Capítulo 4.

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Capítulo 4. ¡Atrapa la bandera!

Abby.

Me despierto cuando Jason me llama, sonriendo. Le miro, aún con mucho sueño, y me giro. Él me sigue llamando y sacudiéndome, hasta que cedo.

—¡Ya van a llegar! ¡Date prisa! —Voy al baño, me lavo la cara, me aseo y me peino con una trenza. Hoy tengo más ganas de arreglarme, así que me pongo un poco de delineador de ojos, para darle profundidad a estos. Hoy se veían más azules que grises. Porque a mis ojos les pasa cosas muy raras, cambian de color con mis emociones: cuando estoy calmada o feliz, parecen más azules; cuando estoy enfadada, se volvían oscuros, con destellos grises, lo que me recuerdan al cielo tormentoso; cuando estaba triste, o melancólica, se ponían de un gris muy claro.

Me cambio y me pongo la camiseta del campamento, unos pantalones cortos azules oscuros y unas sandalias, con mi inseparable collar. Miro mi atuendo nerviosa, sin estar del todo convencida.

—Se sincero, ¿cómo me queda? —Vi como Jason se ponía nervioso. Piensa unos segundos.

—Te queda genial. —Dice inseguro.

—Has dudado. —Le contesto, él me agarra los hombros.

—Te queda bien, de verdad. Ya están por llegar. —Anuncia mirando por la ventana. Salgo cerrando la puerta de la cabaña.

¿Qué le diría?¿"Hola, soy tu hermana"? Con Jason fue diferente, no me dio tiempo de pensar, pero ahora que había medio asimilado quien era mi padre, no sabía cómo reaccionar.

Entonces, apareció un grupo de chicas. Apenas podía ver, porque estaban rodeadas de campistas. Liderando el grupo había una chica de unos catorce años. A su lado, había una chica de unos quince años, con el pelo negro y corto y los ojos azules eléctricos. Los mismos ojos que Jason.

Ella era mi hermana, Thalia Grace.

Cuando se dispersó el grupo, Jason fue a recibir a su hermana. Tras darse un largo abrazo, me quedo mirandola de frente. Fueron unos segundos intensos, analizándonos mutuamente. Al final, sonrío.

—Hola, hermana. —Le digo. Ella me mira sin sorprenderse y me sonríe de igual manera.

—Hola, hermanita. —Me contesta. Después nos fundimos en un abrazo. No sé porqué lo hicimos, pero ese sentimiento surgió de nosotras y lo hicimos.

Thalia y yo hablamos durante horas, resultaba que ella tendría unos veintidós años, pero se unió a las cazadoras antes de cumplir los dieciséis. Era mi hermana mayor-menor. Nos parecíamos en muchas cosas, pero éramos muy distintas en otras cosas. Me cayó realmente bien. Era simpática y tenía un aura poderosa y fuerte a su alrededor.

Por primera vez, no somos dos en la mesa a la hora de comer.

Después de comer, empezamos a planear la estrategia del Captura la Bandera. Eran las cazadoras contra Apolo y los campistas. Íbamos a perder seguramente, como todos los años.

Apolo llegó después de la comida. Un enorme carro dorado aterrizó en mitad del campamento mestizo, dejándonos cegatos a todos. Apolo era alto, fuerte y bronceado, con una apariencia de unos dieciocho años. Tenía un bonito pelo rubio, los ojos de un azul profundo y una sonrisa brillante. Todas las chicas se amontonaron para verle bien, yo entre ellas. Luego estaban las cazadoras y Reyna, que no caían sucumbidas ante los encantos del dios.

Cuando llega la hora de jugar al Captura la Bandera, nos organizamos bien. Yo cojo la espada de Adamantio y una armadura, mi función sería más bien exterior.

Nuestra bandera estaba colocada cerca de un pequeño arroyo, donde estaba Percy y muchos otros campistas defendiendo.

Yo estoy sola vagando por las lindes del bosque, alerta. En el tiempo que llevo no he visto a ninguna cazadora, pero no bajo la alerta. Escucho un crujido detrás mía y rápidamente me giro a modo de defensa, apuntando con la espada al cuello. Pero me fijo que no estoy apuntando a ninguna cazadora, si no a Nico. Suspiro.

La hija de Zeus. La Carcel De Los Dioses.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora