Roses

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Entré rápido a ducharme, estaba cansada. Mi mente estaba agotada, nunca en mi vida había recibido tanto odio por parte de alguien, recordaba los miles de tweets que estaban en mi puerta, eran horribles, no entendía ¿por qué todo el fandom me juzgaba sin siquiera saber de mi? Jamás había hecho aparición pública ni tenía relación con ese mundo, jamás creí que una foto pudiera llegar a tanto, no podía creer como esos "fans" podían jurar amar a su ídolo y ni siquiera aceptar la idea de que este sea feliz saliendo con alguien, no era nuestro caso obviamente, pero los rumores habían logrado esto.

Se supone que cuando amas a alguien lo haces incondicionalmente, lo amas por lo que es y por lo que hace, cuando apoyas a alguien desde el principio lo harás hasta el fin, sin importar dónde, como, o con quién se encuentre, su felicidad también será tuya, porque de sólo verlo sonreír te contagiarás tú también. Ese era el tipo de amor que yo le dedicaba a mis ídolos, pero algunos otros creen que tienen derecho sobre la vida de estos, esto es erróneo.
Algunas de sus fans están realmente mal ¿qué sucederá el día que Shawn decida salir con alguien? De por sí es complicado que dentro de una familia aprueben las relaciones, ahora me lo imagino a él intentado estar bien con él, con su familia, con su chica y sus fans. Pobre Shawn, él siempre ha hecho todo lo que esté en sus manos para tener felices a sus admiradores, ahora creo yo que como mínimo si verdaderamente son "fans" deben aceptarlo, deberían recordar que él también es un chico que tiene derecho a enamorarse. Ser Shawn es verdaderamente complicado, además de un chico común tiene una imagen pública que cuidar, que difícil.

Salí de ducharme y entré a mi cuarto para cambiarme al parecer Mendes aún no había tocado mi puerta, tarde un momento cepillando mi cabello y secándolo.
Tocaron mi puerta pero cómo aún me encontraba en bragas demoré en ponerme la pijama. - ¡Ya voy! Grité.
Me acerqué a la puerta pero no escuché que tocaran nuevamente, seguramente Shawn se cansó de esperar.
Abrí la puerta pero no había nadie.- ¿Shawn? Dije en susurros.
Esto estaba muy raro, me dirigí a su puerta y toqué pero no salió nadie. - Shawn ¿qué ocurre? Mis palabras eran en vano, no había nadie en su apartamento, me dio un poquito de miedo y me fui en pasitos rápidos hacia mi casa. Puse el seguro, me dirigí a la terraza y me recosté sobre el sofá, la brisa me rozaba la piel y me fascinaba esa sensación me recordaba a la brisa que se tenía en Rosarito. Cerré mis ojos y caí en un sueño bastante profundo.

Shawn me apretaba contra su pecho con fuerza, era cálido, estaba cómoda y no sentía más el frío de la brisa. Abrí los ojos, seguía recostada sobre el sofá de la terraza, estaba cubierta con una frazada. Si, Shawn nuevamente me cubrió desde su balcón ¡que gesto más dulce! Me recosté de lado y entré la luz de su balcón logré ver su silueta en la sombra, al parecer estaba viendo hacia donde yo estaba, él estaba ahí parado cuidándome ¡ME MUERO, ESTO ES HERMOSO!
Cerré mis ojos y no supe nada más.

