Tostada quemada. Puedo oler la tostada quemada. Voy a la sala, noto cómo mis papás me observan y rescato la tostada. Ellos la huelen también. Se han dado cuento de lo que hice y me están mirando.
He quemado la tostada hasta un punto irreconocible. La tiro al basurero, pongo a calentar otro pan y regreso a hacer mis tareas. Paso al lado de mis papás; no les hago caso. Hago más problemas de matemáticas, y el olor se siente de nuevo.
He estado muy ocupado, muy ocupado. He quemado la tostada. Paso a un lado de mis papás. Saco el pan del tostador y lo tiro al basurero. Ya no cabe. Ya casi no hay pan. Camino a un lado de mis papás. La sangre está secándose en el suelo. Hago más problemas de matemáticas.
Se van a levantar. Van a venir por mí. Se han dado cuenta de lo que hice. Tengo que seguir quemando las tostadas, tengo que esconder la peste de carne putrefacta. Tengo que terminar estos problemas.
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