Darling I wanna see every inch of you

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Shawn estaba temblando, lo sentía en sus manos mientras me acariciaba, ahora él trataba de tranquilizarse y ahora sus besos se habían tornado tan tiernos y lentos que hacían explotar mis sentidos.
- No quiero lastimarte. Me decía. No quiero que él se detenga ¿quiere parar?
- No lo harás, confió en ti. Lo calmaba.
- ¿Haz hecho esto alguna vez?
- No.
- Lo haré con calma cariño, te lo prometo.
- Lo sé.
Solo quería continuar, lo besé para que se calmara un poco y siguiera.
Sus ojos parecían llamas, estaban en pleno incendio junto a su ardiente piel que me estaba quemando.
- Te deseo, deseo estar contigo, justo ahora. Me susurraba mientras con delicadeza desabrochaba al fin mi pantalón.
Estábamos ahí, en medio de la habitación en ropa interior frente a frente.
No podía evitar ver todo su cuerpo, era como hecho a molde, perfecto, en forma, de solo verlo ya sentía miles de orgasmos uno tras otro.
Shawn me tomó con fuerza recostándome sobre la cama boca abajo.
- Tranquila, relájate. Me pedía.
No podía ver su cara, podía sentir su exquisita lengua recorriendo mi cuello, sus hermosos dientes mordisqueando mis orejas, sus manos estaban volviéndome loca, mi cuerpo era un piano y Shawn estaba haciendo música con él.
¡Muero!
Era imposible sentir su enorme erección.
Quería ver su cara, Shawn disfrutaba de mi, no paraba de besarme y sonreír, me sentía plena.
Era tan dulce pero sus besos alrededor de mi cuello eran un enorme peligro, me llevaban al descontrol, verlo disfrutar de mi, de mi cuerpo, hacían el momento el más excitante de toda mi vida.

Sus rulos comenzaban a pegarse en su cara, él sudaba al igual que yo. Sentía un enorme espasmo en el vientre bajo, no necesariamente de dolor.
- Estas preciosa cariño, eres realmente hermosa.
Me decía al oído mientras terminaba de desnudarme por completo.
Se quedó un momento contemplando mi cuerpo desnudo, estaba un poco insegura sobre mi cuerpo pero la forma en como Shawn me observaba me hacía sentir una diosa.
- Eres hermoso. Le repetí mientras me aferraba a él.
No podía más, no podíamos más estábamos incendiándonos.
Shawn me veía fijamente con sus enormes dilatados ojos, estaban brillantes, no paraba de morder sus labios, acomodar sus rulos, jadear y tratar de controlar su respiración.
- Cierra los ojos. Me pidió. Obedecí.
Sus manos comenzaron a cosquillear mis piernas y de vez en cuando sentía sus uñas presionando contra mi piel propiciando a que esta se erice.
Mis emociones estaban explotando, él me hacía sentir sensaciones que nunca había imaginado que existían.

Raul comenzó a besar mi pecho y se deslizaba con su lengua hasta llegar a mi abdomen, jugaba con ella con destreza, jamás sentí algo igual. Él estaba excitado, lo sentía y lo veía (era obvio ver semejante...) tomó mi mano poniéndola sobre su miembro. Me manejaba para mostrarme que hacer con ella, tenía su enorme miembro entre mis manos, él no paraba de jadear y este estaba expandiéndose aún más.
- ¿Estás lista cariño? Me preguntó mientras me besaba. Yo sólo asentí, quería que siguiera.
Shawn tomó una bolsa de papel, me parecía familiar esa bolsa ¡ES EL PAQUETE QUE DEJÓ AALIYAH!
Tomó de ella un pequeño paquetito, si, Shawn tenía en ese momento un condón en sus manos.
Después de maniobrar al parecer logró ponérselo. Él sonreía y se dirigía hacia mi.
- Tranquila, relájate corazón.