Al caer la mañana estaba muy cómoda acostada pero... - ¡Priss levántate ya! Gritaba Shawn mientras tocaba con rapidez mi puerta.
Me levanté corriendo y le abrí lo más rápido posible.- ¿Qué ocurre? Lo miré asustada.
- Ya levántate. Me dijo riéndose.
¿Es en serio Mendes? ¿Para eso haces que se me salga el corazón del pecho?
Shawn me ordenó.- Cierra los ojos. ¿Ahora qué pequeño? Actuaba como un niño.
Me tomó de la cintura y me dirigió a mi rayado sofá, escuché el crujido de una bolsa sonar.
- Vale, ábrelos. Abrí mis ojos y no pude evitar sonreír al ver su cara, estaba ansioso como un niño, sus mejillas estaban rojas y su sonrisa era incomparable.
Me había traído el desayuno a casa, una cajita feliz de estilo Burger King.
No pude evitar sonreír enormemente y el con su cara de emoción me partía el corazón.
- ¡Esto es precioso Shawn! Muchas gracias.
- No me lo agradezcas, ven siéntate, desayunemos. Me miraba entusiasmado con un hermoso brillo en sus ojos, era un niño, era bello.
Tomé su mano y lo invité a la terraza, la impresión de mi sala me deprimía.
Comenzamos a desayunar y él no paraba de bromear, sin duda alegro mi mañana.
Terminamos de desayunar y tocaron mi puerta, Shawn se levantó en dirección a ella.
Era el personal de limpieza, dejaron unas cubetas de pintura dentro de la sala y sacaron los sofás al pasillo dejando despejada el área, lo hicieron con velocidad que ni siquiera pude preguntar ¿qué le hacían a mis cosas?
Shawn sacó su billetera y le pago a los hombres, se retiraron en menos de 3 minutos.

- ¿Qué es todo esto?
- Te dije que pintaríamos temprano.
- Pero.... - Pero nada. Me interrumpió.
Se quitó la playera que llevaba encima. ¡Válgame! Logré ver sus riquísimos abdominales marcados, sus brazos tan tonificados ¡Dios mío! Su Benito interior estaba apoderándose de él, era bellísimo. Puedo jurar que estaba babeando de solo verlo ¿es posible que alguien te encienda sin tocarte ni hacer nada al respecto? Si, Shawn lo hacía justo en ese momento.
- Priss, no te quedes ahí, venga, ayúdame. Se comenzó a reír. Tomó una brocha y me la ofreció (a trabajar perra, debió pensar.)
- JAJA. Estaba atontada que no podía expresar nada. Verlo era el regalo más grande y perfecto que la vida me dio.

En ocasiones me detenía a descansar, no podía parar de verlo, obviamente de manera despistada. Su espalda me generaba deseos de ir detrás de él y arañarla, era tan sexy. Él no paraba de bromear. Se detuvo de pintar.
- ¡Oh rayos mira lo que te has hecho! Me trato de asustar. Se acercó a mí.
- ¡¿Qué tengo?!
Se acercó aún más y me distrajo ¡zas! Me dio con la brocha llena de pintura por todo el cachete ¡QUE GRACIOSO MENDES!
Se empezó a reír y no paraba de intentar bromear conmigo, estaba jugueteando con mi cabello y me provocaba para que yo lo manchara también. No desaproveché la oportunidad, bromeé con el y lo llené de pintura así como el lo había hecho.
¿Shawn estaba coqueteándome? Me recordaba cuando me gustaba un niño en la primaria, siempre lo molestaba sólo por el hecho de que me gustaba. Así lo sentía a él jugueteando conmigo.

Comencé a seguir pintando la pared, pero él seguía con sus bromas y me llenó aún más de pintura y me empujó de modo que yo caí al suelo.
- ¡No seas tonto! Le grité a carcajadas. Él apenado por tirarme se acercó a mí y me tendió su mano para levantarme, tomó la playera que anteriormente se había quitado.
- Lo siento JAJAJAA. Comenzó a reírse como loco.
Se acercó a mí lo suficiente y con la playera comenzó a limpiar la pintura que estaba a punto de caer en mis ojos.
Puso una mano tras mi oreja sosteniendo mi cabeza y tocando parte de mi mejilla, mientras que con la otra me limpiaba tiernamente.
No podía parar de verlo a los ojos, estos brillaban, su rostro era el de un ángel y su sonrisa iluminaba todo, era el chico más hermoso. Nuestras miradas chocaron por un instante, sentí como me ruborizaba y él también lo hacía. Su risita de niño me estaba matando. Su mano que sostenía mi cara me sostuvo con más fuerza y estábamos cada vez más cara a cara, comenzó a acariciar mi pelo y poco a poco se balanceaba más contra mi, no paraba de verme dulcemente.
¡Santa virgen de la papaya, Shawn va a besarme! Cerré los ojos, era el momento perfecto, Shawn estaba a punto de besar mi boca.
El personal de limpieza tocó la puerta y ambos dimos el brinco en dirección a esta.

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