— ¡POR TODOS LOS MALDITOS DIOSES DEJEN ESA MIERDA AHÍ!
El rugido que pegó Arthur Kirkland resonó por todo el salón haciendo un eco profundo que rebotó entre los pocos presentes que se encontraban ahí. Toris y Matthew se miraron sin saber qué hacer o cómo reaccionar, ¿deberían ir por algún té para relajar al pobre chico?
En tanto, los causantes de sus contantes gritos histéricos, dejaron el muñeco de nieve por el cual estaban peleando; Iván y Alfred. A mala suerte del rubio, Natalia parecía estar invocando a un demonio o algo parecido por todas las cosas que murmuraba detrás de su hermano, en la dirección de Arthur.
Nada fuera de lo usual de siempre.
—Te saldrán arrugas en las cejas. —comentó Francis, poniendo una mano en su mejilla. Gilbert sin prestarle atención, siguió comiendo las galletas.
Excepto por el hecho que Antonio no estaba ahí.
— ¿¡Ustedes qué demonios están haciendo aquí!? —le señaló, olvidándose por un momento de los otros dos.
—Estamos aburridos. —confesó Gilbert, luego de pasarse ruidosamente la comida. —Así que vinimos a molestarte.
— ¡Largo!
—Arthur-san, debería relajarse. —pidió Kiku apareciendo detrás. Iván sonrió en su dirección, saludándolo con la mano; el japonés lo ignoró por completo. —No es bueno para su salud.
—Es cierto, Arthur, se supone que poner los adornos es una parte divertida de la Navidad. —protestó su novio, callándose en automático al recibir la mirada de Arthur. Después de todo era en parte su culpa que estuviera así.
— ¿Qué le parece si vamos por algo a la cafetería? —siguió Kiku. —Quizás necesite fuerzas, las puede encontrar en los cupcakes en forma de Santa.
—Me pregunto cómo será Arthur cuando descubra el alcohol. —le dijo Francis a Gilbert, él lo miró, encogiéndose de hombros todavía masticando. —Creo que caerá en la perdición.
—Mientras me acompañe a tomar cerveza yo estoy bien. —contestó el albino, encogiéndose de hombros.
Alfred miró a Arthur marcharse con un mohín, ni siquiera se había girado a él y le sonreía esplendorosamente a Kiku mientras a él lo mataba con la mirada. Negó con la cabeza suavemente, no debería sentir celos por el japonés, él era muy buena persona y Arthur lo amaba a él nada más. Pero no podía evitarlo, le gustaba que las sonrisas de Arthur solo le pertenecieran a él.
—Miras tan bonito a Arthur, espero que Yao me miré así algún día. —comentó Iván sonriendo.
—Lo único que tendrás del hermano de Kiku es una orden de alejamiento. —se burló Alfred, con las manos en la cintura. — ¡Los chicos malos nunca reciben recompensas!
—Los héroes tampoco pueden recibirlas si ya no existen. —siguió Iván, volviendo a tomar el muñeco de nieve.
— ¡Ya te dije que el héroe lo pondrá en la entrada!
—Esto va en la parte alta.
Y volvieron a comenzar a discutir ahora sin que nadie los detuviera. Matthew y Toris se encogieron en sus hombros, siguiendo con la preparación de la comida. Faltaba una semana para la salida definitiva de la escuela, por lo que Iván decidió hacer la fiesta justo el día antes de la partida de todos.
Los de tercero se marcharían a diferentes universidades, se haría un nuevo cambio de habitación y se iniciaría un nuevo ciclo.
— ¿Qué están haciendo con el muñeco? —preguntó Ludwig, recién llegando con Feliciano cargando las cajas que faltaban de los adornos. Alfred sonrió nerviosamente mientras Iván soltó el muñeco por completo.
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Tú + Yo= Error 404.
Fanfiction[Vicio Tsun]/ Lo peor que le pudo haber pasado al perfecto Arthur Kirkland fue encontrarse en la misma habitación que Lovino Vargas. Dos personas de la misma 'especie' no pueden estar en un mismo sitio. -UsUk/Spamano-