Capítulo 2. Bienvenidos al Campamento Mestizo.
Abby
—Soy yo. —Me fijo que el chico se me queda mirando, lo que me hace apartar la mirada algo incomoda. Él parece darse cuenta, porque se aclara la garganta y dice lo más seguro que puede.
—Vengo para llevarte al Campamento Mestizo. ¿Están tus padres? —¿Campamento Mestizo? Yo no me había apuntado a ningún campamento, pero asiento y les señalo con el pulgar. Mi madre se levanta con una mirada de preocupación.
—Pasa. Te estábamos esperando. —¿Qué? No le estábamos esperando. Él chico pasa y ve nuestra pequeña fiesta, mi madre le indica que se siente y va a su dormitorio a buscar algo. Se forma un silenció incomodo.
—Y...¿cómo te llamas? —Digo, intentando romper el silencio. Él chico me mira.
—Soy Nico, Nico Di Angelo. —Asiento, mientras mis dedos tamborilean contra mi pierna. De nuevo, mi hiperactividad empezaba a hacerse presente.
—¿Quieres un trozo? —Le pregunto, señalando el bizcocho con la cabeza. Nico susurra un rápido "no, gracias".
En ese momento llega mamá con una caja de madera con pinta de vieja.
—Explícaselo. —Le apremia mi madre. —Una vez que lo sepa olerá más.
Le miro con el cejo fruncido, ¡llevaba colonia! Estaba insinuando que olía mal. Iba a protestar, pero Nico empezó a hablar.
—¿Sabes todos esos mitos griegos, los que hablan de que los dioses bajan al mundo mortal y...lo pasan bien con algún mortal? Así nacen los semidioses, como Perseo. —Asiento, por supuesto que lo sabía, mi padre lleva hablándome de mitología griega desde que tenía consciencia. —Bueno, pues todas esas historias son reales. Los dioses tienen hijos con mortales y estos son enviados al Campamento Mestizo. Yo soy un semidiós y tú también.
Suelto una carcajada, y me llevo unos segundos riéndome.
—En serio, esta vez os habéis superado. Casi me lo creo, ¡incluso habéis contratado a un actor! —Me sigo riendo, pero sus caras no cambian. Mis padres me miran serios y él chico bastante confundido. —¿Por qué no os reís?
—Porque es verdad, cariño. —Habla mi madre. —Yo soy del legado de Mercurio, contraparte romana de Hermes. Mi bisabuela fue la que comenzó este legado. —No digo nada, no es posible. Pero...no, simplemente no es posible.
—El Campamento Mestizo es un lugar donde viven los semidioses griegos. Normalmente, solo pasan allí el verano, pero también pueden quedarse en invierno en circunstancias especiales. Allí podrás aprender espada, tiro con arco, griego antiguo y todo lo necesario para poder sobrevivir.
—Pero yo no soy especial, tengo dislexia y TDAH. —A lo mejor se han equivocado, tiene que haber más Abbigail Hunter en el mundo, ¿no?
—La dislexia es porque tu cerebro está hecho para entender el griego antiguo, no el resto de idiomas. Y el TDAH sirven para tus reflejos, te mantienen viva en la batalla. Mira, puedo más o menos notar quien es un semidiós y lo noto en ti. —Nadie habla en un par de minutos, mi cerebro dice que no es posible, pero mi corazón dicta que es verdad. Siempre me habían pasado cosas raras, una vez una adolescente con muy malas pulgas y algo siniestra me atacó. Al recordar eso, un nuevo recuerdo se abre en mi mente, esa misma chica, pero algo había cambiado.
Antes era muy guapa, ahora tenía la piel blanca como la cera, los ojos rojos, unos terribles colmillos, el pelo en llamas y una pierna marrón y peluda, como la de un burro.
Tenía que ser cierto, si no, ¿qué era eso? Finalmente sonrío y le digo:
—¿Dónde está ese campamento?
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La hija de Zeus. La Carcel De Los Dioses.
FanfictionSi le hubieras dicho a Abby, que su padre es un dios, y nada más y nada menos que el rey de los dioses, probablemente se hubiera reido en tu cara. Pero, cuando conoce a Nico Di Angelo y llega al Campamento Mestizo, todo lo que le parecían simples le...