan mal, Ryoga conversaba animadamente con Mousse cuando Ranma llegó a hablarles —Hola

—Hola— los otros le ofrecieron un nuevo trago —Así que el chico con suerte, debe ser un honor tener el emblema de una princesa— comentó Mousse

—¿Eh? Ah, pues creo— el chico de la trenza miraba su cuenco —¿A ustedes les gusta...?— Dejó la pregunta en el aire mirando a Akane

—Por supuesto— se apresuró a decir Ryoga

—No— el otro muchacho se encogió de hombros dejando a aquel par bastante asombrado —No se alarmen, pasa más seguido de lo que piensan, es bonita, pero mi corazón le pertenece a alguien

—Entonces ¿Por qué viniste?— cuestionó el joven de la bandana tomándose su trago rápidamente

—Por honor, no es de sorprenderse que personas manden a sus hijos para estas cosas, es como una tradición. La verdad preferiría que no me mirara, mucho menos que me eligiera para la primera noche

—¿Primera noche?— sus acompañantes se alarmaron exclamando su intriga al unísono

—Si, la princesa elegirá de nosotros con quien tendrá su primera noche de cuarto creciente, es la temporada fértil de la realeza o algo parecido, como sea. Paso de ser el elegido

La cara de Ranma estaba caliente y sentía vergüenza, la primera noche,  vaya...  Debía calmarse, pudo haber tenido "suerte" pero podían no elegirlo esta vez —Sabes mucho ¿Cómo?

—Es lo básico que debes saber cuando te postulas a estas cosas— increíble y él solo quería ser un samurái respetable

Los gongs del comedor sonaron anunciando el final de la convivencia —Es hora de que vayan a descansar, asegúrense de despertar temprano para la asignación de tareas

Akane salió de ahí escoltada por Sasuke sin mirar a nadie ni decir una palabra —Andando— el resto de guardias hizo que todos se dirigieran a su respectiva habitación

El chico de la trenza debía compartir con Hiroshi, Daisuke y Saffron, mientras Mousse y Ryoga quedaban en otro lugar

—Tienen ropajes nuevos en los baúles detrás de cada futon, cada uno tiene dos tatamis y una mesa de té, si quieren recibir más cosas complazcan a la princesa y serán recompensados— Sarutoru el encargado del orden les daba consejos —No causen alboroto porque su cabeza rodará de eso me encargo yo

Akane se dirigía a su jardín privado para descansar un poco de ese día, no le gustaba la idea de liarse con tantos hombres pero sus tradiciones le daban privilegios como estos, si fuere una simple pueblerina sería juzgada fuertemente y sentenciada a un castigo severo. Cuanta injusticia disfrazada de tradiciones, si llegara a gobernar entonces cambiaría todo

—Regreso en un momento Sasuke, encargate de los preparativos para mañana— anunció entrando por una puerta bañada en oro

Ya en su pequeño pedazo de cielo particular se desató el obi de su kimono y sumergió sus pies en un lago pequeño  disfrutando el momento. Cerró los ojos recordando el tacto que mantuvo con aquel muchacho, sonrió inconsciente jugando con el agua

Ese acto le recordó aquellos ojos topacio, hermosos y en un susurro suspiró su nombre —Ranma