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A la mañana siguiente me desperté por una llamada. Era Aaliyah.
- Hey Priss ¡adivina!
- Mmm, no tengo idea Aaliyah. Le respondí mientras bostezaba.
- Le he comentado a Shawn sobre la fiesta, el está de acuerdo, sus amigos estarán ahí, no le comentes que irás, sé que tienen un poco más de contacto.
¿Por qué no quiere que Shawn sepa? Ok, esto si es raro, puedo jurar que está niña está tramando algo.
- Vale, cuenta con eso.
- Está semana estaré un poco ocupada, sino haríamos fin de semana de chicas o algo así.
- No te preocupes nena, debo de terminar de arreglar mi apartamento, moriría de pena que lo vieras así.
- Venga la semana que viene ¡tenemos fiesta!

Me levanté de la cama, mi espalda me dolía como si hubiera tenido un día intenso en el gimnasio, mi cuello estaba adolorido, fui al baño a tomar un ungüento para bajar el color de mis moretones, tomé mi medicamento para adormecer el dolor y poder moverme con más libertad, caminaba lentamente mi cadera parecía que iba a quebrarse.
Sonó nuevamente mi teléfono.
- ¿Hola?
- ¿Qué hay Priss? Es Erick.
- ¿Cómo estás?
- Bien, espero que te estés tomando tú medicamento.
- Lo acabo de hacer, eso me alegra.
- Bien. Sonaba misterioso también. - ¿Qué harás el viernes próximo?
- No tengo idea.
- Shawn planea una fiesta ¿quieres venir?
Recordé lo que Aaliyah me dijo.
- Lo pensaré, quizás este para ese entonces en México, planeó viajar con mi familia.
- ¡Oh! Venga, si no puedes es entendible.
- Vale.

Apenas iba a ir a preparar algo a la cocina cuando tocaron mi puerta ¡¿Pueden dejarme respirar un momento?!
Abrí la puerta. Era Shawn.
Bien mi amor, tú puedes joderme todo el día si tú quieres. Pensé.
- Ni se te ocurra ponerte a cocinar así cómo estás.
- Solo estoy un poco adolorida Mendes. Le dije mientras pasaba y se dirigía hacia mi cocina con unas enormes bolsas en manos.
- ¿Cómo es qué en México se comen los waffles?
- Como en cualquier parte del mundo. Le contesté sarcásticamente. Me vio a los ojos con una risita. (Es obvio pndja, debió pensar)
Sacó una caja de waffles e intentaba organizar todo sobre la barra de la cocina. Yo sólo lo observaba cómo se quemaba la cabeza tratando de organizarse dentro de la cocina.
- ¿Tienes wafflera? Me preguntó mientras analizaba la caja de estos, leía las instrucciones.
No podía evitar tratar de reírme, Shawn Mendes dentro de la cocina era un desastre, pero me parecía tierno que se esforzara tanto, su cara estaba roja, al parecer ni tenía idea de que debía hacer allí dentro. Entré para ayudarle, saqué el pequeño aparato donde se hornean los waffles.
- ¿Sabes qué es lo qué haces?
- Cocinaré unos waffles. Me respondió con una risa nerviosa.
¡ESTE HOMBRE ESTÁ MÁS QUE PERDIDO!
Lo ayude con los waffles mientras el tomaba unas fresas y las cortaba.
- Shawn ¿te piensas comer eso sin lavarlo? Lo regañé.
Hizo una mueca del susto.
- ¿Se lavan?
Tomó la caja y las comenzó a lavar una por una. No podía evitar reírme. Era como un pequeño niño, era bien tierno.

Al fin estuvieron los waffles y mi ayudante cortó bastante fruta para acompañarlos, salimos a la terraza a comerlos, ya que mi mesa y los sofás estaban arrinconados cubiertos.
- Así que ¿así se hacen los waffles? Bromeó.
- Exactamente, como en México, como en cualquier parte.
- Algún día debo de ir a México a probar más comida.
Si, claro Mendes, eso dijiste durante tu tour "Definitivamente iré a Latinoamérica pronto, amo Latinoamérica" -Shawn Peter Raul Mendes, 2017. Pensé.
Yo sólo asentí con la cabeza y seguí comiendo.
- ¿Qué tienes planeado para hoy? Me cuestionó.
- Planeó pasar el día recostada. Le bromeé.
Echó un vistazo a la sala.
- ¿No quisieras terminar de pintar? Bueno, si no te sientes tan mal.
- Creí que sólo dejaríamos las paredes en blanco. Lo miré atónita.
- Claro que no, además falta la cocina y los marcos, debemos de resaltarlos con otro color.
- Bueno, no sé ¿qué piensas tú?
- Debes de aguantarme, cancelé mis citas por venir a ayudarte.
- Bien, supongo que pintaremos lo que falta.

Tardamos un buen rato sentados en la terraza, después de un tiempo de platicar nos levantamos y entramos.
Me puse a lavar los platos.
- Vuelvo en un rato, iré a recoger la pintura y unas cuantas cosas.
- Vale, yo despejaré él área y me daré un baño.
Shawn se acercó a mí y yo hice lo mismo, le iba a dar un beso en la mejilla pero él es literalmente como 50 cm más alto por lo que me puse de puntillas para alcanzar a rozar su cachete, él se agachó a propósito un poco y lo besé justo a un costado de su boca.
¡SHAWN INTENTÓ BESARME DE NUEVO!
Él solo me vio rojísimo, se quitó los rulos que tenía en su frente, estaba apenado.
- No hagas mucho esfuerzo ¿vale? Me dio un apretón en el hombro y salió.

Este hombre quiere volverme loca ¿me estará "seduciendo"? Seguí lavando los platos y limpié el lugar para cuando él llegara poder arreglar las paredes sin ningún problema.
Pasó casi una hora y por fin llegó. Ya eran las 12 del medio día, estaba avanzando rapidísimo el tiempo.
- Hola. Me dijo. Entró acompañado de dos hombre que cargaban los botes de pintura y varias bolsas, se retiraron y quedamos nosotros dos en la habitación.
- ¿Qué tal?
- ¿Te gusta el azul? Dime que te gusta, a mí me fascina, además era el único buen color que encontré. Abrió una cubeta que contenía un precioso tono azul marino.
- Es precioso y si me gusta. Le respondí.
Comenzó a sacar unas figuritas y un rollo como de listón que se ponía en la pared como decoración. Estaba emocionado mostrándome todo lo que había conseguido. Dejó una bolsa de cartón apartada.
- ¿No son increíbles? Me preguntaba mientras admiraba la decoración.
- Son lindos pero no puedo pagarlos, seguramente esto te ha costado una fortuna ¿con qué te pagaré?
(Ojalá que diga: con tu cuerpo. Pensé)
- ¡Oh vaya mírate! Casi te han matado por mi culpa ¿cómo te lo pagaré? Hablaba irónicamente.
- No debes de pagarme de esta manera, ni mucho menos sentirte culpable.
- Es lo menos que yo puedo hacer. Me miró buscando controlarme un poco. Finalmente volvió su vista hacia la bolsa de papel y le dedicó una enorme sonrisa.
- Esto lo ha mandado mi madre. Me extendió la bolsa sonriéndome, su niño interior con su mirada encantadora estaba matándome, era una ternura.
Dentro de la bolsa venía una preciosa figura de madera, un oso de madera. Sonreí.
- ¡Esto es muy tierno! Está precioso.
- Yo. Hizo una pausa para tomar aire.- Se lo regalé a mi madre hace tiempo, lo hice con mis propias manos. Señaló la parte trasera de este. Su nombre estaba tallado ahí.
- Bien, supongo que es muy especial, lo cuidaré. Le sonreí.

Shawn se puso a pintar las paredes y yo estaba acomodando la decoración sobre la parte que ya estaba seca, había un tipo de tensión en la habitación pero no podía evitarlo. Él se notaba nervioso ¿será que volverá a besarme?
Comenzó a bromarme tal y como lo había hecho la vez pasada ¿será esa su manera de seducir? Me daba pequeños golpecitos cuidando de no herirme, bromeaba y yo no paraba de reír.
- A cómo te veo en algunos días estarás tan bien como siempre. Me sonrió.
- Eso espero.
- Ojalá que si, Aaliyah me acaba de pedir el departamento prestado.
Sabía hacia donde se dirigía su conversación y yo sabía que era lo que debía decir, además no estaba muy segura de poder ir a esa fiesta, habría muchísima gente y yo no quiero más problemas. Puse cara de sorprendida.
- ¿Y eso?
- Les cancelé la cena y vacaciones de navidad. Analizó mi reacción.- Así que ella quiere pasar un buen rato conmigo y unos amigos antes de que todos se vayan de vacaciones.
- Karen debe de estar mal por eso.
- Parece que se molesto al principio pero ella lo entiende.
- Si yo fuera tú pasaría el tiempo con mi familia.
- ¿Los hechas de menos?
- Bastante.
Cambió su cara.
- Bien por el momento, espero que puedas ir a la fiesta de Aaliyah, dijo que invitara a mis amigos, bueno tú, estas invitada, me gustaría que mis amigos te conocieran... Se quedó callado por un momento.- Sería genial que fueras.
¿Qué clase de friendzone era está? Pensé.

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