Kamigami No Basket

Bajo el ojo de Hades

-...¡Gracias a Zeus! ¡Están bien! —Lloriqueaba el rubio—...¡Lo siento mucho! ¡Estaba practicando y no los vi ahí!

-...Ya Kiyoshi...Basta de lloriqueos que los asustas...—Negó el peli-fresa.

-...A-Ah...Lo siento mucho Akashi-Sama...—Hizo una pequeña reverencia frente al de túnica negra.

-...No debes disculparte conmigo, sino con ellos dos...—Señaló al egipcio y al pelinegro.

-...Pero si ya me disc- —Al ver la mirada seria del peli-fresa, tragó saliva dificultosamente—...L-Lo siento mucho, Himuro-Kun y...—Miró al castaño de reojo.

-...F-Furihata Kouki...—Tembló levemente y bajó la mirada apenado.

-...Oh~ —Sonrió el rubio, coqueto—...Un placer y lo siento, Furihata-Kun~

-...Kiyoshi...—El tono tan calmado con el que dijo su nombre, le dió múltiples escalofríos. El rubio volteó a verlo y palideció al notar el aura oscura que lo rodeaba.

-...B-Bueno...D-Debo seguir con mis pràcticas...—Rió nervioso y extendió sus grandes alas negras—...Nos vemos luego~ —Se despidió con una mano y alzó vuelo.

-...¿Quién...? —Kouki le siguió con la mirada, hasta que desapareció entre las nubes.

-...Él es Miyaji Kiyoshi, es Artemisa, Kouki...—Dijo el peli-fresa, poniendo una mano sobre el hombro del can egipcio.

-...¿Artemisa? —Ladeó el rostro, inclinando una de sus orejas.

Himuro los miraba con curiosidad. El castaño había bajado su guardia y actuaba como si el peli-fresa fuese alguien ya conocido y no alguien a quien temer.

-...Es la guardiana de la luna, de la caza, los animales salvajes, el terreno virgen, los nacimientos, la virginidad y las doncellas, que lleva y alivia las enfermedades de las mujeres en la tierra...—Le explicó, sorprendiendo al can castaño—...Es mellizo de Ryota.

-...¡¿Es hermano de Kise-Kun?! —Preguntó con aún más impresión que antes—...¡Wao!

-...Kouki, ¿Tú no tienes a tu hermano? —Preguntó Tatsuya, sonriente, haciendo que Akashi le mirara con cierto recelo.

-...No somos hermanos de sangre...—Suspiró—...Ni siquiera somos hermanos Dioses...—Vuelve a suspirar.

-...Y...¿Tú familia? —Preguntó el pelinegro, regañándose mentalmente al ver como su ánimo decaía más.

-...Nunca conocí a mis padres...Mi maestro me encontró y me cuidó, pero tampoco estuvo tanto tiempo conmigo como para considerarlo mi familia...—Sus orejas se inclinaron, haciendo que el pelinegro se sintiera más culpable.

-...Owwww...Perdón, no quería desanimarte...—Tatsuya se acercó y acarició sus castaños cabellos, a la vez que rascaba sus orejas.

-...Descuide, Himuro-Kun...Lo perdono...—Le sonrió—...Después de todo: "Hasta morir, todo es vida"

Akashi abrió sus ojos de par en par, mientras aquella frase resonaba en su mente.

Hasta morir, todo es vida.

Los cuatros mandamases del inframundo, cara a cara, batallando para obtener el título del rey de las tinieblas.

-...¡Solo yo soy quien puede dar asilo a las almas exiliadas! —Clamó la mujer de largos cabellos negros  mientras en sus manos encendía dos grandes llamas de fuego.

-...¡Eres la menos indicada para este trabajo, Hela! —Bramó la castaña, señalándolo con su abanico cubierto de fuego.

-...Amaterasu, tampoco eres quien para hablar...—Rió el peli-fresa, haciendo un ademán con las manos, desinteresado—...Tus capacidades para transportar almas son tan decadentes que las almas querrán salir en lugar de entrar.