Capítulo 15.

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Capítulo 15. Las pruebas parte 1.

Abby.

Miramos adentro, pero no parece haber nadie. Percy avanza vacilante, mirándonos y preguntando silenciosamente si debemos entrar. Empezamos a avanzar vacilantes y nos introducimos en el tren.

Transformo a Aetós y lo coloco enfrente mía, lista para atacar. Veo que todos repiten mi acción, sacando sus armas. Cassandra saca su daga e imita mi posición torpemente.

Nos adentramos en el tren, que parece otro metro normal y corriente, solo que mucho más pequeño, ya que solo hay un compartimento. En cuanto entramos todos, las puertas se cierran sigilosamente.

El tren empieza a andar, y durante unos minutos estamos alertas, por si es una trampa. Cuando vemos que nada nos ataca, bajamos las armas, pero no la guardia. Nos sentamos cada uno en un asiento en silencio, mientras música instrumental suena de fondo. Así pasamos un rato, charlando sobre cosas como: por qué nos recogía un tren, a donde nos llevaría, etc.

Cuando vemos que el viaje va para largo, nos centramos en hacer algo para no quedarnos dormidos. Annabeth reorganiza su maleta entera, dobla sus camisetas y ordena todo muy bien. Nico le va explicando todo lo que ha pasado en el mundo desde mil novecientos doce a Cassandra, mientras yo le maquillo con el poco maquillaje que ha sobrevivido. Percy y Jason hacían pulsos y bromeaban mientras Hazel se dedicaba a andar de aquí para allá murmurando cosas.

Cassandra resultaba ser una chica muy simpática, me explicaba cosas de su casa y de su familia. Las cosas eran muy distintas en mil novecientos doce. Creo que aprendí mucho más hablando con ella durante un rato que en todas mis clase de historia.

Al final, todos nos quedamos dormidos. Aunque hoy no habíamos hecho mucho, habíamos andado durante horas, y eso se notó.

No tardé mucho en quedarme dormida sobre el hombro de Nico, y Cassandra sobre el mío. Aunque no tengo pesadillas, eso no me tranquiliza. Toda la noche mis sueños están en blanco, literalmente.

Como una pared, el blanco aparece en mis sueños y no se va hasta que me despierto. Me despierto cuando me doy cuenta de dos cosas: que por la suavidad y comodidad de donde estoy, seguramente esté en una cama y que no me muevo, no como en el tren. Me levanto de golpe, quedando sentada en la cama.

Estoy en una habitación enorme, de techos blancos y altos, paredes con papel pintado de flores y grandes ventanales en las paredes. La cama sobre la que estoy es de tamaño matrimonio y demasiado cómoda. Miro a mi lado y veo otras tres camas iguales. También hay un armario y una mesilla de madera por cada cama. Hay dos puertas, ambas cerradas. Me levanto y poso los pies sobre el frío suelo de losas blancas.

Me doy cuenta de que ya no llevo la ropa que llevaba ayer, si no un camisón rosa, probablemente de seda. Abro el armario y veo que hay mucha ropa. De la ropa que llevaba puesta solo quedaba la chaqueta de cuero. La ropa variaba mucho, desde ropa para hacer deporte hasta vestidos de gala. cabe mencionar que el armario no es precisamente pequeño, así que había muchísima ropa.

Me acerco a las otras camas, y allí estaban Hazel, Annabeth y Cassie, todas dormidas. Intento abrir una puerta, pero está cerrada con llave, así que me dirijo a la otra. Esta se abre dejando ver un cuarto de baño enorme.

Cojo un conjunto sencillo y me cambio en el baño. Cuando salgo del baño, Cassie está despierta y con la misma mirada confundida que yo. Le encojo los hombros, dándole a entender que no tenía ni idea de donde estábamos. Me acerco a levantar a las chicas, estas se despiertan pesadamente y reaccionan de la misma manera.

La hija de Zeus. La Carcel De Los Dioses.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora