All I remember it's that smile on your face.

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Era la mejor escena en la que en mi vida me había encontrado, un enorme espasmo acompañado de escalofríos recorrió mi cuerpo, mis piernas comenzaron a perder el equilibrio tambaleándose de un lado a otro en cuestión de microsegundos, no tenía control sobre mi cuerpo, sentía un enorme nudo en la garganta, sentía como la taquicardia se apoderaba de mi, mi alma no estaba dentro de mi cuerpo, se encontraba fuera de este, en órbita con la de Shawn, en sintonía.
Mendes estaba situado frente a mi, con una mirada piadosa de un niño, matándome por dentro, él tenía el control sobre mi, sus ojos llorosos a punto de desbordarse en un lago de lágrimas estaban carcomiéndome, era la cosa más bella y tierna.
- Shawn, te adoro con toda mi alma entera. Susurré mientras las lágrimas recorrían mi cuerpo.
Shawn estaba parado justo frente a mi, sostenía entre sus manos un pequeñísimo papelito como los de las galletas de la suerte, el cual llevaba la leyenda:
"Sé parte de mi"
Analicé su rostro, estaba atontada y no sabía que era lo que debía de hacer o responder ¿a qué te refieres Shawn?
- Sé parte de mi. Repitió Shawn. Mientras intentaba mantener una sonrisa al borde del llanto.
- Cariño, soy más que eso y seré todo lo que tú quieras. Le confesé.
De inmediato me tomó entre sus brazos y me apretó contra él como nunca antes en su vida, besaba mis labios tiernamente y acariciaba mis mejillas con dulzura, sus manos aún temblorosas hacían hasta lo imposible por adaptarse a mi cuello y cara.

Mendes estaba llorando, yo no entendía que era lo que ocurría, mi alma entraba y salía de mi cuerpo, no podía soportar verlo en llanto pero la sensación de paz que él y sus brazos me brindaban me decían que todo estaba más que bien.
Tomé su rostro entre mis manos para levantar su mirada hacia mi.
- ¿Está todo Bien cielo? Le pregunté mientras lo analizaba.
Shawn lloraba pero no era de miedo, era como uno de aquellos ataques de nervios que solía tener antes de salir al escenario, mi niño estaba atrapado por los nervios, era lo más lindo y tierno del universo.
Se tomó un tiempo en silencio tratando de contenerse, tomó aire, me tomó de las manos y se paró en una postura recta y volvió su vista directamente hasta mis ojos.
( ¡Imagínense a Shawn con los ojitos rojos tratando de contenerse, lo más tierno!)
Sus ojos aún rojos y brillantes me observaban profundamente.
- Cariño... Murmuraba con voz temblorosa pero clara.
- ¿Si?
- Quiero hacer de esto lo más formalmente posible.
- ¿A qué te refieres?
- Cariño, Priss, no me importa que es lo que viene o pueda venir... Te amo.
¡Jamás me había dicho te amo! Eso automáticamente destruyo todo mi ser y lo regeneró, sentía la enorme necesidad de decirle todo lo que yo sentía hacia él pero el inútil nudo en mi garganta no me lo permitió.
- Shawn... Dije después de un silencio de una manera entrecortada.
- Aguarda. Me interrumpió.
Sus manos sudaban, él parecía recién salido del gimnasio después de un largo día de levantamiento de pesas.
Apretó mis manos entre una de las suyas, mientras con una sonrisita me veía a los ojos.
Separo nuestras manos y mantuvo solamente una.
- Cierra los ojos. Me ordenó.
Antes de obedecerlo noté como él intentaba parar el llanto, cerré los ojos.
- Extiende tú mano Priss. Dijo entre risitas totalmente llenas de nerviosismo.
Extendí mi mano, sentí su mano rozar la mía, colocó algo en mi palma, no podía adivinar que era.
Sentí un hueco en el estómago.
- Ábrelos. Susurró entrecortadamente.
Los abrí y lo primero que observé fue la hermosa sonrisa de Shawn que se veía aún más preciosa envuelta en lágrimas y con sus cachetitos todos rosados.
Poco a poco fui observando como él se fue agachando hasta quedar completamente arrodillado en el piso, vi la palma de mi mano y me eché a llorar como nunca en la vida.
En mi mano estaba un precioso anillo con forma de media luna color azul marino, Shawn estaba temblando al igual que yo.
- Shawn... Dije llena de miedo.
Yo seguía con el brazo extendido como Mendes me lo había pedido.
- Cariño. Soltó una risita.- ¿Sabes lo que significa esto?
Negué con la cabeza, no podía hablar.
- Cada que estemos alejados, sin importar la razón o circunstancia, quiero que veas esta luna, recuérdala siempre, así como yo lo haré, recuerda que te amo y eso nada lo puede cambiar, solo lleva un pequeñito trozo de mí junto a ti.
- Te amo Shawn.
Comenzó a ponerse nuevamente de pie y tomó el anillo para ponérmelo.
- Quiero que esto signifique algo para nosotros cariño, quiero que iniciemos juntos una vida... Quiero que... Tartamudeaba.
Yo sabía por dónde iba pero ¿realmente estamos listos para esto? No dejaré que él agregue más prioridades a su vida, su carrera va en progreso, no es momento de parar.
Al menos yo no quiero ser la causa.
- Shawn, no necesito nada más, esto es perfecto, nada significa más para mí que tú estés conmigo. Le interrumpí.
- Así lo haremos cariño.
Sonrió, al parecer notó que yo sabía hacia dónde se dirigía y lo tomó de la manera más inteligentemente posible.
- ¿Quieres ser mi novia? Preguntó temeroso.
- Es lo más obvio del mundo Mendes. Le dije.
Tomó nuestras manos nuevamente y noté que él llevaba un anillo idéntico al mío, nos besamos por un larguísimo y cálido momento, sentía la necesidad de él, su piel era tan perfecta con la mía, sus labios y los míos se unían con tanta fuerza y desesperación que parecía que habían sido separados en el pasado.
- Shawn te amo, pero no debemos apresurarnos.
- Cariño, te daré todo el tiempo que sea, hasta que tú estés lista.
Al parecer era claro que me aterraban ese tipo de cosas.
- Gracias, te prometo que no te decepcionaré mi cielo. Le respondí aliviada.
No quería herirlo, se había esforzado bastante pero no era el momento, no quiero ser yo quien intervenga así en su carrera, es mucho peso que Mendes no necesita.
- Te amo Priss. Me sonrió y de algún modo me hizo notar que él entendía perfectamente mi postura.
- Te amo Shawn, con mi alma entera.
- Te juro que el siguiente anillo será mejor que este. Me dijo entre risitas mientras tomaba nuestras manos y observaba cómo lucían nuestros anillos.
Yo solo lo observé impactada por lo que había dicho ¿DE QUÉ HABLAS MENDES?
21 de Diciembre, la fecha que jamás olvidaré.

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