La Muerte se encariñó con el niño

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Ella lo albergó con sus alas curtidas, a pesar de que él nunca lo supo. Él le recordaba a sus niños favoritos a lo largo de la historia, pero los vio morir a todos.

Tomó una decisión: no podría dejar que eso le sucediera.

Cuando el chico era un infante, su padre lo llevó a un bar y lo dejó solo. No regresó por él hasta que había bebido demasiados tragos. Al depositar al niño en el asiento trasero, tropezó en el asiento del conductor y encendió el auto. La Muerte sabía lo que iba a pasar. Ya lo había visto muchas veces antes.

No dejó que sucediera.

Durante años, le dijeron al niño que su padre tuvo un infarto sin explicación, solo «una de esas cosas que pasan».

Conforme transcurrió el tiempo, la Muerte se tornó más protectora. El chico había entrado a su primera relación con una joven hermosa. Ella significaba todo para él, y salían frecuentemente con el grupo de amigos de ella. La Muerte desarrolló celos por esta otra joven en la vida del chico, y decidió actuar.

Los doctores le dijeron al niño que todos habían estado festejando en desmedida, que fue un milagro que él sobreviviera el consumo concentrado de alcohol. Nunca atraparon a quien reemplazó toda las bebidas con licor fuerte.

El chico estaba devastado. En los años siguientes, nunca hizo otro amigo por temor a lo que podía suceder. Una noche de invierno fría, cargó una pistola y la apuntó a su cabeza.

Jaló el gatillo.

El ruido fue ensordecedor, pero resultó ileso. Inspeccionó el arma y solo encontró cinco de las seis municiones.

Trató de quitarse la vida muchas veces después de eso. Trató de enterrarse un cuchillo en su pecho; pero se convirtió en goma en sus manos. Trató de saltar de un puente, solo para descubrir que se había zambullido en la piscina de verano en su patio.

La Muerte estaba orgullosa de sí misma. Pensó que el chico sería suyo por siempre.

El chico sabía que la Muerte no lo dejaría ir.

Así que compró un rifle y se dirigió a la escuela más cercana.

Cuando todo había acabado, la Muerte finalmente permitió que la bala entrara en la cabeza del chico.

La Muerte lloró.

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