¡La aparición de un héroe!

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-Deja de mirarme así. -regañó el inglés, frunciendo el ceño en señal de molestia. -No voy a comerte.

Y es que desde hace una hora lo había estado mirando de la misma manera que cuando entro, de hecho, no le había quitado la mirada de encima y eso le incomodaba de sobremanera. No le iba a hacer nada siempre y cuando no se metiera con él.

- ¡Me lo has dicho mil veces, joder!-masculló. - ¡Ni quien te esté viendo, cejotas!

El rubio apretó la mandíbula, con furia. Una hora, sólo había sido una hora para que al italiano se le pasara por alto el respeto. Pasada la hora lo había mandado directo a la mierda.

- ¡Ten más respeto!-dijo, enojado. Provocando que el italiano se encogiera un poco, bueno, al menos le seguía teniendo algo de miedo.

- ¡Vete a la mierda!-gritó, de nuevo, sacándole el dedo de en medio.

-Fuck you!-imitando su gesto, también le hizo la misma seña.

Lovino desvió la mirada a la puerta de entrada, con molestia. Antes de que llegara Arthur le había pedido al español que se quedará cuando este llegará, pero el muy bastardo gilipollas había dicho que era tarde, que estaba prohibido pasar la noche en la habitación de otro alumno pasadas las nueve y que no quería meterse en problemas. ¡Sí, claro! ¿Quién le iba a creer semejante chorrada? Seguramente iba a pasar el rato con los dos hijos de puta que llamaba 'mejores amigos'. ¿Pues ese cabron que creía que era él? ¡También era su amigo!

Arthur encarnó una ceja al voltear la mirada a su compañero de habitación, su mirada había cambiado a una furiosa, le sorprendió, no sabía que el italiano mayor pudiera poner aquella mirada; oh sí, porque para su desgracia también conocía al italiano menor, ciertamente Lovino era más soportable al no estar diciendo Veee~ cada vez que el viento pasaba.

-Pongamos reglas. Así solamente conviviremos los dos. -dijo Arthur, soltando un suspiro.

-Me vale una mierda convivir contigo. -respondió enojado. Aún estaba molesto por sus pensamientos hacia el español, así que no le dio importancia a la conversación.

-A mí tampoco me interesa, no te hagas ideas equivocadas. -rechistó el inglés. -Stupid Italian.

Lovino plantó sus ojos verdes en los de Arthur. -Vaffanculo or 'ffanculo.

El británico quiso protestar, pero se dio cuenta que no sabía que significaba aquello; pero sabía que era una grosería, tal vez debería traer a Francis para ver a quien de verdad le tendría que limpiar la boca, no obstante la idea le era repulsiva, así que la desecho.

La tensión en la habitación duro aproximadamente una hora más; donde Arthur, con toda y ella, tuvo que moverse por toda la habitación, para acomodar todas sus cosas, arrepintiéndose de no haberlo hecho antes. Cuando menos se dio cuenta, las luces se habían ido.

-Fucking hell! -gritó, golpeando una de las mesas. Lovino pego un brinquito del susto.

- ¡Cállate imbécil gilipollas, estoy tratando de dormir!-gruñó aventando una almohada a la cabeza del inglés. Los ojos esmeraldas de este destellaron con furia, aventándosela de nuevo.

-Maldito crío de mierda, ¿no sabes con quien estás hablando?-exclamó, harto. ¿Quién se creía ese mocoso de primer año?

Lovino se tensó en su lugar, guardando silencio. Aunque claro, maldecía al inglés en su mente todo lo que podía.

Ignorando por completo al italiano, Arthur tanteo su cama con las manos. Estaba cansado así que lo más seguro es que cayera rendido cuando tocara cama, y no se equivocó, pocos minutos después de acostarse, se quedó profundamente dormido. Lovino estaba entre el punto del terror y el asco, pues nunca le había desagradado tanto ver dormir a alguien hasta que vio, por la luz de la luna, que el inglés dormía en puros boxers.

Tú + Yo= Error 404.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora