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You got me thinking what we could be

Bajamos del edificio y fuera nos esperaba un auto color plata, definitivamente no era el carro de Shawn.
- Aguarda. Mendes se apresuró a abrirme la puerta. Con una enorme sonrisa sobre su rostro ingresó junto conmigo a la parte trasera de aquel lujoso coche.
- Vaya, así no luce un día de compras para mi.
- Es para mantener el perfil bajo. Me calmó Shawn.
Después de unas cuantas calles llegamos al centro comercial en el que Aaliyah y yo habríamos   salido de shopping la vez anterior.
Raul se puso de pie inmediatamente invitándome a salir del vehículo. Tomó mi mano y enlazó sus dedos con los míos.
- ¿Estas lista para las compras?
No entendía la emoción de Shawn, no hay chico en la tierra que disfrute salir de compras, recordé que Karen decía que es un poco raro, quizás tenga razón.
- Algo, no son muchas cosas las que pueda comprar pero vamos.

Entramos al enorme edificio departamental, eran aproximadamente las 6 de la tarde, Mendes y yo nos adentramos al lugar donde recorríamos cautelosamente, la plaza estaba casi vacía y pasábamos desapercibidos de entre la poca gente que claramente no tenía idea que Peter se encontraba ahí rondando, caminamos dentro de una tienda de ropa bastante grande, llena de enormes escaparates mostrando prendas bastante osadas y elegantes, donde después de largos minutos de silencio y búsqueda yo estaba tratando de no burlarme de las caras y gestos que mi acompañante hacía cada que observaba un objeto y luego otro, Shawn con bastante cuidado observaba una a una las prendas y elegía muy difícilmente de entre ellas.
- Shawn ¿buscas algo en especial? Dije en tono burlesco mientras observaba su reacción.
Puso una risita nerviosa.
- En realidad no, solo que no puedo decidir entre estas dos camisas.
- Shawn, yo las veo exactamente iguales ¿Por qué querrías dos playeras casi idénticas del mismo color?
Observó mi rostro. - Mendes, usa algo distinto y cómodo, es noche buena.
Veía cómo se complicaba la existencia, dimos vuelta a los pasillos, yo había elegido unos cuantos detalles para enviarlos a mi familia, elegí un abrigo para mi madre, una pijama con estampado navideño que me pareció bonita para Aaliyah y detalles para Karen y Manuel, aún no tenía idea de lo que podría regalarle a Shawn.
Volví al pasillo donde tomé la pijama de Aaliyah y vi otras con estampado navideño preciosas, eran rojas, un color descomunal y un diseño hermoso, volví mi vista a Shawn que ya le estaba echando ojo a las dos mismas camisas grises.
-Deja de complicarte la existencia Mendes. Le extendí la mano ofreciéndole la pijama roja que me había encantado.
- ¿Pijamas?
Sonrió. -Esta genial, solía tener un suéter del mismo estampado. Me decía con un confortable brillo en los ojos.
- Genial, porque tendrás una pijama.
- A esto te referías con comodidad ¿no?
Puta madre su sonrisa me está sonrojando.
- Exactamente, además seremos gemelos esa noche.
Analizó mi rostro. - No pienso lucir despampanante todos los días Mendes.
Él soltó una risotada.
- De cualquier manera luces sensacional, será divertido, me gusta más tu pijama.
Vaya, vaya Mendes ¿qué irónico no? Las pijamas son exactamente iguales.
Lo miré mientras arqueaba la ceja.
- Parece que ya es todo ¿no? Le pregunté.
- Cariño, solo necesito buscar una última cosa ¿de acuerdo?
- Vale, estaré aquí viendo.
Shawn comenzó a portarse un poco sospechoso, sacaba en repetidas ocasiones su móvil y daba vueltas y vueltas por el mismo lugar en busca de algo que ni siquiera tenía contemplado que quería comprar.
Estaba a punto de dar las 8 en el reloj.
- Shawn ¿te ayudo a buscar algo?
Me miró nerviso y tardó unos segundos en formular una buena respuesta, sus mejillas estaban rojas y sus rulos comenzaban a pegarse en su frente por la transpiración.
- Ah, si cariño, estaba buscando... vio a su alrededor.- Intentaba elegir un buen paquete de calcetines.
- Shawn eres raro.
Me tuvo involucrada en su rara búsqueda de calcetines, cuando de pronto recibió una llamada, lo noté sospechoso y eso comenzó a asustarme, se alejó un poco para atender el teléfono, después en segundos había vuelto a mi lado.
- ¿Todo en orden Raul? Lo observé nerviosa, su cara comenzó a preocuparme cada vez más y más ¿se habría dado cuenta alguien de nuestra ubicación?
- Cariño debemos irnos. Cogió el carrito dirigiéndolo hacia él área de cobro.
- Shawn. Caminaba apresuradamente detrás de él, un enorme vacío comenzaba a hacerse dentro de mi estómago.- Por favor dime ¿ocurrió algo?
- Cariño no te preocupes todo está bien.
Me sonrió y su cara devolvió la paz a mi alma.
Pagamos nuestras cuentas y salimos enseguida del lugar.
Estando en el estacionamiento el carro color plata estaba en espera de nosotros, el chofer, un hombre mayor de edad se bajo y tomó nuestras compras, guardándolas en la parte trasera.
- Muchas gracias Martín. Le dijo Shawn.
- Es un placer señor, todo está listo como acordamos.
Aquel hombre y Mendes tenían algo entre manos, le extendió la mano y le entregó unas llaves.- Me retiro jóvenes. Dedujo el hombre y a la brevedad abordó el automóvil plateado y desapareció poco a poco.

En el mismo estacionamiento estaba el auto de Shawn, el cual abordamos, no entendía nada, no pregunté nada.
Ahora más que preocupado Shawn lucia nervioso y sus mejillas estaban rojísimas como lava, sus ojos brillaban y había un entusiasmo en su mirada, su cara de niño se había apoderado de él y a mí eso me regeneraba el alma.
No había palabras en el aura de aquel espacio.
Estábamos a calles de nuestro edificio, cuando crucé mi mirada con la esquina de este de pronto el auto dio un giro inesperado.
¡Casi lo había olvidado!
Tenía una cita con Mendes y al parecer estábamos en camino a esta.