Me besaba con tanta delicadeza que el hombre intenso que hace segundos existía en el se había ido, Benito no estaba, ahora era Shawn Mendes quien llevaba las riendas.
Sus labios chocaban con los míos a destiempo, me estaba besando sin compasión alguna pero con tanta delicadeza y dulzura a la vez que estaba por volverme loca.
Besé su preciosa espalda y aferraba mis uñas en ella, recorrí su cuello y jadeaba en sus oídos, Shawn parecía enloquecer cada vez que le susurraba.
Él se colocó sobre mi mientras besaba mi cuello.
- Te deseo Priss.
Tomó mi cintura y me posicionó contra él, sentía su piel encendiendo la mía, sentí como un dolor intenso se apoderaba de mi mientras penetraba mi cuerpo. El dolor conforme a me acoplaba a su ritmo iba bajando la intensidad, cuando creía que estaba desapareciendo llegaba con más fuerza, pero a pesar del dolor yo no quería parar.
Comencé a gemir, mis ojos tenían lágrimas, estaba en trance, no tenía idea de lo crudo y doloroso que esto podía ser.
El dolor era insoportable y estaba a punto de pedirle a Shawn que se detuviera pero al verlo disfrutar intenté volver al ruedo y relajarme nuevamente.

Sentía como nuestras almas se estaban fundiendo, yo era una pequeña gota y Shawn era tornado, huracán y tormenta juntos, unidos éramos un precioso desastre. Su piel horneaba a la mía, sus deliciosos dedos deleitaban mis sentidos, su voz susurrando a mi oído provocaba escalofríos en mis entrañas.
Shawn con su cuerpo en el mío hacia estallar mis sentidos.
- Me encantas cariño.
- Me gustas mucho Shawn.
Peter aumentó el ritmo, sentía como mis piernas y las suyas iban en compas como una danza, besaba mi cuello, tomaba mi cintura, jadeaba a mi oído, sentía un espasmo que cada vez iba subiendo de intensidad, mi piel estaba en llamas ¡Katniss Everdeen, yo soy la nueva chica en llamas!
Estaba volviéndome loca, sus majestuosas manos además de hacer arte con los instrumentos musicales lo hacían tan espléndidamente con mi cuerpo, este hombre no sólo es buenisimo en la música o en persona.
Su espalda me encantaba, era el rincón de su cuerpo más sexy en conjunto con sus clavículas que eran lo más rico del universo, tocar su cuerpo era una de las 7 maravillas, amaba su cuello, sus rulos, sus inmensas piernas, sus esculturales brazos, su hermosa cara de ángel tratando de ocultar el nerviosismo detrás de un chico malo.
Amaba cada rincón de su cuerpo, cada centímetro, cada milímetro, cada fibra de su ser, me estoy muriendo, ahora lo sé, amo a este hombre.
Shawn y sus movimientos eran la más completa y pura gloria. Besaba a Shawn en él cuello, el momento era el más intenso de la noche él no paraba de jadear y sus rulos estaban mojados por el sudor que su ardiente cuerpo generaba, no paraba de morderse los labios y apretar mi cuerpo hacia él, de pronto un glorioso y vibrante espasmo recorrió mis entrañas haciéndome parar, Shawn de igual manera lo hizo, quedamos en un pleno y extraordinario estado de relajación.
Mendes me sostenía entre sus brazos y yo aún sentía sus brazos temblando, estábamos exhaustos.
Me besó la frente.

En mi vida había imaginado que existiera sensación así, una parte de mi estaba en shock, nadie se imagina que el sexo seria así de crudo, por otro lado, me creaba un mundo en mi mente y me hacía sentir espectacular la idea que Shawn hacía hasta lo imposible por hacer de esta una de las mejores experiencias, verlo disfrutar sin duda alguna era la mejor parte, nadie lo imaginaba, jamás lo imaginé, esta noche estará en mi memoria de por vida, la noche en que mi alma y la de Shawn se fusionaron.

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