Capítulo 5. De compras.
Nico.
Los pensamientos que se agolpan en mi cabeza pueden llegar a ser muy molestos, sobretodo en situaciones como estas, donde intento dormir a las tres de la mañana.
¿Por qué había reaccionado así cuando Abby se había hecho daño? ¿Por qué me había preocupado? Incluso dos días después, me sorprendo de mi comportamiento. Solo era otra hija de Zeus, la típica niña perfecta como su hermano. Pero ella no se había espantado cuando le había dicho quién era mi padre, no había reaccionado como los otros. Esa chica me recuerda en una extraña manera a Bianca, tiene ese aura humilde pero poderosa a su alrededor.
Bianca...Las malditas cazadoras habían tenido que volver al campamento. Por culpa de Artemisa, había perdido a mi hermana. Ella me la quitó, cuando empezaba a vivir una nueva vida.
Sacudo la cabeza, intentando despejar mis pensamientos. No quería pensar en Bianca, me ponía demasiado mal. Si bien, en estos años había empezado a pasar pagina, sabía de sobra que nunca podría superar la muerte de mi hermana. La única persona que me había aceptado...
Me costó dormirme, pero finalmente lo hice. Un segundo después de que cerrara los ojos, escucho golpes en la puerta. Me levanto pesadamente y me dirijo a la puerta, con el ceño fruncido. Cuando abro la puerta, veo a Jason mirándome muy sonriente.
—¿Qué haces todavía así vestido?¡Cámbiate o llegaremos tarde! —Le miro confundido, ¿tarde a donde? —No me digas que se te ha olvidado. —Alzo las cejas, no tenía la menor idea de lo que estaba hablando. —Nico, hoy vamos a comprar los trajes. ¿Cómo has podido olvidarte? Te lo llevo recordando los últimos dos días.
Chasqueo la lengua, era hoy...Le cierro la puerta en la cara a Jason y me cambio. Me pongo una camiseta negra y vaqueros negros, lo mismo de siempre. No me molesto en peinarme, sé que no va a funcionar.
Grace me espera fuera, esta emocionado. A mi no me emociona mucho la idea, de no ser porque Jason se ha puesto súper pesado, ni siquiera iría al baile. No tendría pareja, nadie querría ser la pareja del hijo de Hades. Las cabañas de los hijos (solo la parte masculina) de los Tres Grandes, Leo, Frank y un chico de la cabaña de Atenea, Michael, iríamos juntos.
Justo cuando nos íbamos a ir, aparecen Piper y Abby. Ambas hablan con Jason un segundo y Piper se despide con un beso. No puedo evitar fijarme en que la mirada de Michael se fija completamente en Abby, ella le da una sonrisa incómoda. Después de despedirse de Jason, Abby viene hacia mi con una sonrisa alegre en el rostro.
—¿Qué tal? —Me pregunta, yo le miro extrañado, ¿por qué quería hablar conmigo?
—Como siempre, ¿tú? —Hago un esfuerzo por ser mínimamente amable, la chica se lo merecía por no huir despavorida de mi como el resto de chicas.
—Bien, muy emocionada por el baile. —Cuando menciona el baile, sus ojos emiten un brillo inusual, parece que quiere decir algo más, pero Frank le interrumpe.
—Tenemos que irnos. —Nos mira sucesivamente a Abby y a mí. Ella asiente y se muerde el labio, desviando la mirada a sus zapatos.
—Bueno, nos vemos. —Le digo mientras me subo a la furgoneta. Se despide con la mano y se da media vuelta, mientras cierro la puerta de la furgoneta.
Dos horas más tarde, decidí que nunca volvería a ir de compras con Jason y Leo.
Cuando llegamos al centro comercial, Percy, Frank y Michael se fueron por un lado, dejándonos a nosotros tres solos. Primero fuimos a una tienda donde había muchas camisas y pantalones de todos colores. Los tres compramos camisas blancas, de diferentes tonos. Él suyo es un blanco más brillante, él mío más apagado. Después compramos esmóquines. Leo compra uno marrón chocolate, Jason uno gris y yo uno negro. Pensareis que no hay nada de malo en ir a comprar con estos dos chicos. Bueno, eso es que no les habéis visto correteando de un lado a otro de la tienda con muchas prendas de ropa en las manos y dando chillidos cada vez que veían algo que les gustara. Así no se puede.
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La hija de Zeus. La Carcel De Los Dioses.
FanfictionSi le hubieras dicho a Abby, que su padre es un dios, y nada más y nada menos que el rey de los dioses, probablemente se hubiera reido en tu cara. Pero, cuando conoce a Nico Di Angelo y llega al Campamento Mestizo, todo lo que le parecían simples le...