Capítulo 22.

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Capítulo 22. Eros.

Abby.

Me despierto por el sonido de unas voces, por lo que me tenso y busco la daga en mi cinturón. Abro los ojos y parpadeo un par de veces, hasta que mis ojos se acostumbran a la oscuridad. Cuando me localizo las caras, sonrío, y mi hermano me devuelve la sonrisa. Entonces su sonrisa disminuye al mirar a mi lado.

A mi lado, Nico duerme, roncando levemente. No sé que ha hecho disminuir su sonrisa, hasta que me fijo en que el brazo de Nico sigue rodeándome. Siento como el calor sube a mis mejillas y me deslizo lentamente para no despertar a Nico, pero este me abraza más fuerte.

Dioses Nico, no me estás haciendo esto más fácil. Pienso, mientras me deslizo más fuertemente. Al final consigo zafarme de su agarre, y cuando levanto la mirada, me encuentro con Jason frunciendo el ceño y el resto del grupo sonriendo burlonamente. Solo espero que no esté tan roja como creo que estoy.

—Chicos, que bien veros por fin. ¿Qué hora es? —Pregunto, aún algo adormilada.

—Las cinco y media de la mañana. —Me informa Jason. Abro los ojos como platos.

—¿No habéis dormido? —Les pregunto preocupada.

—Sí, tranquila, dormimos un poco antes. Aunque ya veo que tú has dormido muy bien. —Me dice con una sonrisa pícara. Le golpeo suavemente el hombro y murmullo un "calla".

Hazel despierta a Nico y juntos le contamos todo lo que ha pasado, sin incluir que Nico casi me besa, porque Jason empezó a mandarle miradas un poco intimidantes a Nico. Sip, era un hermano mayor un poco sobreprotector.

—Esta amaneciendo, tenemos que llegar al Monte San Jacinto pronto. —Anuncia Percy después de desayunar unas galletas de limón que habían traído de la estación, también habían traído más suministros. Yo me cuelgo mi mochila (que los por suerte los chicos se acordaron de traer junto a la de Nico), y comenzamos a caminar. Caminamos durante horas y cuando paramos para comer, ya estamos muchísimo más cerca del Monte.

Llegamos al monte cuando empieza a anochecer, pero aún teníamos que llegar a la cima para ver si no nos habíamos equivocado, cosa poco probable. Aún teníamos tiempo, solo era nueve de julio, pero no sería bueno equivocarse y tener que empezar casi de cero.

Nos turnamos para hacer guardias, y a mí me toca la primera. Tenía que avisar a Percy cuando pasase una hora para el cambio de guardia, así que me dedico a pasear alrededor de nuestro camping improvisado.

En uno de mis paseos, me encuentro a Jason apoyado en un árbol, pensativo.

—Hey, deberías aprovechar y dormir cuanto puedas. —Jason se queda mirándome fijamente, así que ruedo los ojos y me coloco a su lado. —Venga, suéltalo, ¿qué te inquieta?

—Tú eres la que me inquietas, Abby. No sé qué pasa entre Nico y tú, pero tengo miedo de que pueda lastimarte. Él no es cómo crees que es.

—¿Te refieres a que es gay? Ya lo sé, no tienes que preocuparte porque no somos nada. —Él niega con la cabeza.

—Nico es bisexual, pero acaba de salir de una relación complicada con Will Solace, un hijo de Apolo, y no quiero que pasé algo entre vosotros y él te lastime. Conozco a Nico, él no es de ese tipo, pero eres mi hermanita. Me preocupo por ti. —Le sonrío y le abrazo. Jason parece serio y demasiado formal, pero debajo de esa faceta hay un chico tierno y preocupado, Piper tiene mucha suerte de tener un novio como él.

—No tienes de que preocuparte. Jason. Además, no es como si Nico y yo estuviéramos saliendo. Solo somos amigos, buenos amigos. —Le aseguro. —Y ahora vete a dormir.

La hija de Zeus. La Carcel De Los Dioses.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora