Capítulo 26.
Abby.
Dos días. Ese es el tiempo que tardamos en llegar a Washington, alternando autobuses, trenes y caminando. Como no nos queda mucho dinero, solo recorríamos lo que podíamos permitirnos. También teníamos que guardar algo para las comidas y los sitios para dormir. La única noche de viaje, dormimos por turnos en la estación, nuestro tren salía a primera hora.
Pero finalmente hemos llegado a Vancouver, y una fría mañana nos recibía. No eran más de las ocho de la mañana, y nuestro autobús de Vancouver a Olympia a las diez. Siempre me ha gustado viajar, pero estoy cansada de tanto tren y autobús.
Salimos de la estación de tren, y aunque llevo una sudadera, el frío húmedo de la mañana me cala los huesos. La temperatura ha descendido mucho en los últimos días, y a una velocidad frenética.
No me puedo quitar de la cabeza al poco tiempo que se encuentra la casa de mi familia, y tal vez, si me doy prisa...No, no me daría tiempo de visitarles. Vamos andando desde la estación de tren hasta la de autobuses, la cual no está muy lejos. Zeus parece no encontrarse de muy buen humor, porque el cielo está de un color gris oscuro y parece que de un momento a otro se va a desatar una tormenta.
Llegamos a la estación, comprueban las maletas y nos vamos a esperar. Aprovecho e intento echarme una siesta, esta noche no he dormido muy bien. Cuando llevo cerca de treinta minutos intentando quedarme dormida en vano, una voz femenina hace un anuncio. Nuestro autobús ha tenido un accidente volviendo del último sitio, y no se sabe cuánto tardaría en salir otro.
Genial, simplemente genial. Lo único que nos faltaba es un retraso. Salgo afuera de la estación, estaba más nerviosa de lo normal, y sabía porque. Quería ir a visitar a mi familia, pero no podía hacerlo, no podía dejar al grupo tirado.
Escucho unos pasos detrás mía, seguramente es Jason, tal vez se ha preocupado por mi repentina salida.
Freno de repente, cansada. Estaba cansada de la misión, de los dioses y de todo. Hacía días que no dormía bien, antes del accidente de Eros tampoco lo hacía, y siempre que dormía tiempo seguido tenía pesadillas. La última pesadilla que tuve...
Recuerdo hace poco más de un mes, cuando todo era normal. Cuando mi mayor preocupación era aprobar un examen de literatura sin que las letras volaran a mi alrededor, mis amigas y los chicos guapos del instituto.
Bueno, creo que el tema amoroso aún está muy liado. Me gusta Nico, hace unos días que estoy segura, y me parece increíble. Es decir, ¡apenas le conozco! Pero a veces siento como si fuera un viejo conocido.
Suspiro y me giro, para decirle a Jason que se vaya, pero me sorprendo encontrando a Hazel. Esta despeinada, y tiene unas profundas ojeras, y aspecto de cansada.
—Sé que es complicada toda esta situación, Abby, pero lo superaremos. Ya nos queda menos, solo hay que rescatar a la última diosa y habremos terminado. —Me asegura.
— ¿Realmente crees que todo esto terminará cuando rescatemos a Hécate? ¿No crees que Hera tendrá algo más preparado? Porque yo sí. —Inspiro, no sabía si rebelarle el contenido de mi última pesadilla. —He tenido una pesadilla, que espero que solo sea eso, pero si no...
— ¿Qué pasa, Abby? ¿Qué ha soñado? —Le miro a los ojos, tan dorados como el oro, y me decido.
—Según mi sueño, Hera está planeando algo más grande y más grave. Creo que planea atacar el Olimpo, está reuniendo un ejercito... —Le empiezo a explicar.
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La hija de Zeus. La Carcel De Los Dioses.
FanficSi le hubieras dicho a Abby, que su padre es un dios, y nada más y nada menos que el rey de los dioses, probablemente se hubiera reido en tu cara. Pero, cuando conoce a Nico Di Angelo y llega al Campamento Mestizo, todo lo que le parecían simples le...