I wanna make you mine

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Puse una cara de espanto por la velocidad que Shawn puso al acelerador y lo vi directamente.
- Tranquilízate cielo, es solo que tenemos una cita ¿lo recuerdas?
- Claro que lo recuerdo, pero eso no es excusa Shawn.
- Es casi del otro lado de la Ciudad, no podemos llegar tarde ni un solo segundo.
Bajo la velocidad y seguía muy concentrado manejando, su cara de nerviosismo seguía presente.
Lo observé durante todo el trayecto, era hermoso verlo como sonreía en ocasiones sin ningún motivo, sus brillantes dientes iluminaban la noche, llevábamos aproximadamente 20 minutos de camino, veníamos escuchando a Adele, Shawn la entonaba perfectamente y la fan girl que yo llevaba dentro se apoderó de mí cuando fue mi turno de elegir una canción.
Busqué en mi playlist y vaya, solo tenía una larga lista de nadie más y nadie menos que Shawn Mendes, seleccioné A Little Too Much, Shawn me observó sorprendido por mi elección y enseguida se echó a cantar.
Shawn Mendes es su mayor fan, es su propio fan.
Me sonreía como la primera vez que lo vi desde un escenario, desde aquel día que por primera vez nuestras miradas se cruzaron, desde aquel entonces, nada volvería a ser lo mismo, Shawn Mendes había entrado a mi vida, sin quererlo el destino me hizo su fan y sin planearlo el destino me trajo hasta donde estoy ahora.
Recuerdo que hay una frase que dice "cuando deseas algo desde lo más profundo de tu ser, el universo entero conspira para que se realice" y vaya ironía, un día deseé con todas mis fuerzas conocerlo, pero jamás imaginé conocerlo a este grado, jamás imaginé conocer cada pequeño detalle y milímetro de su piel.

Ese momento era como mi propio meet & greet con Mendes, por un momento puse todo de lado y éramos solamente artista y fan hablando sobre el bellísimo sentido del tema de esa letra, aunque antes ya me lo había explicado, me parecía bellísimo escucharlo ¿cómo es que un chico pueda tener ese tipo de pensamientos tan puros? Es decir, todos los chicos que yo había conocido eran unos completos patanes y además todos erróneamente tenemos la idea de que los chicos no tienen sentimientos, no se expresan o no analizan tanto las situaciones como una chica puede llegar a hacerlo.
A comparación este hombre no solo se expresa y muestra sus sentimientos, comparte la parte más pura y compleja que los hombres tienen y jamás se atreven a mostrar.
Cualquier plática con Raul era interesante, a grado que ni siquiera noté los 40 minutos que llevábamos de camino.
- Cariño, siento no invitarte a comer más temprano, sé que tienes hambre pero te prometo que adoraras la cena, estamos llegando.
Detuvo el auto en medio de una curva en la calle de terraceria que estaba a un costado del autopista, estabamos entrando al bosque, prendió las luces del interior y abrió la guantera.
- Te dije que sería una sorpresa ¿cierto?
- Así es. Respondí entusiasmada. Él soltó una dulce risita.
- Cierra los ojos. Me decía mientras colocaba sobre ellos un pañuelo que no me permitía ver absolutamente nada.
Solté una risotada.
- Mendes ¿Qué estás haciendo?
- ¡Shhh! Arruinas mi sorpresa, más te vale que no intentes quitártelo.
- De acuerdo.
- Bien en dos minutos estaremos en nuestro destino.
Aceleró el auto y de inmediato llegamos, describiría el lugar pero claro esta que no podía ver nada, Shawn se bajo del automóvil y rodeo hasta mi lugar abriéndome la puerta.
Sentí el aire fresco del lugar y el clima húmedo, me tendió su mano.
- Adelante cariño.
Me levanté y cerró el auto, dimos unos cuantos pasos y nos detuvimos.
- ¿Estas lista? Su voz sonaba emocionada, me rompía el corazón, mi niño, pensaba.
Asentí.
- Cuenta conmigo... 1, 2...3.
Descubrió mis ojos, sujeto inmediatamente mi mano fuerte, sentí su nerviosismo, sus manos sudaban. Abrí mis ojos.
- ¡Shawn esto es una locura! Grité de la emoción. No pude contenerme, sentía mi alma en chispas, mis mejillas seguramente estaban muy rojas, Shawn con su carita de ángel ahí, era hermoso.

Estábamos ahí los dos, tomados de la mano frente a una preciosa cabaña, rodeada de pinos, la hermosa casita estaba rodeada de pequeñitas lucecitas y velas, estábamos justo sobre un camino de piedras las cuales estaban cubiertas por cientos y cientos pétalos de rosas rojas. El corazón quiere salirse de mi pecho, esto es hermosisimo.
La cara de Shawn lo decía todo, estaba feliz, sus ojitos brillaban y los hoyuelos sobre sus mejillas me quebraban en mil pedazos el alma.
- ¿Te gusta? Me preguntó con una descomunal sonrisa en el precioso rostro. Me apretó con más fuerza la mano.
- Shawn, cariño esto es precioso, gracias me fascina.
No pude evitar lanzarme contra sus brazos, me recibió en un cálido abrazo de esos que llenan tu ser.
- Acompáñame preciosa.
Tomó mi mano y me dirigió hacia la cabaña, la cual era preciosa por dentro, nos encontramos con una enorme chimenea que ya estaba en fuego, toda la entrada estaba llena con cientos y cientos de arreglos florales y velas,frente a la chimenea había una pequeña mesa donde ya estaba la comida servida, más al fondo estaba una pequeña habitación que tenía un precioso balcón con vista hacia el bosque, podía verse desde ahí como en las copas de los pinos se iban acumulando los copos de nieve, ante esto quedé anonadada, no había notado.
- ¡Shawn está nevando! Grité como una niña pequeña, en mi vida había visto caer nieve.
Mendes me observaba feliz con una enorme sonrisa de oreja a oreja.
- Aaliyah me contó que jamás habías visto una nevada, espero que te guste.
- Cariño, esto es demasiado. Lo abracé con bastante fuerza.
- No se que hice para merecerte, te quiero como no tienes una idea Shawn.
- Estoy agradecido con el guardia que intentó echarte de mi presentación, sin su ayuda, jamás hubiera dado contigo, te quiero Priss y lo hago como no puedes tener una idea.
Me besó desesperada y tiernamente mientras me tomaba entre sus brazos, entre besos lograba ver como no podía dejar de sonreír él estaba feliz y me reconfortaba infinitamente poder hacerlo feliz.
- Cariño sentémonos a cenar, no puedo permitirme que estés más tiempo sin comer. Me sonrió, algo traía entre manos, lo podía notar, su comportamiento no era normal, estaba nervioso y se lo notaba a kilómetros.
- Muero de hambre. Le confesé.

Conforme íbamos terminando la comida podía notar a Shawn más y más inundando por los nervios, no paraba de voltear a todos lados, hacía movimientos con sus pies y sus manos estaban temblorosas mientras enviaba bocados a su boca, sus rulos se pegaban en su frente, sus preciosas mejillas estaban apenadas, sus ojos estaban iluminando e irradiando un precioso brillo en la habitación, tomaba aire y hacía ejercicios de respiración, si, definitivamente si, Mendes planea algo.
Después de terminar la deliciosa comida italiana pasamos a un cómodo sofá que estaba justo frente a la chimenea.
Tomé asiento pero Mendes seguía de pie sin formular una sola palabra, yo lo observaba y él sólo tenía en el rostro una risita nerviosa y no paraba de acomodarse los rulos.
- ¿Ocurre algo Shawn?
- No cariño.
- ¿Seguro? Le tiré una mirada. Con lo que logré ponerlo aún más nervioso, Shawn era un niño totalmente invadido por la vergüenza.
- Hay algo que quiero pedirte.
Lo observé y en su rostro seguía la preciosa sonrisa asustada.
Buscaba tembloroso entre sus bolsas, baje un poco mi mirada para evitar intimidarlo más, fue cuando escuché un cruncheo y volví mi mirada hacia él quien estaba sonrojadisimo y adoptó una posición.
De inmediato sentí como mis lágrimas desbordaban por mi rostro, sentía una enorme explosión dentro de mi.
¡¿Por todos los cielos Shawn qué estás haciendo?!

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