Capítulo 12.

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Capítulo 12. Visita por Londres.

Narra Abby.

El día había comenzado de una manera medianamente buena, y había terminado aún mejor, aunque con algunos problemas en medio.

Me desperté temprano, antes que nadie y estuve un rato tumbada en la cama jugueteando con mi anillo-espada.

Probé a transformarla de nuevo en espada, y me fijé mucho más en los detalles. Tenía varias piedras preciosas incrustadas de diferentes colores: azules, rojos y morados, y la hoja brillaba reflejando los primeros rayos de sol. Entonces me fijé en una inscripción pequeñita, encima de lo que parecía un rubí en la que ponía αετός, que fácilmente pude traducir como Águila.

Así que mi espada se llamaba Águila. Vale, sonaba mucho mejor en griego, así que llamémosla Aetós. Sí, suena bien.

Transformé de nuevo a Aetós en anillo y me lo coloqué en el dedo. Entro en el baño y me visto con la ropa de ayer, no la que terminó chamuscada porque esa la tiré, si no la otra. No sé que debería hacer, si ir a desayunar sola o esperar a que el resto se despertara. Por suerte, Jason se movía en la cama, despertándose. Tarda unos segundos en abrir los ojos y enfocar la vista, cuando lo hace me mira y yo le hago una señal para que no haga ruido. Él asiente y se levanta, va al baño y unos minutos después vuelve, con su camiseta del campamento Júpiter y unos pantalones vaqueros.

—¿Les despertamos? —Pregunto susurrando, él asiente. Les despertamos suavemente uno por uno, dándoles empujoncitos y animándoles a que se despertaran.

Unos veinte minutos más tarde nos encontrábamos en el comedor del hostal, desayunando. Hoy iríamos a explorar Londres, porque teníamos que encontrar alguna señal o algo.

Desayunamos fruta, café y tostadas compartiendo información. Yo le conté la información sobre Hera, Hazel me contó que habían hecho un mensaje Iris con Quirón y este le aconsejó que fuéramos a visitar los monumentos famosos, que podríamos encontrar pistas.

Volvimos arriba a por nuestras cosas, no sabíamos que podría pasar así que era mejor llevarnos todo. Annabeth, Percy y Hazel fueron a no sé donde a buscar unos folletos turísticos, dejándonos a Jason, Nico y a mí solos.

Yo entré en el baño, y creo que no tengo que explicar que hice adentro, pero cuando iba a salir una parte de la conversación de los chicos me interesó.

—¿Y ella te gusta? —Preguntó la voz de Jason, haciendo que pegara la oreja a la puerta. Sé que no está bien escuchar conversaciones ajenas, pero soy curiosa por naturaleza.

—¿Qué? ¡No! Es tu hermana, Jason. Solo la abracé, creo...Creo que le puedo considerar una amiga, una verdadera amiga. —Nico resopló y hubo un momento de silencio. —No me mires así. Es solo que ella no se espantó cuando descubrió lo de mi padre, ni me trata como si estuviera cubierto de sangre. Ella me trata bien, necesito a alguien así en mi vida.

—¿Entonces no te gusta ni un poquito?¿Ni te parece guapa?

—Es guapa, pero no me gusta. Sabes quién me gusta, déjalo ya. —Debo confesar que me ruboricé cuando Nico me dijo que era guapa, y que me decepcioné un poco cuando admitió que alguien le gustaba.

—¿Aún no has superado lo de Percy? ¡Dormisteis juntos anoche! —¿Le gustaba Percy? Oh, dioses. No voy a negar que me sentí decepcionada, no por su orientación sexual, si no porque...No, no era decepción. Es mi amigo, es gay y voy a apoyarle en lo que sea.

—Por Hades, Grace. Te consideraba más listo, Percy se cambió a la cama con Annabeth en cuanto te quedaste dormido. Yo dormí con Hazel. Y bueno, en cuanto a lo de Percy...No sé si lo he superado, creo que sí. No sé, ahora mismo estoy hecho un lio.

La hija de Zeus. La Carcel De Los Dioses.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora