Eres mío Mayuzumi

1.1K 109 29
                                    

[Advertencia: El capítulo actual contiene escenas de sexo gay (ChicoxChico), si no te gustan este tipo de situaciones, te invito a leer el siguiente capítulo. Si lo lees estarás haciéndolo bajo tu propio juicio]

Chihiro, después de haber llevado aquello y ver que su hermano ahora era Poseidón, salió del templo y sobrevoló un poco por el lugar.

Un grito llamó su atención, y en estado de alerta, voló hasta la casa rosa de cúpido.

Esperó de todo, menos eso.

-...¡Ah! —Volvió a gritar el pelinegro.

El peli-gris se sonrojó y tapó su boca con asombro al ver el cuerpo desnudo frente a él. Cuando el pelinegro se dió cuenta de su presencia, le miró con asombro y vergüenza. Volvió a gritar y se lanzó al sillón más cercano para cubrirse.

-...¡Lárgate! ¡Vete! —Exclamó desde su lugar.

-...¿E-Estás seguro? ¿Te encuentras bien? —Preguntó mientras trataba de acercársele.

-...¡Solo vete! —Volvió a gritarle mientras le arrojaba un cojín.

-...Bien, bien, me iré...—Peinó su cabellos hacía atrás y se retiró del lugar—...Que chico tan raro...—Comentó mientras volaba sin apartar la vista de la casa color rosa.

-...¡Cuidado! —Le advirtieron, pero para cuando acató la orden, ya era muy tarde. Chocó.

Chocó como la primera vez que recibió sus alas.

Y justo con el mismo poste.

-...¡¿Estás bien?! —Unos ojos verdes lo miraban desde arriba con preocupación.

-...Un ángel...—Elevó una mano y tocó el rostro de aquel ángel rubio que le socorría—...¿Eres mi ángel de la guarda?

El rubio le miró confundido, volteó a ver a todas partes, y al notar que no había nadie más alrededor, lo  tomó en brazos y lo llevó dentro de su templo.

Directo a su cuarto, directo a su cama.

Mayuzumi observó como el ángel se iba del lugar y frunció el ceño.

-...No te vayas...—Le pidió.

-...Iré por algo de hielo...Te debiste haber golpeado muy fuerte y por eso estás tan idiota...—El comentario hizo que el peli-gris pucheara.

-...¿Cuál es tu nombre? —Le preguntó justo cuando salió. Se recostó en la cama y acarició su frente con dolor.

El mareo era fuerte al igual que el constante palpitar de su cabeza. Más pronto de lo que pensó, los malestares cesaron. Igual, su socorrista regresó.

Observó con atención al joven frente a él y enarcó una ceja confundido al ver mejor la extraña armadura que el contrario traía puesta.

-...Soy Hayama Kotaro, Hefesto...—Le sonrió mostrando sus pequeños colmillos blancos.

-...¿H-Hefesto? —Parpadeó un par de veces sin dejar la conexión de ambos rostros.

-...Es muy repentino, pero acepto...—El rubio se acercó hasta él y le dejó un pequeño beso en los labios.

-...¿Eh? ¡¿Eh?! —Se sonrojó y se alejó lo más posible de él.

-...Debo decirte que esto es inesperado...—Volvió a sonreír—...No sabía que te iban los chicos...—Se rascó la nuca nervioso—...Pero daré todo de mí para complacerte...—Le enseñó el pulgar mientras volvía a sonreírle.

-...¡Espera, espera! ¡¿De que rayos estás hablando?! —Preguntó mega confundido.

-...¿Eh? Acabas de iniciar un cortejo conmigo...—Le explicó—...Aunque creo que es bastante obvio que yo haré el cortejo...—Rió levemente.

Kamigami No BasketDonde viven las historias. Descúbrelo ahora