Rómulo y Remo.

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—Había una vez una loba Luperca que crío a dos niños pequeños, gemelos igual que ustedes. Llamados Rómulo y Remo. —inició Máximo, sosteniendo el libro de cuentos. Lovino y Feliciano de aproximadamente cinco años se apretaron más en su mantita, descansando en el regazo de su abuelo; mirando las ilustraciones del libro. —Ellos fueron abandonados por su madre, para poder salvarlos de aquel que quería hacerles daño. Luperca entonces se apiadó de los bebés al verlos indefensos, ella decidió amamantarlos, hasta que fueron encontrados por Faustolo, quién decidió criarlos junto a su esposa en secreto.

>>Una vez que los niños crecieron, su padre adoptivo les contó su origen de procedencia, que su tío abuelo Amulio tenía mucha envidia de su hermano, que era descendiente del primer Rey de Alba Longa, así que decidió arrebatarle el trono. —al ver la cara de sus nietos, consternada, supo que estarían pensando que "el trono" era una especie de juguete. —Numitor, que era el heredero, tuvo una hija a la que Amulio mandó a la iglesia como monja, por lo que no se podía casar ni tener hijos. —Máximo omitió los detalles de las muertes, porque seguramente su nuera e hijo le reclamarían por las pesadillas de los pequeños. —Sin embargo, un día, el Dios de la Guerra, Marte, la vio y se enamoró de ella. De allí nacieron Rómulo y Remo.

— ¡Yo quiero ser Rómulo! —dijo Feliciano, alzando su manita. Lovino infló las mejillas, él quería ser también Rómulo.

— ¡No, yo soy!

—Aguarden un momento, terminen de escuchar la historia y después deciden quién es quién. —pidió Máximo, deteniendo las pataditas que Lovino quería darle a Feliciano para que le dejara al personaje. —Continuó. Una vez que ellos descubrieron sus orígenes, volvieron a su pueblo de origen, destronando al rey impostor. Y posicionando a su abuelo como Rey. Él en agradecimiento les cedió algunas tierras, donde podrían construir su ciudad. Pero ellos no decidían donde sería fundada, por lo cual pelearon y decidieron que era bueno consultar el vuelo de las aves. En el sitio donde aparecieran más buitres sería el ganador.

— ¿Por qué tienen que ser buitres? —preguntó Feliciano, asustado.

—Eso fue lo que decidieron ambos. —respondió Máximo. —Remo encontró seis aves en el lugar que quería construir, y fue contento a contarle a su hermano de su triunfo. No obstante, el de Rómulo tenía doce.

—Sabía que Rómulo era el bueno. —sonrió Lovino. Feliciano asintió.

— ¿Y entonces Remo decidió construir con su hermano?

—Bueno... —habían llegado a un punto de la historia donde Máximo no estaba seguro de continuar, había pensado que sus nietos se dormirían por la mitad de la historia. Pero estaban demasiado concentrados en ella. —Rómulo formó un rectángulo en el suelo, donde aquel que lo traspasara acabaría muerto. Remo lo desobedeció y al final Rómulo tuvo que cumplir su promesa.

—Ya no quiero ser Rómulo. —murmuraron ambos, Máximo se detuvo del final, sorprendido.

— ¿Por qué dicen eso?

—Porque él le hizo daño a su hermano. —explicó Feliciano, tomando la mano de Lovino. —Yo no le haría daño a Lovi.

—Fue un mal hermano mayor. Ya estaban construyendo donde él quería, ¿no quería a su hermano?

—Supongo que es más complicado que eso.

—Pues Remo es más genial.

— ¡Síí! —secundó Feliciano.

—Bien, bien, ahora es hora de dormir. —pidió el abuelo, acurrucándolos contra él. Ellos lo hicieron, dejando a Máximo en medio y cada uno de ellos a sus costados. Luego de rezar las oraciones que les había enseñado, se dispusieron a dormir.

Tú + Yo= Error 404.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora