Las chicas ayudan a las chicas

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Creo que es importante que las chicas ayuden a las chicas.

Claro, es obvio, pero es cierto. Existe algo especial acerca de la manera en la que dos mujeres ebrias se pueden conocer en el baño de un club nocturno y, cinco minutos después, ser las mejores amigas.

Hay unos verdaderos pervertidos ahí afuera.

Tomen la otra noche, por ejemplo. Me estaba refrescando en el baño de damas en un bar de mala muerte, cuando esta otra chica entró a tropezones y completamente ebria. Al parecer, Olivia se encontraba en una cita a ciegas que no había ido muy bien. La pobre se quedó con la impresión de que el tipo esperaba que le abriera las piernas, y no supo aceptar un «no» como respuesta. Ugh, hombres. Olivia trató de actuar con calma, pero me daba cuenta de que se estaba demorando para no tener que regresar a su mesa. Juntas, charlamos sobre la vida y le arreglé su cabello desmarañado mientras se le pasaba la borrachera.

Después de diez minutos, decidí que finalmente era tiempo de sacar a Olivia de ahí. Entrecrucé mi brazo con el de ella, marchamos hacia un portero cercano y le informamos sobre nuestra situación. Bajo su vista protectora, le llamé un taxi a Olivia. Noté a su cita clavándome la mirada desde el otro lado del club, pero pareció haber captado el mensaje, y no se nos acercó.

No mucho después, Olivia había sido instalada sin incidentes en un taxi, y me tartamudeaba su gratitud por la ventana.

—Eres un amor… Te amo tanto, bebé —murmuró lascivamente, con los ojos entrecerrados, a medida que el taxi retrocedía. Solo le sonreí y le recordé que me mandara un mensaje de texto cuando llegara a casa.

La parte más triste de estos encuentros íntimos con una chica ebria, es nunca saber lo que le pasa después. Afortunadamente, ese no fue el caso con Olivia y yo.

Ya sé que el taxi llegó al puerto momentos después de las dos de la mañana. Sé que ella fue recibida por una selección de hombres, quienes estoy segura de que la hicieron sentir muy bienvenida. Sé que, como una virgen, será vendida a un precio exageradamente alto. Y también era muy linda; tenía un aspecto exótico. No me cabe duda de que nos pescará a mí y a los chicos mucho dinero.

Una vez más, me gustaría reiterar cuán importante es que las chicas ayuden a las chicas.

Yo estoy en el negocio de ayudarme a mí misma.

Noches de TerrorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora