¿Alguna vez te has despertado a la mitad de la noche, o revisado tu reloj aleatoriamente durante el día, dándote cuenta de que la misma hora te persigue? Para mí son las 11:17. Diría que una de cada cuatro veces que veo la hora, son las 11:17. Tú puedes tener otra, como las 3:33, o las 12:50. Si no tienes una, siéntete afortunado y deja de leer. Si tienes una hora que no pareces poder evadir, sigue estas instrucciones.
Encuentra el lugar en donde naciste. Mientras más específico seas, mejor. El cuarto exacto si te es posible, pero, en ocasiones, lo que buscas puede deambular un poco.
Revisa el cuarto y los alrededores con meticulosidad. Deberías encontrar, eventualmente, una caja fuerte con un teclado de cuatro dígitos. Ya sabes cuáles dígitos utilizar (usa un cero al comienzo si tu hora es menor que diez). Adentro, deberías encontrar un sobre de manila. Sácalo y ten cuidado de su peso sorpresivo, porque no querrás que se te caiga por accidente. Con el sobre en mano, sal de ahí y asegúrate de que nadie te haya visto.
Una vez que estés en un lugar seguro, abre el paquete. Deberías encontrar un disco duro externo y dos sobres. Uno estará etiquetado como «Fotos». Abre ese y encontrarás una serie de fotos Polaroid documentando la historia de tu vida. Cada una tendrá una fecha y una breve descripción impresa en el espacio en blanco. Nunca habrás visto estas fotografías antes o tener memoria alguna de que te las hayan tomado. Al ver estas fotografías, ten mucho cuidado de no pasar de la fecha actual, dado que tales fotografías estarán ahí, y no se supone que el futuro se sepa.
El otro sobre estará etiquetado como «Certificados», y no es ni por cerca tan grueso como el sobre de las fotos. Te aconsejaría que no lo revisases en lo absoluto, pues contendrá documentos legales de tu vida entera, desde tu partida de nacimiento, a acta de matrimonio, hasta tu licencia de conducir, licencias empresariales, multas de tráfico y actas de nacimiento que tengan tu nombre enlistado bajo «madre» o «padre». Como última advertencia, también contiene tu certificado de defunción.
Consigue una computadora barata que no te dolerá tanto descartar y una impresora de alta calidad que esté llena de tinta y papel —con repuestos, de ser necesarios—. Asegúrate de que la impresora esté instalada apropiadamente. No conectes el disco duro hasta que estés completamente listo de imprimir la información que encontrarás en él, y algo de importancia apremiante: NO CONECTES LA COMPUTADORA A INTERNET. Si la computadora tiene wifi, remueve el hardware que lo posibilite. Debe ser físicamente imposible para la máquina el conectarse a internet por su propia cuenta.
Una vez que hayas conectado el disco duro, no hagas nada en la computadora. El disco duro tiene software que tomará el control de aquí en adelante. Si seguiste las instrucciones con exactitud, la impresora comenzará a escupir páginas como poseída. Serán planos, esquemas y fórmulas matemáticas que la mayoría de las personas no tendrían la capacidad para entender. Si la impresora se queda sin papel antes de que termine, asegúrate de reabastecerla. Sabrás que ha acabado porque la computadora se apagará y nunca volverá a encender, y la última página impresa dirá: «FIN DE LAS INSTRUCCIONES». Luego proveerá una dirección IP. Ve a esa dirección IP con tu buscador. Te pedirá tu contraseña de cuatro dígitos. De ahí en adelante, se te asignarán nuevas instrucciones.
Alrededor de una docena de nosotros hemos seguido estas instrucciones hasta ahora, y comparar nuestro material impreso nos dice que cada disco duro contenía una pieza del total. No sabemos cuántas piezas habrá o si alguien tiene piezas repetidas, pero estamos bastante seguros de que tenemos esquemas parciales de una máquina de tiempo, una que estamos destinados a construir.
Nunca he sido lo suficientemente valiente como para ver las fotografías y documentos de mi futuro, pero otros se han arriesgado. Confiesan que cada vez que han mirado a las fotografías de su futuro, estas han cambiado, y, a veces, el número total de fotografías ha cambiado también.
Como advertencia final: destruye el disco duro cuando hayas terminado. No es como nada que hayamos visto antes, y parece poder encenderse sin una fuente de poder. No esperé para ver si el mío hacía algún sonido, pero los reportes de los demás dicen que, por la noche, parecía susurrarles.